La innovación tecnológica y la planeación urbana se vuelven factores estratégicos para consolidar la relación de intercambio entre ambas ciudades y fomentar su mutuo crecimiento.
Punto icónico de la relación entre México y Estados Unidos, la relación metropolitana, cultural y económica de Tijuana y San Diego, ciudades de Baja California y California, respectivamente, constituye una de las más complejas del mundo.
Por la densidad de sus intercambios, el Producto Interno Bruto (PIB) de esta zona (260, 000 millones de dólares) es más grande que los de Chile y Perú y cercana a los de Vietnam y Finlandia.
Mientras que México cuenta con una población superior a los 128 millones de habitantes, Perú tiene casi 33 millones y Chile poco menos de 20, mientras que tan sólo en Tijuana hay 1,9 millones de personas, mientras que San Diego cuenta con 1,4 millones de habitantes.
Es decir que entre ambas ciudades hay 3.3 millones de habitantes. La población que atraviesa la línea fronteriza entre los dos destinos todos los días es de 50,000 personas, es decir, 18.2 millones de personas al año.
Según cifras del Gobierno de Estados Unidos, más de 80 millones de vehículos ingresaron a ese país desde México en 2020, dada la fuerza de exportación vehícular de la nación gobernada por Andrés Manuel López Obrador.
La línea fronteriza de alrededor de 3,000 kilómetros entre ambos países convierte su relación económica, política y comercial en una de las más complejas del mundo, con 506,994 millones de dólares involucrados en 2020. En ese vínculo, destaca el enlace entre Tijuana y San Diego por su cercanía transversal.
El director ejecutivo de Smart Border Coalition, Gustavo De la Fuente, citado por Expansión, enfatiza que la relación entre ambas ciudades es tan dinámica la relación bilateral entre ambos puntos que inclusive el Gobierno de México impulsa el Colegio de la Frontera Norte (Colef), especializado en el estudio e investigación de la relación transfronteriza, entre otros ejemplos.
Así, la innovación tecnológica y la planeación urbana se vuelven factores estratégicos para consolidar la relación de intercambio entre ambas ciudades y fomentar su mutuo crecimiento, pues las demoras en el cruce fronterizo suponen pérdidas por 3,400 millones de dólares anuales y 88,000 empleos, de acuerdo con cifras oficiales de San Diego.
A estos desafíos por resolver en la relación bilateral figura también la violencia, pues Baja California es uno de los nueve estados prioritarios de la estrategia de seguridad de la administración de López Obrador, y Tijuana es testigo de episodios de violencia como el reciente asesinato de la periodista Lourdes Maldonado.La ejecución de la comunicadora desató indignación nacional e internacional tanto en el gremio periodístico como entre organismos defensores y entidades políticas.
