Consejos de expertos para hombres que sufren de un bajó deseo sexual.

Rompiendo: Los hombres también experimentan un bajo deseo sexual. Este no es solo un problema de mujeres cis, por mucho que a la sociedad le gustaría que creyéramos que todos los hombres están caricaturescamente cachondos en todo momento. Naturalmente, a la gente no le gusta hablar de esto, pero es una cosa y tenemos que abrirnos al respecto. ¿Por qué? Porque todos merecen tener una vida sexual maravillosa y satisfactoria, sin importar su identidad de género o cualquier tipo de estereotipos y expectativas sin sentido que la acompañen. 

Los hombres, y todos los humanos AMAB (hombres asignados al nacer), no están socialmente condicionados para creer que “no querer sexo” o tener una libido más baja es aceptable. Se les dice que siempre deben estar listos para irse, duros como una roca y cachondos AF todo el tiempo, en un abrir y cerrar de ojos. Lo siento amigos, esto simplemente no es cierto. “Los hombres cis experimentan [libido baja] por las mismas razones que otras personas experimentan una libido baja”, dice el Dr. Lee Phillips (él/él), psicoterapeuta licenciado y terapeuta sexual certificado. Estas posibles causas abarcan toda la gama: estrés, preocupaciones sobre la imagen corporal, enfermedad, depresión, ansiedad, ansiedad por el rendimiento, estar atrapado en la misma rutina sexual y problemas de relación con una pareja.

Mientras tanto, el ideal de “hombre macizo” de la sociedad perjudica absolutamente a todos. Además de hacer que los hombres se sientan avergonzados de algo perfectamente normal y extremadamente común, estas normas de género también encuentran una manera de avergonzar a las parejas de los hombres que experimentan una libido baja. En las relaciones heterosexuales (cis-het o de otro tipo) donde una persona AMAB no quiere sexo tanto como su pareja, la mujer (o persona AFAB) a menudo es culpada por ser “hipersexual” o “demasiado interesada en el sexo”. Se la considera “rara” por tener deseos porque se supone que las personas criadas como mujeres no quieren tener sexo tanto, y ciertamente no más , que sus contrapartes masculinas. De nuevo, falso. 

Independientemente de la identidad de género, si experimenta una libido más baja, no está solo, y no importa si esto es algo de toda la vida o algo que comenzó recientemente. Cada persona experimenta el deseo de manera diferente. “Todos estamos en una curva de campana estadística bastante estándar en lo que respecta a la libido, con la mayoría de las personas en el centro, que es alrededor del 68 por ciento”, dice Ty Lerman (él/él), terapeuta sexual y propietario de Southwest Psychotherapy Associates. “Pero esto deja otro 32 [por ciento] que está ligeramente, o muy significativamente, fuera de la norma en términos de deseo sexual”. Excitarse es un proceso complejo que nace de una mezcla de factores biológicos, psicológicos y sociales. Es completamente normal que las personas tengan diferentes libidos. No hay demasiado, demasiado poco o simplemente correcto.

La discordancia de la libido (es decir, cuando los miembros de la pareja tienen libidos diferentes) es el problema más común que se plantea en la terapia de pareja. Es un tema de todos y merece ser discutido. Demasiadas personas sufren en silencio sintiéndose rotas, sucias y/o equivocadas por algo que es totalmente normal.

Afortunadamente, no te quedas en la estacada si notas que tu libido está rezagada. Existen intervenciones y prácticas probadas y verdaderas aprobadas por la terapia sexual que pueden ayudar.

Saca los penes de la mesa por un minuto caliente

Uno de los mayores asesinos de la libido para las personas con penes es la idea de que su pene tiene que estar involucrado cada vez que tienen relaciones sexuales. Y no sólo eso, sino que la penetración tiene que estar presente en todo tipo de sexo. Francamente, eso es mucho trabajo para poner en algo que se supone que es placentero. Hay tanta presión para actuar de cierta manera que puede hacer que el sexo se sienta desalentador. La ansiedad por poder “levantarlo” es un gran asesino de erecciones y puede debilitar el deseo sexual con el tiempo.

En su lugar, concéntrese en los muchos otros tipos de sexo que existen, sexo que no tiene que involucrar a su pene. Lucy Rowett (ella/ella), coach sexual certificada y sexóloga clínica. sugiere primero volver al contacto erótico sin la expectativa de que tenga lugar el sexo. “Vuelvan a tocarse sin esperar que vaya más allá”, dice ella. “[Intenta] besarnos, besarnos, coquetear, tomarnos de la mano o masajearnos. Solo hagan tiempo para tener intimidad el uno con el otro”. Estos son los componentes básicos del deseo: intimidad que no contiene la presión de llevar las cosas más lejos. Esto puede llevar a otros tipos de sexo: oral, cosas de manos (¿cosas de rodillas ?) y cualquier otra cosa que se te ocurra, en realidad. Se creativo.

Por extraño que parezca, cuando los clientes retiran las erecciones de la mesa, el deseo (y las erecciones) tienden a encontrar el camino de regreso a ellos de forma orgánica.

Descartar cualquier problema médico

La falta de deseo a menudo está relacionada con problemas médicos subyacentes. Lerman sugiere que revisen sus niveles de testosterona. Esto puede ser especialmente útil si este ha sido un problema continuo. También debe hacerse revisar la tiroides y el corazón para detectar cualquier problema. 

Siempre es bueno asegurarse de que no ocurra nada médicamente para que usted y su médico puedan decidir un plan de tratamiento que funcione para usted. Si no hay preocupaciones médicas, Phillips dice que su bajo deseo sexual probablemente se solucione en el ámbito psicológico. Ya sea que tenga problemas médicos o no, siempre es una buena idea consultar a un terapeuta de parejas que se especialice en problemas sexuales con su pareja. 

Descubre tus condiciones para el buen sexo

Todos tenemos cosas que nos excitan, ya sea la implantación de un óvulo extraterrestre o el romance de la era de la regencia, pero muy pocos de nosotros hemos examinado realmente el contexto más amplio que enciende nuestro deseo. Como se mencionó anteriormente, el deseo no es solo una cosa; proviene de una combinación de factores sociales, culturales y biológicos. 

Cyndi Darnell (ella/ella), terapeuta sexual y autora de Sex When You Don’t Feel Like It: The Truth About Mismatched Libido & Rediscovering Desire, sugiere considerar las siguientes preguntas: Cuando ha disfrutado del sexo en el pasado, ¿qué hizo que el sexo valga la pena quererlo? ¿Qué condiciones y contextos le permitieron y animaron a prosperar? ¿Cómo sería compartir este conocimiento con tu pareja?

Cuando eres capaz de identificar y desempacar las condiciones que necesitas para estar de humor para el sexo, hace que crear esas condiciones sea mucho más fácil. Esto significa ser capaz de discutir sus deseos abiertamente. “El sexo, en el fondo, tiene que ver con la comunicación”, dice Phillips. “Si un hombre puede compartir por qué experimenta poco deseo en un entorno seguro, esto puede cambiar las reglas del juego. Luego puede compartir con su pareja lo que puede excitarlo”.

Diviértete con eso

El buen sexo se trata del viaje, no del destino. Phillips nos recuerda que el objetivo debe ser el placer , no el orgasmo. “El sexo puede incluir múltiples actividades y el orgasmo es una ventaja, pero no es obligatorio”, dice. 

Como era de esperar, la parte más importante de hacer estallar el deseo es disfrutar lo que estás haciendo. “Si se trata más de trabajo que de diversión, debemos dar un paso atrás y reconectarnos con la parte divertida de nosotros mismos y nuestra relación para volver a ese estado mental”, agrega Lerman.

Este aspecto “divertido” no tiene que verse de ninguna manera en particular. Se trata de creatividad. Tal vez introduzcas alguna torcedura en tu relación, o algún juego de sensaciones, o explores zonas erógenas. La mejor manera de hacer que fluyan los jugos eróticos es dejarse llevar, ponerse raro y ver qué sucede. 

El deseo puede ser un estado psicofisiológico “complicado”, pero cuanto más te involucras con él, más fácil se vuelve experimentarlo. Así que sígalo, esté dispuesto a explorar y disfrutar el juego por lo que es: jugar.