Vivir situaciones de violencia a largo plazo trae dificultades de aprendizaje que pueden evolucionar a problemas si no se tratan.
Es importante que los padres de familia y cualquier adulto presente en el ambiente de un niño atienda las dificultades de aprendizaje de los niños y niñas, los cuales podrían estar relacionados por cualquier tipo de violencia que haya vivido o siga viviendo.
De acuerdo con la Mtra. Ariana Fuentes Valenzuela, Coordinadora de la Maestría en Neuropsicología de CETYS Universidad Campus Tijuana, cuando un niño vive una situación de violencia, tiene afecciones en la secreción de adrenalina y cortisol, las cuales están muy relacionados con el manejo del control inhibitorio, es decir, de la capacidad de manejar la ira o de solucionar situaciones adversas o que genere estrés.
“Esta violencia física, psicológica o de cualquier otro tipo causa alteraciones en el neurodesarrollo y produce cambios a nivel cerebral, por ejemplo, un aumento de volumen de amígdala está relacionado con reacciones de ira y enojo, también afecta la corteza prefrontal que está muy relacionado al control inhibitorio. Esto quiere decir que el niño o niña que ha vivido en violencia tiene problemas para controlar sus impulsos en su aprendizaje e incluso puede estar relacionado con la posibilidad de manifestar adicciones”, explicó la experta.
La académica detalló que cuando una niña o niño vive estas experiencias infantiles adversas, maltrato, mala nutrición o negligencia por años, esto será un factor para presentación problemas de atención, mala memoria o problemas del funcionamiento ejecutivo que engloba el poder organizar, llegar a metas establecidas, dificultad de planeación, de organización, dejar las cosas a medias por cambio de prioridades o procrastinar.
“A veces nos casamos con la idea de que no hay nada que hacer, pero se puede hacer mucho. Somos resultados de la combinación de factores genéticos con nuestro medio ambiente, esto incluye a los padres, madres de familia, también los psicólogos, terapeutas, todos aportan y estimulan a los niños y niñas”, reflexionó.
La experta de CETYS enfatizó que se debe tratar lo más pronto posible al menor y también capacitar a los padres, maestros y trabajadores de casas hogar con estrategias efectivas, ya que algunos consideran que el aprendizaje a través de castigos son efectivos, sin embargo, hay otras formas de corregir.
“Tener ambientes enriquecedores no significa comprarles juguetes o usar softwares complicados, se refiere a que el padre se involucre en los juegos de los niños por más simples que sean, ser flexibles de pensamiento, no dar respuestas, enseñarlos a buscarla por ellos mismos, no inhibir sus emociones de frustración, lo mejor es ayudarlos a manejarlo” recomendó.
La Mtra Fuentes Valenzuela recomendó a padres de familia que busquen especialistas en cualquier dificultad que presenten sus hijos para evitar problemas que sean más complicados de solucionar. También resaltó que en las casas hogares, existe un alto porcentaje de niños que son albergados por negligencia en la crianza de sus padres, es decir, donde podría estar presente experiencias con violencia de cualquier tipo.