El boxeo, un deporte de los de más historia en el programa del deporte olímpico, llega a los Juegos Olímpicos 2024 en uno de sus peores momentos de relación con todo el movimiento del COI.
Las múltiples quejas que se repiten en cada edición de los Juegos Olímpicos y los distintos torneos amateur (también sucede en el profesionalismo) por los fallos extraños de los jurados se han sumado a otras irregularidades de la IBA, la asociación internacional de boxeo.
El torneo de boxeo de estos Juegos Olímpicos es extraño ya que el COI ha decidido dejar de reconocer a la IBA a mediados de 2023 y hacerse cargo de la organización del boxeo en París 2024, mientras que el deporte podría perder su estatus olímpico para Los Ángeles 2028 si no se organiza nuevamente (el surgimiento de la asociación World Boxing en 2023, con el apoyo de Estados Unidos, Filipinas, los británicos, Argentina, Canadá, Alemania, Italia, Corea del Sur y otros países, podría ser la solución).
Toda esta disputa dirigencial terminó abriendo la puerta a otra polémica en el boxeo de los Juegos Olímpicos 2024, una de género que impacta de lleno en una candidata a ganar la medalla de oro, Imane Khalif de Argelia.
Imane Khelif, la boxeadora de la polémica de género en los Juegos Olímpicos 2024
Imane Khelif es una boxeadora argelina de 25 años que compite en la categoría de hasta 66 kilos de los Juegos Olímpicos 2024. Después de participaciones sin mucho éxito en los Mundiales de 2018 y 2019 y de alcanzar los cuartos de final en Tokio 2020, a apenas una victoria de ser medallista (cayó ante la campeona Kellie Harrington), subió de división a peso superligero y en 2022 ganó la medalla de oro en los Juegos del Mediterráneo y el Campeonato de África, y fue subcampeona mundial amateur.
En el Mundial 2023, realizado en India en el mes de marzo, Khelif compitió en peso wélter y ganó con claridad sus primeros cuatro combates, pero fue descalificada por la IBA antes de competir en la final, el mismo día de ese combate. Un test hormonal determinó que Khelif tenía mucha más testosterona de la normal para una mujer, y fue excluida por no pasar el criterio de elegibilidad de la IBA. Lo mismo ocurrió con la ex bicampeona mundial Lin Yu-ting, de Taiwán, que había obtenido la medalla de bronce.
Khelif culpó por esto a una conspiración en su contra. “Frecuentemente sufrí bullying por mi apariencia, y resistí y continué a pesar de todo. Hoy esos argumentos tuvieron éxito y estoy en shock. Participé en muchos torneos y no hubo problemas, pero cuando mis chances de ganar la medalla de oro fueron grandes, llegaron y lo evitaron, justificándose con que mis números son más altos que los del resto de las mujeres”, dijo Khelif en su momento. “Han conspirado contra Argelia para que su bandera no esté en lo más alto y que no ganemos la medalla de oro”.
Umar Kremlev, el presidente de la IBA, declaró ante la agencia rusa Tass que los tests de ADN de Khelif y Lin “probaron que tienen cromosomas XY (los del género masculino) y por eso fueron excluidas”.
Sin embargo, como es el COI quien está a cargo del boxeo de los Juegos Olímpicos, la exclusión para Khelif y Lin no aplicó y les permitieron participar del proceso clasificatorio para París 2024, en el que tuvieron éxito.
Khelif fue señalada como “atleta trans” en redes sociales y medios de comunicación, incluso con denuncias de personalidades del boxeo sobre que no deben dejarla participar por el peligro que supone para sus rivales. “Es patético, los hombres se transformarán en mujeres para tener ventaja en el deporte. ¿Qué hacen las autoridades al respecto? En el boxeo o en cualquier otro tipo de deporte de combate, es criminal“, dijo el irlandés Barry McGuigan, excampeón mundial.
El Comité Olímpico Argelino denunció enérgicamente los ataques contra la atleta, calificándolos de intentos de difamación basados en mentiras y afirmando que Khelif cumplía todas las normas de elegibilidad para competir en categorías femeninas. A su vez, Argelia es un país bastante conservador en el que las cirugías de cambio de sexo no están permitidas y con mucha discriminación contra la comunidad LGBT+.
“Todas las boxeadoras que compiten en categoría femenina cumplen los criterios de elegibilidad”, declaró Mark Adams, portavoz del COI. “En sus pasaportes consta que son mujeres, y así se declara”.
Adams también habló del “increíblemente complejo” sistema que determina criterios de elegibilidad para los deportes femeninos: “A todo el mundo le encantaría tener una única respuesta, sí o no. Las federaciones tienen que establecer las normas para garantizar la equidad, pero también la capacidad de participar de todos los que lo deseen“.
Khelif en los Juegos Olímpicos 2024: Victoria por abandono y polémica
Khelif se estrenó en los Juegos Olímpicos 2024 con una victoria en menos de un minuto ante la italiana Angela Carini (subcampeona en el Mundial 2019), que luego de recibir un par de golpes abandonó el combate a los 46 segundos. “Nunca había sido golpeada tan fuerte”, contó Carini luego de su abandono.
La ministra italiana de la familia, Eugenia Roccella, declaró al respecto antes de la pelea: “Es sorprendente que no existan criterios ciertos, estrictos y uniformes a nivel internacional” y agregó que era extraño “que pueda haber una sospecha, y mucho más que una sospecha, de un enfrentamiento injusto y potencialmente peligroso para uno de los contendientes en los Juegos Olímpicos, un acontecimiento que simboliza la equidad deportiva”.
Investigaciones científicas han encontrado que el poder promedio de un golpe de alguien que atravesó la pubertad masculina es un 162% mayor que el de una mujer, lo que hace que el caso de los deportes de combate sea muy distinto a otros deportes a la hora de permitir la inclusión de atletas transgénero o con alteraciones de testosterona.
Desde los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, organismos deportivos como la Asociación Mundial de Deportes Acuáticos, la Asociación Mundial de Atletismo y la Unión Ciclista Internacional han actualizado sus normas de género. Ahora prohíben a las atletas que pasaron por la pubertad masculina competir en pruebas femeninas.
El organismo de atletismo también endureció el año pasado las normas sobre atletas con diferencias en el desarrollo del sexo. Entre ellos se encuentra la bicampeona olímpica de 800 metros Caster Semenya, que desde 2018 no puede competir en ninguna distancia entre los 400 metros y la milla a menos que mantenga niveles más bajos de testosterona, lo que requiere medicación. Ella compareció ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en mayo para continuar su desafío contra World Athletics y el caso aún se está estudiando.