¿A qué temperatura debo mantener mi congelador en verano e invierno?

Según expertos, una de las medidas para ahorrar energía en el hogar es la de tener la nevera a una temperatura de 4ºC y el congelador entre -18 y -25 ºC. En la actualidad, y teniendo en cuenta que muchas neveras se regulan solas, es también elegir el lugar donde se coloca este electrodoméstico y optimizar el almacenamiento.


Encontrar el modo más eficaz de conservar los alimentos ha mantenido ocupados a los humanos desde tiempos inmemoriales. Los antiguos persas desarrollaron el ‘yakhchal’, un sistema arquitectónico para producir hielo y aprovechar su refrigeración. Los griegos clásicos crearon los ‘psicteros’, vasijas que se mantenían flotando en agua para enfriar el vino en su interior. Estos inventos y muchos otros les permitían disfrutar de alimentos frescos durante más tiempo y evitar numerosas enfermedades.

Siglos después, la mecanización y la electrificación permitieron desarrollar los refrigeradores modernos, capaces de ganar en la lucha contra la caducidad y conservar los alimentos en buen estado durante días.

Hoy, su eficiencia energética depende en gran medida de su uso: es importante saber a qué temperatura debe mantenerse la nevera para garantizar la conservación de los alimentos y reducir al máximo su huella energética. Con unos sencillos consejos, es posible mejorar el rendimiento de estos electrodomésticos y ayudar así a una rutina más sostenible.

La temperatura ideal

“Tener la nevera a 4ºC y el congelador en torno a los -18 y -25 es suficiente”, explica Laura Cardenal, responsable de comunicación de Selectra, una empresa especializada en el asesoramiento y la comparación de tarifas en materia de energía. Por lo general, añade, con los aparatos actuales puede mantenerse la misma temperatura en verano y en invierno.

“La temperatura exterior influye a la hora de mantener la de la nevera. Sin embargo, hoy casi todos los frigoríficos cuentan con sistemas integrados de regulación de la temperatura y el propio aparato se reajusta, por lo que muchas veces no hay que hacer nada. Para aquellos que cuentan con modelos más antiguos, que no se ajustan solos, sí es recomendable bajar un par de grados en verano para asegurarse”, explica Cardenal.

Mantener la nevera en la temperatura recomendada y no rebajarla hasta otras más frías ayuda a limitar el gasto energético en el hogar. Se trata de un gesto importante, ya que el frigorífico es uno de los electrodomésticos que más electricidad consumen en el día a día. De acuerdo con la Guía práctica de la energía: Consumo eficiente y responsable, del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), en los hogares españoles en los que se dispone de todos los equipos de suministro eléctrico, cerca del 18 % de la electricidad se destina a la refrigeración y congelación de los alimentos.

Esto se debe a que es un electrodoméstico que se usa de forma continua y se desconecta en muy pocas ocasiones. Así, su consumo es importante, a pesar de que su potencia no es muy grande: tal y como señalan desde IDAE, esta puede ser de 200 vatios frente a los 2.000 vatios de un secador, por ejemplo.

‘Podcast’: Los toldos solares, un aliado para combatir el calor sin dañar el medioambiente

¿A qué temperatura debo mantener mi frigorífico en verano y en invierno?

Consejos para mantener la temperatura de la nevera

Lo primero que debe tenerse en cuenta a la hora de optimizar el uso del frigorífico es que sus prestaciones dependen del lugar en donde se ubique. Es recomendable colocarlo alejado de fuentes de calor como radiadores u hornos, y evitar que la luz del sol le dé de forma directa. Además, debe facilitarse la circulación de aire por su parte trasera para favorecer la ventilación.

El tipo de electrodoméstico elegido también influye en sus prestaciones. Siempre es aconsejable optar por aquellos con mejor eficiencia energética en su etiqueta y no comprar equipos más grandes de lo necesario. “Aunque no es el único factor, el tamaño del frigorífico influye. Cuanto más grande sea, más tendrá que enfriar y más consumirá”, explica Cardenal.

El uso que se hace de la nevera a diario también influye en su rendimiento. Estos son algunos de los consejos de IDAE y Selectra para favorecer el buen funcionamiento, el ahorro y el mantenimiento de estos electrodomésticos:

1. Apertura inteligente: Abrirlo poco y el menor tiempo posible.

2. Cuidado con las temperaturas: No meter comida ni bebida caliente.

3. Uso razonable del frío: Bajar la refrigeración cuando hay poca comida dentro.

4. Usar el ‘modo vacaciones’: Dejarlo en modo vacaciones al marchar de casa durante varios días.

5. Distribución correcta en el interior: Optimizar el almacenamiento para que el frío se distribuya correctamente.

6. Labores de mantenimiento: Descongelar el congelador cada tres meses, aproximadamente. De acuerdo con IDAE, la formación de hielo o escarcha actúa como aislante y no deja enfriar, lo que hace que se consuma energía inútilmente.

Limpiar la parrilla trasera cada año. El objetivo: ayudar a que la suciedad no impida un correcto y eficiente funcionamiento.

Aldea84
Aldea84http://aldea84.com
Sitio para nativos y migrantes digitales basado en la publicación de noticias de Tijuana y Baja California, etnografías fronterizas, crónicas urbanas, reportajes de investigación, además de tocar tópicos referentes a la tecnología, ciencia, salud y la caótica -y no menos surrealista- agenda nacional.
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Encontrar el modo más eficaz de conservar los alimentos ha mantenido ocupados a los humanos desde tiempos inmemoriales. Los antiguos persas desarrollaron el ‘yakhchal’, un sistema arquitectónico para producir hielo y aprovechar su refrigeración. Los griegos clásicos crearon los ‘psicteros’, vasijas que se mantenían flotando en agua para enfriar el vino en su interior. Estos inventos y muchos otros les permitían disfrutar de alimentos frescos durante más tiempo y evitar numerosas enfermedades.

Siglos después, la mecanización y la electrificación permitieron desarrollar los refrigeradores modernos, capaces de ganar en la lucha contra la caducidad y conservar los alimentos en buen estado durante días.

Hoy, su eficiencia energética depende en gran medida de su uso: es importante saber a qué temperatura debe mantenerse la nevera para garantizar la conservación de los alimentos y reducir al máximo su huella energética. Con unos sencillos consejos, es posible mejorar el rendimiento de estos electrodomésticos y ayudar así a una rutina más sostenible.

La temperatura ideal

“Tener la nevera a 4ºC y el congelador en torno a los -18 y -25 es suficiente”, explica Laura Cardenal, responsable de comunicación de Selectra, una empresa especializada en el asesoramiento y la comparación de tarifas en materia de energía. Por lo general, añade, con los aparatos actuales puede mantenerse la misma temperatura en verano y en invierno.

“La temperatura exterior influye a la hora de mantener la de la nevera. Sin embargo, hoy casi todos los frigoríficos cuentan con sistemas integrados de regulación de la temperatura y el propio aparato se reajusta, por lo que muchas veces no hay que hacer nada. Para aquellos que cuentan con modelos más antiguos, que no se ajustan solos, sí es recomendable bajar un par de grados en verano para asegurarse”, explica Cardenal.

Mantener la nevera en la temperatura recomendada y no rebajarla hasta otras más frías ayuda a limitar el gasto energético en el hogar. Se trata de un gesto importante, ya que el frigorífico es uno de los electrodomésticos que más electricidad consumen en el día a día. De acuerdo con la Guía práctica de la energía: Consumo eficiente y responsable, del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), en los hogares españoles en los que se dispone de todos los equipos de suministro eléctrico, cerca del 18 % de la electricidad se destina a la refrigeración y congelación de los alimentos.

Esto se debe a que es un electrodoméstico que se usa de forma continua y se desconecta en muy pocas ocasiones. Así, su consumo es importante, a pesar de que su potencia no es muy grande: tal y como señalan desde IDAE, esta puede ser de 200 vatios frente a los 2.000 vatios de un secador, por ejemplo.

‘Podcast’: Los toldos solares, un aliado para combatir el calor sin dañar el medioambiente

¿A qué temperatura debo mantener mi frigorífico en verano y en invierno?

Consejos para mantener la temperatura de la nevera

Lo primero que debe tenerse en cuenta a la hora de optimizar el uso del frigorífico es que sus prestaciones dependen del lugar en donde se ubique. Es recomendable colocarlo alejado de fuentes de calor como radiadores u hornos, y evitar que la luz del sol le dé de forma directa. Además, debe facilitarse la circulación de aire por su parte trasera para favorecer la ventilación.

El tipo de electrodoméstico elegido también influye en sus prestaciones. Siempre es aconsejable optar por aquellos con mejor eficiencia energética en su etiqueta y no comprar equipos más grandes de lo necesario. “Aunque no es el único factor, el tamaño del frigorífico influye. Cuanto más grande sea, más tendrá que enfriar y más consumirá”, explica Cardenal.

El uso que se hace de la nevera a diario también influye en su rendimiento. Estos son algunos de los consejos de IDAE y Selectra para favorecer el buen funcionamiento, el ahorro y el mantenimiento de estos electrodomésticos:

1. Apertura inteligente: Abrirlo poco y el menor tiempo posible.

2. Cuidado con las temperaturas: No meter comida ni bebida caliente.

3. Uso razonable del frío: Bajar la refrigeración cuando hay poca comida dentro.

4. Usar el ‘modo vacaciones’: Dejarlo en modo vacaciones al marchar de casa durante varios días.

5. Distribución correcta en el interior: Optimizar el almacenamiento para que el frío se distribuya correctamente.

6. Labores de mantenimiento: Descongelar el congelador cada tres meses, aproximadamente. De acuerdo con IDAE, la formación de hielo o escarcha actúa como aislante y no deja enfriar, lo que hace que se consuma energía inútilmente.

Limpiar la parrilla trasera cada año. El objetivo: ayudar a que la suciedad no impida un correcto y eficiente funcionamiento.

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