La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) previó que la economía mexicana crecerá sólo 2,9% este año.
Debido a un escenario de incertidumbre provocado por el coronavirus y a la desaceleración económica mundial, México ya no crecerá 3,2% como lo había estimado este organismo regional.
En su informe anual Balance Preliminar de las Economías 2021, la CEPAL bajó tres décimas su pronóstico de crecimiento para el país latinoamericano, al situar el estimado en 2,9%.
“La desaceleración esperada en la región en 2022, junto a los problemas estructurales de baja inversión y productividad, pobreza y desigualdad, requieren que reforzar el crecimiento [económico] sea un elemento central de las políticas, al tiempo que se atiendan las presiones inflacionarias y los riesgos macrofinancieros”, recomendó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL.
Las previsiones para 2021 también bajaron. Aunque en un inicio la organización había pronosticado un crecimiento del PIB mexicano de 6,2%, en su último reporte lo ajustó a 5,8%.
De cumplirse todos los pronósticos anteriores, México tendrá un crecimiento menor al de países centroamericanos como Guatemala o Honduras, cuyas economías subirán 4,3% y 4,5%, respectivamente, en 2022.
Según la CEPAL, el estancamiento económico se debe a múltiples factores que sacuden a toda la región latinoamericana, como la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia, la desaceleración económica, la baja de inversiones y productividad, la lenta recuperación del empleo, los efectos sociales provocados por la crisis sanitaria y los aumentos en las presiones inflacionarias y desequilibrios financieros.
En ese sentido, también alertó sobre uno de los graves problemas a los que se enfrenta América Latina a casi dos años de la pandemia de COVID-19: el alza de precios en los productos y servicios.
De acuerdo con el organismo de las Naciones Unidas, este fenómeno inflacionario se debe a diversas causas que varían según cada país de la región. Sin embargo, sugirió que los Gobiernos de la región deben, más allá de las tasas de interés, utilizar un amplio espectro de instrumentos monetarios, cambiarios y macroprudenciales, para enfrentar este obstáculo que atenta directamente a los bolsillos de la población.
Esta lucha contra la inflación, advirtió, no debe menoscabar los impulsos por recuperar el crecimiento y el empleo y alcanzar un crecimiento sostenible, inclusivo e igualador.
“Es necesario ampliar y redistribuir la liquidez desde los países desarrollados hacia los países en desarrollo; fortalecer los bancos de desarrollo; reformar la arquitectura de la deuda internacional; proporcionar a los países un conjunto de instrumentos innovadores destinados a aumentar la capacidad de reembolso de la deuda y evitar el endeudamiento excesivo, e integrar las medidas de liquidez y de reducción de la deuda a una estrategia de resiliencia encaminada a construir un futuro mejor”, recomendó la CEPAL.
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