He pasado más de tres años entrevistando a amigos para “The Friendship Files”. Esto es lo que he aprendido.
“The Friendship Files”, mi serie de entrevistas con amigos sobre sus amistades, comenzó con un pensamiento ocioso. Después de haber escrito mucho sobre aplicaciones de amistad y citas, tenía curiosidad sobre Bumble BFF. ¿Funcionó? ¿Se sintió como una cita? ¿Qué haces en una cita con un amigo de todos modos? Así que entrevisté a dos mujeres jóvenes que se convirtieron en mejores amigas después de usar la aplicación. Fue pensado como un artículo de una sola vez, pero la conversación fue tan divertida, genuina y, a veces, vulnerable que quería volver a hacerlo.
Eso fue hace más de tres años. Desde entonces, he hecho 100 entrevistas. The 100th, que presenta a una mujer francesa y una mujer estadounidense cuyas familias estuvieron conectadas por un acto de valentía durante la Segunda Guerra Mundial, se publicó hoy. Será la última entrega.
Decir adiós a esta serie es agridulce. Estas conversaciones se han sentido diferentes de cualquier otra entrevista que haya hecho. En ellos, no solo escuché sobre amistades, sino que las vi en tiempo real: cómo los amigos hablan y bromean juntos, cómo se recuerdan mutuamente su historia compartida. Nunca hice una sola entrevista que no publiqué; Toda amistad tiene una historia. Estoy muy agradecida con los cientos de personas que me han dado la bienvenida a sus relaciones. Ser confiado con sus historias ha sido uno de los mayores honores de mi vida.
Cuando se lanzó este proyecto, escribí: “Las personas son más generosas, divertidas y fascinantes cuando hablan con y sobre sus amigos”. Las entrevistas que siguieron solo reforzaron esa creencia. Podría continuar con esto por el resto de mi vida y solo arañar la superficie de las infinitas formas en que la amistad da forma a nuestras vidas, pero he hecho todo lo posible para extraer los temas recurrentes que he observado en estas 100 conversaciones. Aunque cada vínculo evoluciona a su manera, he llegado a creer que hay seis fuerzas que ayudan a formar amistades y mantenerlas a lo largo de los años: acumulación, atención, intención, ritual, imaginación y gracia.
Acumulación
La fuerza más simple y obvia que forma y sostiene las amistades es el tiempo que pasan juntos. Un estudio estima que se necesita pasar de 40 a 60 horas juntos dentro de las primeras seis semanas de la reunión para convertir a un conocido en un amigo casual, y entre 80 y 100 horas para convertirse en más que eso. Entonces, como era de esperar, las amistades tienden a formarse en lugares donde las personas pasan mucho tiempo de todos modos: trabajo , escuela , iglesia , actividades extracurriculares.
A veces, ese tiempo se acumula lentamente, como sucedió con dos vecinos que han vivido uno frente al otro durante 20 años. Se consultaron mutuamente cuando estaban enfermos y dividieron una suscripción a la revista People . Esa acumulación paulatina de momentos compartidos se sumó a una amistad importante durante los primeros días de la pandemia, cuando estaban atrapados por dentro. Abrieron sus puertas para hablar al otro lado del pasillo y cada uno se sintió menos solo.
En otras circunstancias, esas horas se dedican muy rápido. Por ejemplo, en marzo de 2020, un grupo de adolescentes de los Países Bajos quedó atrapado en un barco. Estaban haciendo un programa de estudio en el mar y se suponía que volarían a casa desde Cuba. Pero cuando COVID-19 comenzó a cerrar las cosas, no pudieron conseguir un vuelo y en su lugar tuvieron que navegar a casa a través del Atlántico. Hablé con cuatro niños que forjaron un vínculo en ese viaje en velero que se sintió diferente a sus relaciones con cualquiera de sus otros amigos. “Al estar cerca de alguien las 24 horas del día, le cuentas todo”, dijo uno de los amigos. “No haces [eso] cuando estás en casa”.
Atención
Hacer amigos puede ser difícil, pero puede haber más oportunidades de las que pensamos. Hacer estas entrevistas me ha enseñado que la conexión puede venir de cualquier parte, en cualquier momento, si ambas partes están abiertas a ello. Como me dijo una mujer, que permaneció cerca de la madre de su exnovio durante más de 30 años: “Tienes que buscar la amistad en lugares donde nunca la esperarías”. Un nuevo amigo podría estar esperando en la sección de comentarios de un artículo que estás leyendo , al otro lado de un documento de Google o en un ascensor. La persona con la que estás discutiendo en Facebook podría convertirse en un amigo, al igual que, o incluso tu propio ex.
Prestar atención es muy útil al forjar estas amistades inesperadas: notar cuando haces clic con alguien, estar abierto a encuentros fortuitos. Ayuda a salir de nuestros hábitos y entrar en el momento. Porque por mucho que sintamos que nuestras redes sociales están establecidas y resueltas, nunca es demasiado tarde para conocer a alguien que será importante para ti por el resto de tu vida. Hablé con más de un grupo que estaba sorprendido y agradecido de haberse encontrado en la mediana edad, un período en el que las responsabilidades laborales y familiares tienden a alcanzar su punto máximo y mantenerse al día con los amigos no siempre es fácil. “Nunca pensé que al final de mis 40 haría amigos por el resto de mi vida”, un hombre que encontró una comunidad muy unida en un campamento de béisbol de fantasía, me dijo. “Fue algo tan especial que llegó a mi vida a esta edad”.
Intención
La atención solo te lleva hasta cierto punto sin acción. Cuando surge la oportunidad, tienes que exponerte, y eso requiere coraje, vulnerabilidad y la voluntad de dejar que las cosas sean incómodas.
Una de mis historias de origen favoritas de “The Friendship Files” vino de Abhinav y Fernando. Abhinav estaba aprendiendo a jugar tenis y quería un compañero que también fuera principiante. Al otro lado de la cancha vio a Fernando, “y al instante encontré a mi compañero de tenis igualmente malo”. Un par de semanas después, se acercó a Fernando en una fiesta y lo invitó a jugar al tenis. “Lo que me impresionó de ese momento”, dijo Fernando, “fue que fue una especie de cita, en el sentido de que me buscaste. Tenías esa intencionalidad. Entre cuando me viste mamando y la batidora, pasaron semanas. Pero aún tenías el plan y me perseguiste.
La mayoría de las amistades requieren un poco de cortejo para comenzar. E incluso cuando aparentemente caen en nuestro regazo, por ejemplo, te quedas atrapado en un velero en el Atlántico sin nada que hacer más que socializar con tus compañeros de navegación, no crecerán sin intención. Esta es la parte más difícil de la amistad. Requiere energía y pensamiento, y nuestros recursos mentales y físicos a menudo son escasos. En otras palabras, las amistades requieren trabajo. Pero nunca me ha gustado enmarcar nuestras amistades como trabajo. Presentarse a nuestros amigos requiere esfuerzo, sí, pero no debería ser un trabajo pesado. Debería ser una alegría.
Ritual
Una cosa que parece facilitar el mantenerse al día con los amigos es el ritual. Personalmente, encuentro que el esfuerzo de coordinar colgados (o incluso llamadas telefónicas) es la mayor barrera para ver a mis amigos. Es mucho más fácil cuando algo está incluido en mi horario, y todo lo que tengo que hacer es presentarme. Por ejemplo, mientras trabajaba desde casa durante la pandemia, almorzaba todos los viernes con mi amigo que vive a la vuelta de la esquina (cuando era seguro hacerlo).
Muchos de los que he entrevistado también tienen rituales como estos. Algunos han organizado un club de lectura, una caminata mensual o una cena regular. Otros se han comprometido con un chat grupal que funciona todo el día todos los días, o una campaña de Dungeons & Dragons que duró 30 años. Además de mantener unidos a los grupos, estas tradiciones pueden alimentar una amistad y darle una cultura compartida. El grupo Dungeons & Dragons tiene una taquigrafía con referencias que se remontan a décadas.
El poder de un ritual fue particularmente evidente en la historia de dos amigos, Gabe y Andy, quienes, durante más de seis años, han caminado 30 minutos para chocar los cinco. Pero entonces Gabe se enfermó y perdió la memoria. No recordaba chocar los cinco, aunque recordaba a Andy. En el hospital, Andy le pidió a Gabe que le chocara los cinco en el camino desde el baño. Tenían una forma particular de hacerlo: un aplauso, un chasquido y luego chocar los cinco.
“Empecé a caminar hacia él”, me dijo Andy, “y luego, justo antes de chocar los cinco, hizo el aplauso y el chasquido, y comencé a llorar”.
“Esa es una de las cosas que me encantan de la rutina”, dijo Gabe. “No solo la mecánica, sino la parte de la amistad está tan grabada en mi memoria corporal que eso es lo que salió”.
Imaginación
La sociedad tiene un lugar para las amistades, y está al margen. Se supone que deben desempeñar un papel de apoyo en el trabajo, la familia y el romance. Se necesita imaginación para no incumplir esta norma y diseñar tu vida para que la amistad juegue el papel que realmente quieres que juegue.
Me inspiran las personas con las que he hablado que imaginaron algo diferente para sí mismos: los amigos que compraron una casa juntos, que fueron a terapia juntos, que criaron a sus hijos juntos, que se comprometieron a una “amistad arreglada”, cuyos la amistad ha alimentado su lucha por la justicia. El hombre que le dio un riñón a su amiga y la mujer que dio a luz a los cuatrillizos de su mejor amiga me recuerdan que hay amigos que eligen amarse radicalmente todos los días. Su amor no se queda al margen.
Las formas más tranquilas de mostrar amor a tus amigos aún pueden ser radicales. La belleza y el desafío de la amistad es su diversidad. Una amistad puede ser lo que tú quieras que sea. Cada uno es un lienzo cuyo único límite es nuestra imaginación.
Gracia
Todas las fuerzas que he mencionado hasta ahora (acumulación, atención, intención, ritual e imaginación) son ideales. Son imposibles de cumplir plenamente. La vida a menudo se interpone en el camino.
Como reportero que ha cubierto la amistad durante muchos años, a veces sufro del síndrome del impostor en mis propias amistades. ¿Quién soy yo para dar consejos cuando ni siquiera puedo enviar mensajes de texto a mis amigos de inmediato? A veces, la gente ha asumido que debo ser un gran amigo, dado el tiempo que he pasado pensando en esto. Y no lo soy. Trato de serlo, pero tiendo a retraerme demasiado en mí mismo y en mi relación romántica y no priorizo a mis amigos tanto como me gustaría.
He escrito antes sobre cómo la amistad es flexible y se dobla para adaptarse a la forma que nuestras vidas necesitan. Pero durante la pandemia, vi cuán elástico puede ser, cómo puede estirarse para permitir largos silencios, cómo puede volver a su lugar cuando menos lo esperas. Inspirándome en una entrevista de “Friendship Files”, pasé muchos sábados durante la pandemia organizando “fiestas de PowerPoint” en Zoom con amigos que viven en todo el país. Los vi más durante esos meses que en años. Fue inesperado y especial. Y no podría haber sucedido si estuviéramos enojados o resentidos el uno con el otro por todos esos años de contacto limitado.
Muchas de las personas con las que hablé, quienes, en muchos casos, se aman tanto que se nominaron a sí mismos para ser entrevistados sobre su amistad, me dijeron que no se ven tan a menudo o que no hablan. tanto como les gustaría. He llegado a creer que la amistad no siempre tiene que ser sobre la presencia; también puede tratarse de un amor que puede sobrellevar la ausencia.
Pero la ausencia no tiene que durar para siempre. “The Friendship Files” incluye muchas historias de segundas oportunidades y reavivamientos . Están los amigos de la escuela primaria que comenzaron a salir con excompañeros de clase nuevamente después de su reunión de 50 años, los veteranos de Vietnam que perdieron el contacto después de la guerra hasta que uno de ellos escribió una carta y los reunió de nuevo, e incluso el alto -Los mejores amigos de la escuela que se reconectaron después de que uno decidiera devolver una sudadera que le había prestado 20 años antes. Después de que se publicó la última entrevista, me dijeron que muchos de sus otros amigos de la escuela secundaria se habían puesto en contacto con ellos y que todos se habían reunido para una reunión.
No soy religioso, pero amo el concepto de la gracia, de un regalo tan profundo que nunca podría ganarse o merecerse. Y así, cuando cito aquí la gracia como la fuerza final y más importante en las amistades, lo digo de dos maneras. Uno es el perdón que nos ofrecemos unos a otros cuando nos quedamos cortos. El otro es el espacio que crea conexiones y reconexiones que se sienten milagrosas.
