Un estudio realizado por la Facultad de Medicina Johns Hopkins ha descubierto cuáles son las enfermedades que más afectan a la salud si no se reconocen.
Las enfermedades diagnosticadas erróneamente, son más comunes de lo que piensas, de hecho, un nuevo informe publicado en los últimos días por científicos de la Facultad de Medicina Johns Hopkins de Baltimore revela que casi 800,000 estadounidenses son diagnosticados erróneamente cada año, un indicador preocupante para el sistema sanitario estadounidense. Según su análisis, el diagnóstico erróneo de una enfermedad causa cada año aproximadamente 371,000 muertes y 424,000 discapacidades permanentes, como daños cerebrales, ceguera, pérdida de miembros u órganos y metástasis del cáncer.
Para elaborar la estimación, los investigadores extrajeron datos de docenas de estudios para evaluar con qué frecuencia se descuidaban determinadas afecciones y que tan frecuentemente ese descuido provocaba daños graves en la salud. “Sin embargo, los pacientes no deben dejarse llevar por el pánico ni perder la fe en el sistema sanitario”, escriben los investigadores en el estudio: en general, hay menos de un 0.1% de probabilidades de sufrir daños graves relacionados con un diagnóstico erróneo tras una visita sanitaria.
El estudio es una alerta para Latinoamérica
Y aunque el análisis se centra en casos ocurridos en Estados Unidos, este arroja cierta luz sobre cuáles pueden ser los problemas de diagnóstico a los que se enfrentan los médicos, por un lado, y los pacientes, por otro, no solo en el país americano, sino también en el resto del mundo. De acuerdo con el análisis, las cinco enfermedades diagnosticadas erróneamente con más frecuencia representan en conjunto el 38.7% de todos los casos de diagnóstico erróneo en EE.UU., estas fueron:
- Cáncer de pulmón
- Sepsis
- Neumonía
- Tromboembolismo venoso (coágulos de sangre en las venas)
- Ictus
“Se trata de enfermedades relativamente comunes que a veces no se tienen debidamente en cuenta y que, por tanto, se asocian a daños importantes”, señaló en una entrevista con CNN, David Newman-Toker, neurólogo de la Universidad Johns Hopkins, que dirigió el equipo de investigación del estudio realizado en colaboración con investigadores de la Fundación de Gestión de Riesgos de las Instituciones Médicas de Harvard.
Aunque estas cinco afecciones no son los diagnósticos erróneos más frecuentes, sí son los que tienen mayor impacto, y los resultados del estudio pueden ayudar a priorizar áreas de inversión e intervención. Según el informe, el absceso medular, una infección del sistema nervioso central, se diagnostica erróneamente más del 60% de las veces. El ictus, que es la principal causa de lesiones graves, es una afección relativamente frecuente con un alto riesgo de resultados graves y se diagnostica erróneamente con más frecuencia que la media, según el informe: alrededor de 950,000 personas sufren un ictus cada año en Estados Unidos, y se diagnostica erróneamente en cerca del 18% de los casos, lo que provoca cerca de 94,000 lesiones graves cada año, según el informe.
Pero, ¿por qué se diagnostica mal?
Según los expertos, el diagnóstico erróneo de una enfermedad suele ser el resultado de atribuir síntomas inespecíficos a algo más común y quizá menos grave que la afección que realmente los causa. “A veces puede ocurrir que haya personas que reciban un tratamiento inadecuado para una enfermedad que no tienen, y sufran daños como consecuencia”, dice Newman-Toker. “Mucho más frecuente, sin embargo, es una enfermedad potencialmente mortal que se ignora porque las manifestaciones son más leves o menos evidentes”.
Por ejemplo, ante una persona que tiene dificultades para hablar y mover un brazo, es fácil diagnosticar un ictus. Pero un ictus también puede causar mareos o dolores de cabeza, que pueden ser síntomas de muchas otras cosas. Los ictus también pueden causar síntomas vagos, como dolor torácico generalizado. Pero es mucho menos probable que se diagnostiquen mal: la tasa de error es inferior al 2%, según el informe.
Sin embargo, un papel clave en el diagnóstico lo desempeña la “historia del paciente”. Un informe de 2015 de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina destacó las formas en que los pacientes pueden desempeñar un papel en su propio viaje de diagnóstico, con una lista de verificación que incluye mantener un buen registro del historial médico personal, así como estar informado sobre su condición, pruebas y medicamentos pertinentes.
