La verdadera misión de Walt Disney en México durante la Segunda Guerra Mundial

Durante su viaje a tierras del país vecino, el productor se nutrió de la cultura latinoamericana para filmar dos películas: Saludos, amigos Los Tres Caballeros


Hace más de 70 años, el dibujante Walt Disney pasaba por un mal momento. Con su empresa en huelga, el Gobierno de Estados Unidos le encargó una misión: poner a México del lado de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial.

El verano de 1941, el empresario estadounidense Walt Disney se despertó con la noticia de que 300 de sus trabajadores se habían ido a huelga. Exigían mejores sueldos y un sindicato. La deuda de su compañía, —que sin duda era una de las más grandes en el negocio de los dibujos animados en el mundo— arrastraba una deuda de 4,5 millones de dólares.

El mundo llevaba dos años en guerra. El avance de las tropas nazis de Adolfo Hitler era la mayor preocupación. Y en Europa, naturalmente, los inversionistas preferían guardarse el dinero que invertirlo en caricaturas.

Herido por la que creyó era una traición de sus dibujantes y creativos, Walt Disney recibió una propuesta del Gobierno estadounidense: convertirse en una especie de diplomático que ayudara a estrechar relaciones entre el país norteamericano y América Latina, sobre todo México, con quien las relaciones habían quedado tensas tras el gobierno de Lázaro Cárdenas, quien tres años antes había echado del país a los empresarios extranjeros que querían explotar el petróleo mexicano.

El objetivo era unir a los países latinoamericanos al bloque de los Aliados —Estados Unidos, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), Francia e Inglaterra— y vigilar de cerca a la región durante la Segunda Guerra Mundial.

Buena parte de esta historia se cuenta en el documental Walt & El Grupo (2009), así como en el ensayo The Disney Strike of 1941: How It Changed Animation & Comics, del historiador Tom Sito; en el libro Walt Disney. A Biography (2010), y en el libro The Cultural Front. The Laboring of American Culture in the 20th Century (1997).

El informante Mickey

El presidente Franklin D. Roosevelt tenía muy claro que no había mejor embajador de Estados Unidos que Mickey Mouse. Por ello, su siguiente paso fue enviar a Walt Disney como embajador de buena voluntad a América Latina a través de la Oficina de Coordinación de Asuntos Interamericanos. México sería una de sus paradas principales.

En aquel año, la relación entre el magnate de los dibujos animados y las agencias de seguridad de su país no era nueva.

De acuerdo con un reportaje publicado en mayo de 1993 por el periódico The New York Times, Walt Disney trabajó como informante secreto del FBI desde 1940 hasta 1966, el año de su muerte.

Según documentos obtenidos por el diario estadounidense a través de la Ley de Libertad de Información, el empresario tenía inclinaciones políticas conservadoras e incluso tildó de comunistas a los trabajadores que se levantaron contra él en 1941.

“Disney, cuyas inclinaciones derechistas eran bien conocidas, testificó ante el Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara de Representantes en Washington y acusó a varios de los animadores que habían liderado la huelga como comunistas”, refiere The New York Times.

¿Qué hizo Disney en México?

Durante su viaje a tierras del país vecino, el productor Walt Disney se nutrió de la cultura latinoamericana para filmar dos películas: Saludos, amigos (1942) y Los Tres Caballeros (1944). Con ellas, nacieron nuevos personajes como el gaucho Goofy, el papagayo Pepe Carioca, el gallo Panchito Pistolas y Pedro El Avioncito.

En Los Tres Caballeros, se exaltan varios aspectos de las tradiciones mexicanas, como el mariachi, las posadas, la piñata y las rancheras.

También viajó a Argentina, Brasil, Uruguay, Perú, Bolivia, Ecuador, Chile y Guatemala. Juntos, esos países y México le dieron la idea para hacer Saludos, amigos.

Sin embargo, lo que empezó como un viaje diplomático del Programa del Buen Vecino, acabó como una semilla de nuevas narrativas y colores para las historias de Walt Disney.

En aquel tiempo, la dibujante más talentosa de la compañía era Mary Blair, quien se vio profundamente fascinada por la estética del continente. Según The New York Times, su trabajo sufrió “fascinantes transformaciones” después de ese viaje.

Después de su travesía, Blair se convirtió en una de las artistas más reconocidas por haber creado películas como Alicia en el País de las Maravillas(1950), La Cenicienta (1951) y Peter Pan (1953).

La fotografía más famosa de Walt Disney en México tiene que ver con la religión. Como casi todos los turistas extranjeros, realizó una visita obligada a la Basílica de Guadalupe, al norte de la capital mexicana, donde decenas de miles de personas veneran a la Virgen de Guadalupe.

Sin embargo, la imagen que causa mayor revuelo es aquella donde aparece estrechando la mano de un comunista: Diego Rivera, quien era igual de bienvenido en Nueva York que en Moscú.

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Sitio para nativos y migrantes digitales basado en la publicación de noticias de Tijuana y Baja California, etnografías fronterizas, crónicas urbanas, reportajes de investigación, además de tocar tópicos referentes a la tecnología, ciencia, salud y la caótica -y no menos surrealista- agenda nacional.
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Hace más de 70 años, el dibujante Walt Disney pasaba por un mal momento. Con su empresa en huelga, el Gobierno de Estados Unidos le encargó una misión: poner a México del lado de los Aliados en la Segunda Guerra Mundial.

El verano de 1941, el empresario estadounidense Walt Disney se despertó con la noticia de que 300 de sus trabajadores se habían ido a huelga. Exigían mejores sueldos y un sindicato. La deuda de su compañía, —que sin duda era una de las más grandes en el negocio de los dibujos animados en el mundo— arrastraba una deuda de 4,5 millones de dólares.

El mundo llevaba dos años en guerra. El avance de las tropas nazis de Adolfo Hitler era la mayor preocupación. Y en Europa, naturalmente, los inversionistas preferían guardarse el dinero que invertirlo en caricaturas.

Herido por la que creyó era una traición de sus dibujantes y creativos, Walt Disney recibió una propuesta del Gobierno estadounidense: convertirse en una especie de diplomático que ayudara a estrechar relaciones entre el país norteamericano y América Latina, sobre todo México, con quien las relaciones habían quedado tensas tras el gobierno de Lázaro Cárdenas, quien tres años antes había echado del país a los empresarios extranjeros que querían explotar el petróleo mexicano.

El objetivo era unir a los países latinoamericanos al bloque de los Aliados —Estados Unidos, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), Francia e Inglaterra— y vigilar de cerca a la región durante la Segunda Guerra Mundial.

Buena parte de esta historia se cuenta en el documental Walt & El Grupo (2009), así como en el ensayo The Disney Strike of 1941: How It Changed Animation & Comics, del historiador Tom Sito; en el libro Walt Disney. A Biography (2010), y en el libro The Cultural Front. The Laboring of American Culture in the 20th Century (1997).

El informante Mickey

El presidente Franklin D. Roosevelt tenía muy claro que no había mejor embajador de Estados Unidos que Mickey Mouse. Por ello, su siguiente paso fue enviar a Walt Disney como embajador de buena voluntad a América Latina a través de la Oficina de Coordinación de Asuntos Interamericanos. México sería una de sus paradas principales.

En aquel año, la relación entre el magnate de los dibujos animados y las agencias de seguridad de su país no era nueva.

De acuerdo con un reportaje publicado en mayo de 1993 por el periódico The New York Times, Walt Disney trabajó como informante secreto del FBI desde 1940 hasta 1966, el año de su muerte.

Según documentos obtenidos por el diario estadounidense a través de la Ley de Libertad de Información, el empresario tenía inclinaciones políticas conservadoras e incluso tildó de comunistas a los trabajadores que se levantaron contra él en 1941.

“Disney, cuyas inclinaciones derechistas eran bien conocidas, testificó ante el Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara de Representantes en Washington y acusó a varios de los animadores que habían liderado la huelga como comunistas”, refiere The New York Times.

¿Qué hizo Disney en México?

Durante su viaje a tierras del país vecino, el productor Walt Disney se nutrió de la cultura latinoamericana para filmar dos películas: Saludos, amigos (1942) y Los Tres Caballeros (1944). Con ellas, nacieron nuevos personajes como el gaucho Goofy, el papagayo Pepe Carioca, el gallo Panchito Pistolas y Pedro El Avioncito.

En Los Tres Caballeros, se exaltan varios aspectos de las tradiciones mexicanas, como el mariachi, las posadas, la piñata y las rancheras.

También viajó a Argentina, Brasil, Uruguay, Perú, Bolivia, Ecuador, Chile y Guatemala. Juntos, esos países y México le dieron la idea para hacer Saludos, amigos.

Sin embargo, lo que empezó como un viaje diplomático del Programa del Buen Vecino, acabó como una semilla de nuevas narrativas y colores para las historias de Walt Disney.

En aquel tiempo, la dibujante más talentosa de la compañía era Mary Blair, quien se vio profundamente fascinada por la estética del continente. Según The New York Times, su trabajo sufrió “fascinantes transformaciones” después de ese viaje.

Después de su travesía, Blair se convirtió en una de las artistas más reconocidas por haber creado películas como Alicia en el País de las Maravillas(1950), La Cenicienta (1951) y Peter Pan (1953).

La fotografía más famosa de Walt Disney en México tiene que ver con la religión. Como casi todos los turistas extranjeros, realizó una visita obligada a la Basílica de Guadalupe, al norte de la capital mexicana, donde decenas de miles de personas veneran a la Virgen de Guadalupe.

Sin embargo, la imagen que causa mayor revuelo es aquella donde aparece estrechando la mano de un comunista: Diego Rivera, quien era igual de bienvenido en Nueva York que en Moscú.

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