Aunque los estupefacientes tienen más visibilidad que nunca en las series y la música mainstream, no está claro hasta qué punto están reflejando la realidad.
La última serie de David Simon, creador de The Wire (2002-2008), es We Own This City . En él, Simon va y viene en el tiempo para explicar lo difícil que es controlar el consumo de drogas. A lo largo de seis episodios, el espectador toma conciencia de lo enrevesado y turbio que es un ecosistema como el de la venta de sustancias prohibidas en las calles de Baltimore, Maryland. “Antes, en una serie como la de Simón, esto hubiera sido impensable”, dice Fidel Moreno, director de Cáñamo , una revista sobre cultura cannábica. “Pero nos permite cuestionar el fracaso de la guerra contra las drogas y cómo esa lucha causa más dolor y sufrimiento a las comunidades marginales. Al final, es una guerra contra los pobres”.
We Own This City es solo un ejemplo más de cómo las drogas se han vuelto más visibles en la cultura contemporánea. En Euphoria (HBO Max), uno de los personajes principales, Rue (interpretada por Zendaya), consume fentanilo, un opioide sintético muy peligroso. Uno de sus derivados, el carfentanilo, puede ser 10.000 veces más potente que la morfina.
Sin embargo, el aumento del consumo de drogas y alcohol entre los jóvenes de la ficción contrasta con los últimos datos. La Generación Z (los nacidos entre finales de los 90 y los 2000) es la más sobria de la historia reciente; Los datos de un estudio internacional HBSC, patrocinado por la Organización Mundial de la Salud, muestran que hoy en día los adolescentes beben menos que nunca. Solo el 8% bebe alcohol cada semana, un tercio de los que tenían su edad en 2006. Además, el 76% cree que tomar cinco o seis copas en un fin de semana puede causar problemas.
Un fenómeno mundial
La presencia de sustancias ilegales en la cultura dominante no se limita a los Estados Unidos. Los ejemplos abundan, con canciones como Ex-Drugdealer , del grupo español PXXR GVNG, que incluye la letra: “¿Cuánto quieres? Tengo coca, tengo M”, o Million Dollar Baby , escrito por Cecilio G y Marvin Cruz: “A los 17 años me drogaba todo el tiempo / Pintaba metros y robaba ron Brugal / Soy de la calle , I’m not Bad Gyal”, en referencia a la cantante catalana que se autodenomina “Miss Marihuana”.
La serie española Élite destaca a jóvenes que consumen un polvo rosa llamado tusi -también conocido como cocaína rosa- que forma parte de lo que el Ministerio de Sanidad español considera “sustancias psicoactivas nuevas o emergentes, con efectos similares a las drogas clásicas, generalmente no reguladas”. Aproximadamente 400 nuevas sustancias aparecen cada año. En España, los protagonistas de la serie de televisión Cardo viven en un mundo tan precario y falto de oportunidades que no les queda más remedio que entregarse a todo lo que les permita olvidar. Y Autodefensa , una nueva serie original del servicio español de streaming Filmin, presenta una visión similar.
David Sucunza, profesor de la Universidad de Alcalá de España y autor de Drogas, fármacos y venenos , señala que las drogas no siempre han tenido glamour; de hecho, ni siquiera han sido siempre ilegales. Su libro es un relato de la importancia, relevancia y valor que muchos de estos antiguos anestésicos tienen en la actualidad. “Si lees literatura del siglo XIX, donde aparecen menciones al láudano oa la cocaína, verás que eran legales. No había ningún tabú cultural contra ellos. Era una época en la que apenas había fármacos para paliar las enfermedades”, confirma la investigadora. Hoy, todavía está por ver si esta nueva franqueza en lo que respecta al consumo de drogas lo está fomentando, reflejando la realidad o incluso caricaturizándola. Tal vez lo está haciendo todo a la vez.
