Este no es un problema actual, las mujeres llevan siglos luchando por tener bolsos funcionales cosidos a sus prendas.

Es el pantalón ideal, te queda perfecto, solo tiene un problema: no te cabe el celular en los bolsillos. ¿Por qué, para quienes usan ropa de mujer, es tan difícil encontrar bolsos funcionales cosidos en sus prendas?

Según los estudios, la desigualdad es histórica. Las mujeres llevan luchando contra las prendas sin este útil accesorio desde hace siglos.

En contraparte los bolsillos de la ropa de hombres tiene los bolsos y compartimentos ideales. En 1954, Christian Dior le dijo al periodista Paul Johnson que “los hombres tienen bolsillos para guardar cosas, las mujeres para decorar“.

Bolsillos en la ropa de mujer: al inicio éramos iguales

En la edad media hay registros de que hombres y mujeres portaban bolsos atados alrededor de la cintura, escondidos debajo de la ropa, de acuerdo con la colección preservada por el Victoria and Albert Museum en Londres.

Pero en el siglo XVII, las prendas de hombre ya tenían los bolsillos cosidos directamente; las mujeres, por otro lado, seguían con los mismos pedazos de tela a la cintura.

Las investigadora Barbara Burman y la historiadora de la Université Paris Cité, Ariane Fennetaux describieron para el Yale University Press lo que contenían estos bolsos: “cargaban perfume, un peine de dientes pequeños, anteojos, una caja de bombones o una botella de ginebra”. Eran de buen tamaño, desgraciadamente esto no duró.

Hacia fines del siglo XVIII, la moda cambió, las siluetas eran ajustadas y los bolsillos se encogieron o desaparecieron.

El periodista Paul Johnson escribió para el The London Spectator que el pensamiento común de la época era que las mujeres “ya tenían cuatro protuberancias externas, dos senos y dos caderas, y un bolsillo para dinero dentro de su vestido sería un quinto desgarbado”.

Luego, durante la Segunda Guerra Mundial, se promovió que las mujeres llevarán pantalones y ropa más práctica con bolsillos mientras reemplazaron a los hombres en sus puestos de trabajo. Pero luego de la guerra, la moda se hizo ajustada y con siluetas delicadas donde no había lugar para los bolsillos.

El siglo XX trajo los pantalones para las mujeres, pero no con ello los bolsillos.

La lucha por los derechos de las mujeres y los bolsillos

Los bolsillos, a diferencia de los bolsos o bolsas, son espacios ocultos y privados. En los siglos anteriores estos compartimentos ofrecían un grado de privacidad inusual porque la gente solía compartir dormitorios y muebles en el hogar, así que el bolsillo era a veces el único lugar privado y seguro para los pequeños objetos personales, de acuerdo con el Victoria and Albert Museum.

Así que, entre menos podemos cargar en nuestros bolsillos, menos libertad tenemos. “Quite los bolsillos y limitará la capacidad de las mujeres para moverse por los espacios públicos”, escribió Chelsea Summers en La política de los bolsillos.

Además, este accesorio refuerza los estereotipos de género. Natalia Silva, diseñadora de moda y fundadora de una marca que busca la estética, funcionalidad y durabilidad de las prendas explica que:

“Los bolsillos para los hombres simbolizaban su capacidad de poseer cosas, dinero, propiedades. Eran derechos que las mujeres no tenían. Ahora hay bolsillos, pero son más pequeños que el de los hombres”, explica.

No es coincidencia que las sufragistas luchaban por su derecho al voto y a los bolsillos a finales del siglo XIX.

El diario The New York Times documentó que el traje sufragista tenía un total de siete u ocho bolsillos, todos a la vista y fáciles de encontrar. De hecho, en 1908, se celebró un evento destinado a recaudar fondos para las organizaciones por el derecho a voto bajo el nombre La vieja dama con 100 bolsillos.

Por la misma época se hicieron populares pequeños manuales para coser bolsillos en las prendas.

“A finales del siglo XX las mujeres obtuvieron su derecho a votar y también se vio reflejado en este traje sufragista con múltiples bolsillos donde cargaban dinero y llaves, no solo eran dueñas de las llaves y dinero, sino también de las casas y eran trabajadoras”, describe Natalia Silva.

Los bolsillos y sus contenidos nos dan una idea de cómo las mujeres pueden poseer, usar y pensar sobre las posesiones materiales y con esas posesiones, habitar y negociar el mundo social y económico, describe la exposición de bolsillos del Victoria and Albert Museum.

1919: #NAWSA presenident #CarrieChapmanCatts delivers her famous #theNationCalls speech in which she suggests the formation of a #LeagueOfWomen #Voters https://t.co/HXJ1sRY45o #suffragettecity100 @lwv #LWV #suffrage #19thAt100 #19thAmendment #votesforwomen #womenspockets #fashion pic.twitter.com/8ECqngQnmB

— SuffragetteCity100 (@suffcity100) August 17, 2020

Hay desigualdades y los bolsillos no son la excepción

Aunque ahora tenemos bolsillos en nuestras prendas, siguen sin ser suficientes. Son muy angostos, pequeños o simulados.

Un estudio realizado en 2018 por los periodistas Jan Diehm & Amber Thomas para The Pudding analizó los bolsillos en pantalones de hombres y mujeres de las 20 marcas más populares de Estados Unidos y encontraron que:

Los bolsillos de mujer son un 48 % más cortos y un 6.5 % más estrechos que los de los hombres.

Además, probaron con objetos muy básicos para medir qué cabían y no en ellos, estos fueron los resultados:

• Un iPhone X no cabe en el 60% de los bolsillos de las mujeres, pero si en el 100% de los bolsillos de los hombres.
• Un teléfono Samsung Galaxy solo cabe en el 20% de los bolsillos de las mujeres, pero cabe en el 95% de los bolsillos de los hombres.
• Una billetera promedio no cabe en el 60% de los jeans de mujeres, pero sí en el 100% de los bolsillos de los hombres.
• Una mano promedio de mujer cabe en apenas el 10 % de los bolsillos de las mujeres, pero sí en el 100 % de los bolsillos de los hombres.
• Una mano de hombre cabe solo en el 5% de los bolsillos de las mujeres, pero en el 100% de los bolsillos de los hombres.

“No se trata de algo menor, al negar los bolsillos se continúa segregando la labor de diferentes mujeres, estamos diciendo que no es utilitario el trabajo de las médicas, de las ingenieras. Las mujeres necesitamos bolsillos”, dice la diseñadora de moda y aconseja que:

• Exijamos, como consumidoras, que las marcas incorporen bolsillos funcionales.
• Alejarnos del fast fashion que se ahorra millones de dólares haciendo bolsillos simulados.
• Llevar nuestras prendas a talleres de rehabilitación donde les pueden agregar bolsillos o modificarlas para darles más vida.