La primera familia de Hollywood que lo revela todo: la evolución de los Smith

Will, Jada, Jaden y Willow Smith han reinventado su imagen elitista del antiguo Hollywood para entrar en la nueva era de la fama impulsada por la telerrealidad.


En la primera página de Will, la autobiografía de Will Smith que se publicó hace poco, la superestrella global relata una historia espantosa de cuando vio a su padre golpeando a su madre en la cabeza con tanta fuerza que ella escupió sangre. Los primeros capítulos del libro continúan en el mismo tono: un Will joven, carismático y excéntrico por naturaleza, asume el papel del animador de la familia para salvar a su madre, a sí mismo y a todos los demás.El Times  Una selección semanal de historias en español que no encontrarás en ningún otro sitio, con eñes y acentos. Get it sent to your inbox.

“Yo iba a ser el niño estrella”, escribe. “El salvador de mi madre. El usurpador de mi padre. Se volvería la actuación más importante de mi vida. Y, en los siguientes 40 años, no me saldría del papel. Ni una sola vez”.

El hecho de que se convirtiera en el conquistador perpetuo en sus películas a partir de mediados de los años noventa —Smith vence a extraterrestres en Hombres de negro, a robots en Yo, robot, a mutantes en Soy leyenda, a narcotraficantes en Dos policías rebeldes, a George Foreman en Ali— tal vez fue una consecuencia del trauma, pero también lo convirtió en uno de los actores más taquilleros del mundo. Fuera de la pantalla se comportaba casi igual que en la ficción, lo cual revelaba poco: era una persona inescrutable adorada por millones.

En los últimos dos años, los músculos de Smith se han aflojado un poco. Se ha transformado en una presencia relajada y un tanto improvisada en Instagram y TikTok. Además de su autobiografía inusualmente vulnerable, hace poco también apareció en Best Shape of My Life, una serie documental de seis episodios en YouTube Originals, que a primera vista trata del esfuerzo de Smith por perder peso, pero en realidad explora las fisuras cada vez más profundas en la imagen exterior del personaje que el actor presenta al público. Durante décadas, se fusionó con una fachada dura; pero ahora está dejando que se desvanezca.

Este giro hacia la transparencia lo vuelve el patriarca de una familia que, en últimas fechas, ha hecho de la intimidad su especialidad. Los Smith —Will, de 53 años; su esposa, Jada, de 50; sus hijos, Jaden, de 23; y Willow, de 21— se han convertido en la primera familia que ha decidido revelarlo todo. Entre el nuevo estado de relajación de Will, el programa de entrevistas francas de Jada y Willow llamado Red Table Talk y la música de Willow y Jaden, los Smith han reinventado su imagen elitista del antiguo Hollywood para entrar en la nueva era de la fama impulsada por la telerrealidad.

De izquierda a derecha: Adrienne Banfield-Norris, Jada Pinkett Smith, Willow Smith y Will Smith en un episodio de <em>Red Table Talk</em>.
De izquierda a derecha: Adrienne Banfield-Norris, Jada Pinkett Smith, Willow Smith y Will Smith en un episodio de Red Table Talk.Credit…Facebook Watch

Su trayectoria ha sido lo opuesto a la de las Kardashian, por ejemplo, el ideal platónico del clan de la telerrealidad que alcanzó el estrellato tradicional por su propia fuerza de voluntad (siempre desdibujando las líneas entre la nueva y la vieja fama). Por el contrario, los Smith han bajado el ritmo, de un estilo convencional de celebridad a uno más matizado y llamativo; lo más crucial es que lo han hecho con una especie de elegancia, lo cual es asombroso dada la intensidad de algunas de las revelaciones en juego.

Lo que han logrado es un replanteamiento perfecto para la época de las confesiones en línea y las marcas personales basadas en el trauma, sobre todo para una familia en la que los padres se están alejando de la mirada pública, y los hijos se volvieron famosos incluso antes de poder renunciar a ese aspecto de sus vidas. También es una validación profunda del poder de la franqueza emocional y cómo esta contribuye a la desestigmatización de las celebridades, pues toma el tipo de revelaciones que en otras épocas se habrían relegado a los tabloides amarillistas y las biografías no autorizadas, y las convierte en combustible para la autodeterminación.

Es posible que Will sea el miembro con el perfil público más alto de la familia Smith, pero Jada es quien ayudó a esbozar la reinvención de la familia con Red Table Talk. El programa, que se puede ver en Facebook Watch, inició a mediados de 2018, y pronto se dio a conocer por sus conversaciones cargadas de vulnerabilidad inesperada, tanto con los invitados famosos como entre las anfitrionas: Jada, Willow y la madre de Jada, Adrienne. Cada mujer se mantiene firme en su postura —esto se ve, por ejemplo, en el episodio sobre el poliamor, en el que Willow parece desconcertar a las coanfitrionas con sus comentarios— pero la buena voluntad familiar impide que las tensiones reales estallen en el programa

En las últimas dos décadas, los programas de telerrealidad se han convertido en un espacio seguro alternativo para los más famosos. Antes, las confesiones entre bastidores eran más bien competencia de la prensa sensacionalista, un efecto secundario desagradable de la fama que había que evitar a toda costa. Pero a partir del inicio de la primera década del siglo XXI, en la era de The Osbournes en MTV, los programas de telerrealidad empezaron a ofrecer una vía de escape en la que los famosos podían aprovechar su fama antes de ser empujados hacia la rampa de salida de la irrelevancia de sus carreras.

Era algo novedoso, y acabó fomentando toda una industria de segundas oportunidades para llamar la atención, normalmente para famosos de nivel C y D, tanto en telenovelas familiares con tintes documentales como en programas como Celebrity Rehab With Dr. Drew y Marriage Boot Camp: Reality Stars. Las redes sociales ampliaron las posibilidades disponibles, dando nuevo oxígeno a los conocidos que iban camino de ser menos conocidos.

Para la familia Smith, Red Table Talk supuso una prueba de concepto: era aceptable, e incluso deseable, que los famosos más destacados hicieran que las confesiones sean parte de su marca.

Más de un episodio ahonda en los desafíos del matrimonio de Will y Jada, y ofrece pequeños atisbos de revelación sobre una pareja que suele estar en boca de todos. Insisten en que jamás se van a separar, ya que después de superar ciertos desafíos no especificados, “ya no hay nada que pueda romper nuestra relación” (al final de la charla, Will intenta desmentir algunos rumores frecuentes: “Nunca hemos sido cienciólogos, nunca hemos intercambiado parejas”, aunque Jada procede a señalar que esto último se refiere a un “estilo de vida específico”).

Si ves suficientes episodios de Red Table Talk después de leer el libro de Will y absorber toda su serie de YouTube, podrías descubrir la misma historia contada de varias maneras distintas: el actor lleva planeando este desahogo desde hace tiempo. A diferencia de Jada, quien aborda el programa y comparte sus verdades con más ligereza, Will ha tomado este cambio con total seriedad y lo está tratando como las etapas de producción de una película taquillera: ensayo, refinamiento y ejecución impecable.

Smith promocionando <em>Will</em> con Queen Latifah, el año pasado. Las memorias del actor son sorprendentemente sinceras.
Smith promocionando Will con Queen Latifah, el año pasado. Las memorias del actor son sorprendentemente sinceras.Credit…Matt Rourke/Associated Press

Best Shape of My Life comienza como un programa de pérdida de peso: Will tiene una pequeña barriga de papá dominguero. Para bajarla, vuela a Dubái para trabajar con su entrenador personal, como todos lo haríamos. Afirma que quiere que se grabe todo el proceso porque “las cámaras son como mis patrocinadores, tengo que rendirles cuentas”. Asume retos físicos intensos —subir hasta la cima del Burj Khalifa, el edificio más alto del planeta, o cruzar el circuito de obstáculos de la Academia de Policía de Dubái— mientras también escribe sus memorias.

Al poco tiempo, esa rendición de cuentas empieza a pesarle. La agonía por el objetivo de perder de peso comienza a sentirse como una tensión falsa. Al igual que el estrés por la fecha de entrega de su libro (la cual se enfatiza con los que parecen ser mensajes de voz ensayados por parte de su asistente). Lo que sucede entonces es un tira y afloja entre su compulsión por representar a un personaje y su necesidad de retraerse. El cuarto episodio se titula “I Quit” (Renuncio) y luego continúa con otros dos episodios —después de todo, esta es una producción de Will Smith—. Pero las barreras se están tambaleando: en el quinto episodio, exclama: “A la [improperio] con el presupuesto, a la [improperio] la fecha de entrega… se van a conformar con lo que les demos”.

Varios segmentos del programa se dedican a momentos en los que Will lee fragmentos de sus memorias frente a familiares y amigos. Estos momentos muestran vulnerabilidad sin alejarse jamás de la actuación: Will llora por los desafíos de su infancia, y sus espectadores, entre ellos su terapeuta, asienten. Al menos unos años después de su época dorada en la cima de la taquilla, ha logrado construir un sistema de recompensas más amplio.

(Y no olvidemos que la reinvención de la marca familiar no deja de ser una iniciativa empresarial, hay infinitas oportunidades de promoción cruzada. En Best Shape, Will suele portar prendas de su línea Bel-Air Athletics. Cuando la familia se reúne en Miami para escuchar a Will leer otro capítulo, la mesa está repleta de las características botellas azules y cuadradas de Just Water, la empresa de Jaden).

Jaden Smith sostiene una botella de Just Water en el estreno de una película en Nueva York.
Jaden Smith sostiene una botella de Just Water en el estreno de una película en Nueva York. Credit…Noam Galai/Getty Images

Will, otrora una superestrella conocida por un maximalismo seductor, ya ha experimentado con este tipo de contenido tras bambalinas: Will Smith’s Bucket List, una serie transmitida en Facebook Watch, y Will Smith: Off the Deep End, un documental de inmersión en la naturaleza. Pero el año pasado ha representado una transformación profesional multiplataforma en la que Smith usa todas las herramientas de la fama para eliminar cada una de sus máscaras.

En su autobiografía, escribe de manera conmovedora sobre la ambivalencia que siente con respecto a su padre, que le inculcó la disciplina con la que luego construiría su exitosa carrera, pero que también fue una forma de abuso. En una sección, sugiere que alguna vez consideró empujar a su padre anciano por las escaleras como venganza.

Sin embargo, la verdadera revelación sobre la relación de Will con la autoridad parental se presenta en Rey Richard: una familia ganadora, la película biográfica del año pasado sobre Richard Williams, el padre de Serena y Venus. Richard Williams a menudo fue difamado por la manera hiperenfocada en la que crio a sus hijas, pero Will lo interpreta con empatía como un héroe testarudo; enfatiza su tenacidad, pero nunca la vuelve un motivo de burla (fue nominado al Oscar por su actuación). Todos los medios se justifican cuando el fin es tan codiciado.

Es probable que el papel tenga un doble significado para Will. Por un lado, es una celebración de la disciplina transformadora que aprendió de su propio padre (en un contexto no abusivo) y, por otro, es un argumento que respalda su propio estilo de crianza. Tanto en las memorias como en el programa de entrevistas de Jada, Smith habla abiertamente sobre cómo su intervención paterna de mano dura con Jaden y Willow le explotó en la cara en varias ocasiones. Cuando el primer sencillo de Willow, “Whip My Hair”, se convirtió en un éxito, ella se rapó la cabeza para rebelarse contra las presiones de salir de gira. La película de acción que hizo con Jaden, Después de la Tierra, fue un fracaso rotundo. (Will tiene otro hijo, Trey, de su primer matrimonio, quien a veces hace actuaciones como DJ y aparece como invitado en Red Table Talk).

Sin embargo, la ecuanimidad de los Smith más jóvenes es bastante extraordinaria. Son librepensadores como suelen ser los hijos de padres privilegiados, pero también son curiosos y empáticos y, en general, son decididamente cariñosos (si escuchas a Jaden hablar sobre cómo aprendió los rituales de pagar por la cena, se te derretirá el corazón). En vista de la trayectoria completa que vivieron sus padres, de ser celebridades intocables y de vuelta a la realidad, y en vista del hecho de que ambos nacieron en una generación mucho más transparente, les es fácil adaptarse a la nueva visibilidad de su familia.

Jaden se ha retirado en gran medida de los focos, aunque el año pasado publicó un álbum, CTV3: Day Tripper’s Edition, lleno de dream-pop espacial. Cuando aparece en Red Table Talk o en la serie Best Shape of My Life, parece casi imposiblemente sabio.

Willow ha publicado cinco álbumes de forma relativamente discreta, y recientemente se ha centrado en un estilo pop-punk enérgico que es a la vez ácido y moderno. Lately I Feel Everything, que salió el año pasado, es su mejor álbum, e incluye el himno marcado sobre la duplicidad “Transparentsoul” y canciones crudas como “Xtra”, en la que busca espacio para una exhalación profunda: “No quiero romperme tan fácilmente bajo la presión / Necesito algo de tiempo a solas para respirar, necesito un poco de árbol y aire fresco”. Y el álbum que sacó en 2020 como parte del dúo llamado Anxiety (en el que también está Tyler Cole) incluye “Meet Me at Our Spot”, que se convirtió en un gran éxito en TikTok el año pasado como banda sonora para que los jóvenes creadores se perdieran chamánicamente en la danza.

En Red Table Talk, Willow es un faro de seriedad y humanidad. Sentir profundamente es el centro de su presentación pública; su conversación con Paris Jackson fue menos una entrevista que un abrazo simpático. (En un momento dado, Willow sugirió que se había cortado a sí misma en sus años de juventud). En su música y en sus conversaciones en Red Table, comprende la inutilidad de ocultar sus sentimientos, por lo que no se molesta.

No obstante, para Will y Jada, la cuerda floja de la confesión es, por naturaleza, una reafirmación de poder. Ser así de vulnerable, casi sin miedo de enfrentar represalias o sufrir un colapso público, es quizá la prueba de fuego de la fama. La única pregunta es qué secretos siguen acechando detrás de esa transparencia.

Aldea84
Aldea84http://aldea84.com
Sitio para nativos y migrantes digitales basado en la publicación de noticias de Tijuana y Baja California, etnografías fronterizas, crónicas urbanas, reportajes de investigación, además de tocar tópicos referentes a la tecnología, ciencia, salud y la caótica -y no menos surrealista- agenda nacional.
spot_imgspot_imgspot_imgspot_img

Artículos relacionados

spot_imgspot_imgspot_imgspot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

spot_img

Lo más reciente

spot_img

Will, Jada, Jaden y Willow Smith han reinventado su imagen elitista del antiguo Hollywood para entrar en la nueva era de la fama impulsada por la telerrealidad.


En la primera página de Will, la autobiografía de Will Smith que se publicó hace poco, la superestrella global relata una historia espantosa de cuando vio a su padre golpeando a su madre en la cabeza con tanta fuerza que ella escupió sangre. Los primeros capítulos del libro continúan en el mismo tono: un Will joven, carismático y excéntrico por naturaleza, asume el papel del animador de la familia para salvar a su madre, a sí mismo y a todos los demás.El Times  Una selección semanal de historias en español que no encontrarás en ningún otro sitio, con eñes y acentos. Get it sent to your inbox.

“Yo iba a ser el niño estrella”, escribe. “El salvador de mi madre. El usurpador de mi padre. Se volvería la actuación más importante de mi vida. Y, en los siguientes 40 años, no me saldría del papel. Ni una sola vez”.

El hecho de que se convirtiera en el conquistador perpetuo en sus películas a partir de mediados de los años noventa —Smith vence a extraterrestres en Hombres de negro, a robots en Yo, robot, a mutantes en Soy leyenda, a narcotraficantes en Dos policías rebeldes, a George Foreman en Ali— tal vez fue una consecuencia del trauma, pero también lo convirtió en uno de los actores más taquilleros del mundo. Fuera de la pantalla se comportaba casi igual que en la ficción, lo cual revelaba poco: era una persona inescrutable adorada por millones.

En los últimos dos años, los músculos de Smith se han aflojado un poco. Se ha transformado en una presencia relajada y un tanto improvisada en Instagram y TikTok. Además de su autobiografía inusualmente vulnerable, hace poco también apareció en Best Shape of My Life, una serie documental de seis episodios en YouTube Originals, que a primera vista trata del esfuerzo de Smith por perder peso, pero en realidad explora las fisuras cada vez más profundas en la imagen exterior del personaje que el actor presenta al público. Durante décadas, se fusionó con una fachada dura; pero ahora está dejando que se desvanezca.

Este giro hacia la transparencia lo vuelve el patriarca de una familia que, en últimas fechas, ha hecho de la intimidad su especialidad. Los Smith —Will, de 53 años; su esposa, Jada, de 50; sus hijos, Jaden, de 23; y Willow, de 21— se han convertido en la primera familia que ha decidido revelarlo todo. Entre el nuevo estado de relajación de Will, el programa de entrevistas francas de Jada y Willow llamado Red Table Talk y la música de Willow y Jaden, los Smith han reinventado su imagen elitista del antiguo Hollywood para entrar en la nueva era de la fama impulsada por la telerrealidad.

De izquierda a derecha: Adrienne Banfield-Norris, Jada Pinkett Smith, Willow Smith y Will Smith en un episodio de <em>Red Table Talk</em>.
De izquierda a derecha: Adrienne Banfield-Norris, Jada Pinkett Smith, Willow Smith y Will Smith en un episodio de Red Table Talk.Credit…Facebook Watch

Su trayectoria ha sido lo opuesto a la de las Kardashian, por ejemplo, el ideal platónico del clan de la telerrealidad que alcanzó el estrellato tradicional por su propia fuerza de voluntad (siempre desdibujando las líneas entre la nueva y la vieja fama). Por el contrario, los Smith han bajado el ritmo, de un estilo convencional de celebridad a uno más matizado y llamativo; lo más crucial es que lo han hecho con una especie de elegancia, lo cual es asombroso dada la intensidad de algunas de las revelaciones en juego.

Lo que han logrado es un replanteamiento perfecto para la época de las confesiones en línea y las marcas personales basadas en el trauma, sobre todo para una familia en la que los padres se están alejando de la mirada pública, y los hijos se volvieron famosos incluso antes de poder renunciar a ese aspecto de sus vidas. También es una validación profunda del poder de la franqueza emocional y cómo esta contribuye a la desestigmatización de las celebridades, pues toma el tipo de revelaciones que en otras épocas se habrían relegado a los tabloides amarillistas y las biografías no autorizadas, y las convierte en combustible para la autodeterminación.

Es posible que Will sea el miembro con el perfil público más alto de la familia Smith, pero Jada es quien ayudó a esbozar la reinvención de la familia con Red Table Talk. El programa, que se puede ver en Facebook Watch, inició a mediados de 2018, y pronto se dio a conocer por sus conversaciones cargadas de vulnerabilidad inesperada, tanto con los invitados famosos como entre las anfitrionas: Jada, Willow y la madre de Jada, Adrienne. Cada mujer se mantiene firme en su postura —esto se ve, por ejemplo, en el episodio sobre el poliamor, en el que Willow parece desconcertar a las coanfitrionas con sus comentarios— pero la buena voluntad familiar impide que las tensiones reales estallen en el programa

En las últimas dos décadas, los programas de telerrealidad se han convertido en un espacio seguro alternativo para los más famosos. Antes, las confesiones entre bastidores eran más bien competencia de la prensa sensacionalista, un efecto secundario desagradable de la fama que había que evitar a toda costa. Pero a partir del inicio de la primera década del siglo XXI, en la era de The Osbournes en MTV, los programas de telerrealidad empezaron a ofrecer una vía de escape en la que los famosos podían aprovechar su fama antes de ser empujados hacia la rampa de salida de la irrelevancia de sus carreras.

Era algo novedoso, y acabó fomentando toda una industria de segundas oportunidades para llamar la atención, normalmente para famosos de nivel C y D, tanto en telenovelas familiares con tintes documentales como en programas como Celebrity Rehab With Dr. Drew y Marriage Boot Camp: Reality Stars. Las redes sociales ampliaron las posibilidades disponibles, dando nuevo oxígeno a los conocidos que iban camino de ser menos conocidos.

Para la familia Smith, Red Table Talk supuso una prueba de concepto: era aceptable, e incluso deseable, que los famosos más destacados hicieran que las confesiones sean parte de su marca.

Más de un episodio ahonda en los desafíos del matrimonio de Will y Jada, y ofrece pequeños atisbos de revelación sobre una pareja que suele estar en boca de todos. Insisten en que jamás se van a separar, ya que después de superar ciertos desafíos no especificados, “ya no hay nada que pueda romper nuestra relación” (al final de la charla, Will intenta desmentir algunos rumores frecuentes: “Nunca hemos sido cienciólogos, nunca hemos intercambiado parejas”, aunque Jada procede a señalar que esto último se refiere a un “estilo de vida específico”).

Si ves suficientes episodios de Red Table Talk después de leer el libro de Will y absorber toda su serie de YouTube, podrías descubrir la misma historia contada de varias maneras distintas: el actor lleva planeando este desahogo desde hace tiempo. A diferencia de Jada, quien aborda el programa y comparte sus verdades con más ligereza, Will ha tomado este cambio con total seriedad y lo está tratando como las etapas de producción de una película taquillera: ensayo, refinamiento y ejecución impecable.

Smith promocionando <em>Will</em> con Queen Latifah, el año pasado. Las memorias del actor son sorprendentemente sinceras.
Smith promocionando Will con Queen Latifah, el año pasado. Las memorias del actor son sorprendentemente sinceras.Credit…Matt Rourke/Associated Press

Best Shape of My Life comienza como un programa de pérdida de peso: Will tiene una pequeña barriga de papá dominguero. Para bajarla, vuela a Dubái para trabajar con su entrenador personal, como todos lo haríamos. Afirma que quiere que se grabe todo el proceso porque “las cámaras son como mis patrocinadores, tengo que rendirles cuentas”. Asume retos físicos intensos —subir hasta la cima del Burj Khalifa, el edificio más alto del planeta, o cruzar el circuito de obstáculos de la Academia de Policía de Dubái— mientras también escribe sus memorias.

Al poco tiempo, esa rendición de cuentas empieza a pesarle. La agonía por el objetivo de perder de peso comienza a sentirse como una tensión falsa. Al igual que el estrés por la fecha de entrega de su libro (la cual se enfatiza con los que parecen ser mensajes de voz ensayados por parte de su asistente). Lo que sucede entonces es un tira y afloja entre su compulsión por representar a un personaje y su necesidad de retraerse. El cuarto episodio se titula “I Quit” (Renuncio) y luego continúa con otros dos episodios —después de todo, esta es una producción de Will Smith—. Pero las barreras se están tambaleando: en el quinto episodio, exclama: “A la [improperio] con el presupuesto, a la [improperio] la fecha de entrega… se van a conformar con lo que les demos”.

Varios segmentos del programa se dedican a momentos en los que Will lee fragmentos de sus memorias frente a familiares y amigos. Estos momentos muestran vulnerabilidad sin alejarse jamás de la actuación: Will llora por los desafíos de su infancia, y sus espectadores, entre ellos su terapeuta, asienten. Al menos unos años después de su época dorada en la cima de la taquilla, ha logrado construir un sistema de recompensas más amplio.

(Y no olvidemos que la reinvención de la marca familiar no deja de ser una iniciativa empresarial, hay infinitas oportunidades de promoción cruzada. En Best Shape, Will suele portar prendas de su línea Bel-Air Athletics. Cuando la familia se reúne en Miami para escuchar a Will leer otro capítulo, la mesa está repleta de las características botellas azules y cuadradas de Just Water, la empresa de Jaden).

Jaden Smith sostiene una botella de Just Water en el estreno de una película en Nueva York.
Jaden Smith sostiene una botella de Just Water en el estreno de una película en Nueva York. Credit…Noam Galai/Getty Images

Will, otrora una superestrella conocida por un maximalismo seductor, ya ha experimentado con este tipo de contenido tras bambalinas: Will Smith’s Bucket List, una serie transmitida en Facebook Watch, y Will Smith: Off the Deep End, un documental de inmersión en la naturaleza. Pero el año pasado ha representado una transformación profesional multiplataforma en la que Smith usa todas las herramientas de la fama para eliminar cada una de sus máscaras.

En su autobiografía, escribe de manera conmovedora sobre la ambivalencia que siente con respecto a su padre, que le inculcó la disciplina con la que luego construiría su exitosa carrera, pero que también fue una forma de abuso. En una sección, sugiere que alguna vez consideró empujar a su padre anciano por las escaleras como venganza.

Sin embargo, la verdadera revelación sobre la relación de Will con la autoridad parental se presenta en Rey Richard: una familia ganadora, la película biográfica del año pasado sobre Richard Williams, el padre de Serena y Venus. Richard Williams a menudo fue difamado por la manera hiperenfocada en la que crio a sus hijas, pero Will lo interpreta con empatía como un héroe testarudo; enfatiza su tenacidad, pero nunca la vuelve un motivo de burla (fue nominado al Oscar por su actuación). Todos los medios se justifican cuando el fin es tan codiciado.

Es probable que el papel tenga un doble significado para Will. Por un lado, es una celebración de la disciplina transformadora que aprendió de su propio padre (en un contexto no abusivo) y, por otro, es un argumento que respalda su propio estilo de crianza. Tanto en las memorias como en el programa de entrevistas de Jada, Smith habla abiertamente sobre cómo su intervención paterna de mano dura con Jaden y Willow le explotó en la cara en varias ocasiones. Cuando el primer sencillo de Willow, “Whip My Hair”, se convirtió en un éxito, ella se rapó la cabeza para rebelarse contra las presiones de salir de gira. La película de acción que hizo con Jaden, Después de la Tierra, fue un fracaso rotundo. (Will tiene otro hijo, Trey, de su primer matrimonio, quien a veces hace actuaciones como DJ y aparece como invitado en Red Table Talk).

Sin embargo, la ecuanimidad de los Smith más jóvenes es bastante extraordinaria. Son librepensadores como suelen ser los hijos de padres privilegiados, pero también son curiosos y empáticos y, en general, son decididamente cariñosos (si escuchas a Jaden hablar sobre cómo aprendió los rituales de pagar por la cena, se te derretirá el corazón). En vista de la trayectoria completa que vivieron sus padres, de ser celebridades intocables y de vuelta a la realidad, y en vista del hecho de que ambos nacieron en una generación mucho más transparente, les es fácil adaptarse a la nueva visibilidad de su familia.

Jaden se ha retirado en gran medida de los focos, aunque el año pasado publicó un álbum, CTV3: Day Tripper’s Edition, lleno de dream-pop espacial. Cuando aparece en Red Table Talk o en la serie Best Shape of My Life, parece casi imposiblemente sabio.

Willow ha publicado cinco álbumes de forma relativamente discreta, y recientemente se ha centrado en un estilo pop-punk enérgico que es a la vez ácido y moderno. Lately I Feel Everything, que salió el año pasado, es su mejor álbum, e incluye el himno marcado sobre la duplicidad “Transparentsoul” y canciones crudas como “Xtra”, en la que busca espacio para una exhalación profunda: “No quiero romperme tan fácilmente bajo la presión / Necesito algo de tiempo a solas para respirar, necesito un poco de árbol y aire fresco”. Y el álbum que sacó en 2020 como parte del dúo llamado Anxiety (en el que también está Tyler Cole) incluye “Meet Me at Our Spot”, que se convirtió en un gran éxito en TikTok el año pasado como banda sonora para que los jóvenes creadores se perdieran chamánicamente en la danza.

En Red Table Talk, Willow es un faro de seriedad y humanidad. Sentir profundamente es el centro de su presentación pública; su conversación con Paris Jackson fue menos una entrevista que un abrazo simpático. (En un momento dado, Willow sugirió que se había cortado a sí misma en sus años de juventud). En su música y en sus conversaciones en Red Table, comprende la inutilidad de ocultar sus sentimientos, por lo que no se molesta.

No obstante, para Will y Jada, la cuerda floja de la confesión es, por naturaleza, una reafirmación de poder. Ser así de vulnerable, casi sin miedo de enfrentar represalias o sufrir un colapso público, es quizá la prueba de fuego de la fama. La única pregunta es qué secretos siguen acechando detrás de esa transparencia.

Aldea84
Aldea84http://aldea84.com
Sitio para nativos y migrantes digitales basado en la publicación de noticias de Tijuana y Baja California, etnografías fronterizas, crónicas urbanas, reportajes de investigación, además de tocar tópicos referentes a la tecnología, ciencia, salud y la caótica -y no menos surrealista- agenda nacional.

Artículos relacionados

spot_imgspot_imgspot_imgspot_img
spot_imgspot_imgspot_imgspot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

spot_img

Lo más reciente

spot_img