Las personas nacidas a finales de los años 90 y durante la primera década de los 2000 tienden a tener una mentalidad prudente y cautelosa a la hora de gestionar su dinero. Son más conscientes de la importancia del ahorro que otras generaciones mayores y suelen planificar sus gastos con antelación. Sin embargo, son más atrevidos a la hora de invertir: prefieren la bolsa y las criptodivisas.
La generación Z, a cuyos miembros también se les conoce como “nativos digitales”, llegó al mundo con un móvil inteligente o una ‘tablet’ entre las manos. Su forma de consumir, muy influida por las redes sociales y la opinión de sus iguales, ha revolucionado el mercado.
“Mayoritariamente, se informan a través de las redes sociales y de lo que les puedan comunicar otros colegas de su generación. Rara vez leen periódicos, prensa especializada u otras fuentes de información más verificadas”, explica Fernando Moroy Hueo, profesor de Finanzas afiliado en la escuela de negocios ESCP de Madrid.
Desde el punto de vista financiero, son los herederos de la generación ‘millennial’, de la que han recogido comportamientos como la importancia del ahorro y de la elaboración de un presupuesto para organizar la economía personal, según se desprende del estudio Las Finanzas de los Nativos digitales y Millennials españoles’, dirigido por Laura Núñez-Letamendia, directora del Observatorio del Ahorro Familiar y profesora IE Business School.
El coste de vida es otra de las preocupaciones que comparten ‘gen Z’ y ‘millennials’ en España. En 2023, un 35% de los nativos digitales y un 42% de la generación precedente consideraba que el incremento en los precios ha afectado mucho su modo de vida, según el estudio Gen Z and Millennial Survey, editado por Deloitte. Dicho informe desvela también que los Z españoles son más optimistas en materia salarial que los ‘millennials’ (44% frente a 35%). No obstante, al ser consultados sobre sus finanzas personales, más de la mitad de las dos generaciones indicaron que viven “al día” con su salario.
Son ahorradores y cautelosos en el gasto
La incertidumbre por el futuro y los retos económicos a los que se enfrentan (como la pandemia y la actual situación de inflación) han conformado una mentalidad prudente y cautelosa a la hora de realizar una compra y cuidar su salud financiera. En ese sentido, según refleja una encuesta de Idealo, los ‘centennials’ españoles priorizan el precio en sus decisiones de compra: el 70% de los encuestados, por ejemplo, elige tiendas menos conocidas si son más baratas.
Esta preocupación por sacar el máximo partido a su dinero se refleja también en la costumbre cada vez más extendida entre los jóvenes de buscar la opinión de otros consumidores antes de comprar un producto. El 56% de los ‘gen Z’ asegura que no compraría jamás una marca sin consultar antes las evaluaciones previas y las reseñas, según muestra el informe ‘Los hábitos de consumo de la Gen Z’, realizado por la plataforma de intercambio de apuntes Wuolah.
También son más conscientes de la necesidad de ahorrar que el resto de la población, “en torno a un 70% de los nativos digitales dice ahorrar, pese a que un 40% afirma no tener ingresos insuficientes, lo que se expone como la principal barrera para el ahorro. Mientras el 12% comenta que podría ahorrar si evitara gastos impulsivos”, subraya Núñez-Letamendia.
Suelen planificar sus gastos, un 41,3% frente al 32% del conjunto de la población, según el Observatorio. Además, un 25% adicional de los nativos digitales lleva también cierto control de los gastos a través de la revisión de los extractos bancarios, si bien no llegan a planificar su futuro. “Existen diferencias de género en este sentido, mientras las mujeres nativas digitales son más proclives al control de los gastos (29% de ellas frente al 19% de ellos), los hombres nativos digitales planifican sus finanzas a futuro más que ellas (45% de los hombres frente a un 39% de las mujeres jóvenes)”, añade la directora del Observatorio.
Un ahorro y una previsión que no discurren en paralelo con sus conocimientos financieros, “escasos y que necesitarían incrementar para gestionar sus ahorros”, según concreta Fernando Moroy. En ese sentido, explica Núñez-Letamendia explica que la brecha de género que se había reducido para la generación de los ‘millennials’ “se ha vuelto a ampliar para la de los nativos digitales. Una situación preocupante”.
Acciones y criptodivisas, productos preferidos para invertir de los nativos digitales
Les gusta invertir sus ahorros en experiencias vitales o en activos financieros que pueden proporcionarles rentabilidad a corto plazo como fondos de inversión y acciones (un 32% y un 36%, respectivamente, según datos del Observatorio). No piensan, de momento, en productos a largo plazo ni les preocupa todavía la jubilación. De entre todas sus inversiones, destaca un activo arriesgado, las criptomonedas. “El 50% de los nativos digitales que tienen inversiones financieras lo ha hecho en criptodivisas, a pesar de reconocer que su conocimiento sobre el tema es muy bajo”, apunta la directora del Observatorio.
Es una generación proclive a la innovación y la novedad. “El bitcoin y otras criptomonedas ejemplifican el concepto de finanzas descentralizadas, no sometidas a ningún tipo de “orden convencional” como el que representan las instituciones financieras reguladoras y los bancos centrales”, señala por su parte Moroy.
Consumidores con valores
Los jóvenes de la generación Z buscan, además, que su paso por el mundo tenga un impacto positivo, una actitud que influye en su comportamiento como consumidores. Si los ‘millennials’ comenzaron su inmersión en la economía colaborativa, un modelo económico donde los usuarios aprovechan los avances tecnológicos para prestar, comprar, vender, compartir o alquilar bienes y servicios, los nativos digitales la han hecho suya. Según el estudio de Deusto Business School, Generación Z: el último salto generacional, los jóvenes atienden, apoyan y aceptan como algo normal esta forma de consumir y muchos de ellos, acabarán siendo, en el futuro, ofertantes de este tipo de servicios.
Además, su forma de consumir se alinea con productos o servicios que mantengan valores de sostenibilidad y que apoyen a las comunidades. Buscan comprar o usar marcas que tengan una postura relevante desde el punto de vista social o medioambiental, en paralelo a causas que les afectan.
