“Usaron mis fotos para ofrecer pornografía”: el delito de suplantación que afecta a las mujeres en Instagram

Los estafadores que roban las fotografías de los perfiles también estafan a otros usuarios mediante plataformas falsas que ofrecen contenido para adultos.


Una mujer revisa su teléfono celular.

No pasaban las ocho de la mañana cuando el teléfono de Alejandra (quien prefiere omitir su apellido) comenzó a sonar sin parar. “Estaba en medio de un compromiso de trabajo cuando mis contactos me avisaron de una cuenta que ofrecía contenido explícito con mi rostro”, relata en entrevista la publicista, de 31 años. Una página en Instagram se hacía pasar por ella con su nombre, apellido y casi el mismo nombre de usuario, solo añadía un guion bajo al final, y ostentando imágenes que habían robado de su perfil público. El elemento más siniestro para Alejandra fue que la descripción y un link en la biografía del perfil falso dirigían a un sitio que ofrecía contenido pornográfico donde supuestamente ella era la protagonista. “Tuve mucho miedo”, recuerda.

Razones para temer no le faltaban, pues no era la primera vez que le sucedía una estafa como esta. Unos meses antes, sus contactos la habían alertado sobre otra cuenta de Instagram que había copiado fotografías de ella durante sus vacaciones, luciendo en bikini en un destino turístico y refiriendo también a un sitio que prometía imágenes explícitas de la profesionista. “Lo peor es que varios contactos míos bromearon sobre eso, sobre si yo vendiera ese tipo de contenido, cuando en realidad era algo muy grave, que me hizo sentir muy mal”, comenta.

La suplantación de identidad no es un delito nuevo, pero ha evolucionado al añadir un componente de violencia de género, al atacar principalmente a mujeres jóvenes con un perfil público en Instagram y ofreciendo contenido explícito en su nombre. Aunque los ciberdelincuentes no toman el control de las cuentas de las víctimas, toman sus fotografías sin consentimiento y las emplean para crear perfiles falsos que redirigen a plataformas que simulan ofrecer contenido para adultos, similar a OnlyFans. Para hacer más creíble que el perfil del sitio pornográfico al que redirige pertenece a la víctima, los suplantadores suben una fachada de imágenes borrosas que simulan ser contenido explícito. Para tener acceso, los atacantes piden datos bancarios o de carteras virtuales, donde también son vulnerados.

José Flores, vocero de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), comenta en entrevista que este crimen ha venido en aumento en los últimos meses en México y en varios países del mundo. “La persona entra, asume que es un perfil original, y entregan sus credenciales, por lo que hay dos víctimas, la que cayó en el engaño y que ve comprometida su seguridad digital y la víctima de violencia digital que nota con desagrado que ofrecen pornografía en su nombre”, señala.

El modus operandi del morbo en redes sociales

Fotografías en bikini, en ropa deportiva o donde se observa a mujeres en poses apenas atractivas (mandando un beso a la cámara, por ejemplo), son las más socorridas por este nuevo método de ataque virtual a las mujeres. Hacen falta apenas un par de clics o un programa automatizado que identifica las fotografías que pueden ser usadas para estafar a los contactos de las víctimas. “Se necesita una búsqueda en Google y algunas herramientas de ingeniería social para crear perfiles falsos”, indica David Schekaiban, director de seguridad informática de la firma Código Verde. “Después, otros mecanismos permiten que los atacantes roben los datos de banco de quienes buscan tener acceso a este contenido”, comenta.

El primer gancho es la cuenta falsa en Instagram, que después remite a plataformas que simulan ser de intercambio de contenido sexual, como OnlyFans o AdmireMe, pero que utilizan a proveedores de servicios de internet como Wix. A una petición de información de este diario, la compañía Wix respondió que cualquier usuario puede denunciar una suplantación de identidad. “Todos los informes y notificaciones de sitios web abusivos y fraudulentos se toman muy en serio y trabajamos diligentemente para evaluar cada reclamo y tomar las medidas pertinentes tan pronto como se reciben”, indicó la compañía en un correo electrónico. La empresa no dio más detalles de cómo proceden con este tipo de sitios.

Sin embargo, por ser una compañía que ofrece servicios de alojamiento de páginas, las firmas no pueden actuar tan rápidamente. “Las empresas tienen que proceder con cuidado de no dar de baja una página legítima por una denuncia que puede ser malintencionada”, detalla Flores, de R3D. La sensación de seguridad en redes sociales en México va a la baja. De acuerdo con una investigación sobre tensión digital elaborada por la firma Flybits, 12,4% de los usuarios de redes sociales se siente irritado o ansioso cuando reciben mensajes en estas plataformas. “Cada vez más mexicanos se muestran renuentes a dar su información personal”, dice Federico de Simoni, director para Latinoamérica de Flybits.

A la par de este malestar, Instagram, empresa propiedad de Meta, detalla que tiene que proceder con cuidado al retirar perfiles denunciados como falsos al recibir denuncias de los usuarios. “Hacerse pasar por otra persona infringe nuestras Normas Comunitarias y no está permitido en Instagram. Tenemos un equipo dedicado que tiene la tarea de frenar este tipo de comportamiento y eliminar las cuentas de suplantación de identidad”, mencionó la compañía en un correo electrónico.

Debido a estas circunstancias, los perfiles falsos pueden seguir en línea de 24 a 72 horas en las plataformas. “Si pasa más de este tiempo, las mujeres que tengan este problema pueden acudir a las organizaciones de derechos digitales para recibir asesoría y que tengan una respuesta más rápida, mientras que nosotros encomiamos a las compañías a que actúen con más celeridad”, dice Flores.

Captura de pantalla de un perfil falso.

El abuso más allá de las redes

El daño no solo es virtual, rebasa las redes sociales y merma la seguridad y confianza de las mujeres. Araceli vio con desagrado como varios de sus supuestos amigos comenzaban a ser seguidores del perfil falso que ofrecía videos y fotos “calientes”. “Unos me avisaron de buena fe, y otros me dijeron en tono burlón que debería de abrirme una cuenta en OnlyFans”, comenta. “Me pareció muy desagradable que hicieran esas insinuaciones cuando yo estaba muy nerviosa y tratando de reportar la cuenta falsa”, cuenta. Las víctimas de este delito tienen muchas dificultades para poder dar con los perfiles clonados, ya que los delincuentes suelen bloquear a las mujeres atacadas para que no puedan ver el daño desde sus dispositivos.

Aunque se trata de clones burdos de los perfiles de las víctimas, buena parte de los contactos de las mujeres caen en las estafas. Según un análisis del Instituto de Lingüística Forense de la Universidad de Aston (Reino Unido) y la compañía de pagos Visa, un 25% de los usuarios de redes sociales no revisan las faltas de ortografía y gramática, lo que plantea dudas sobre su capacidad para detectar el fraude. “Mis amigos saben que yo no escribo así”, dice Araceli.

Aunque se trata de un crimen que se castiga con varios años de prisión, de acuerdo con más de una decena de códigos penales en México, existen varias trabas para poder dar con los atacantes, incluso aunque se acuda a instancias como la policía cibernética. “En caso de que quieran proceder penalmente no requieren un abogado, se puede presentar una denuncia y contactarse con ellos, pero es muy difícil que este tipo de situaciones procedan”, detalla el vocero de R3D.

Tanto Araceli como Alejandra decidieron restringir el acceso a sus redes sociales luego ver desaparecer los perfiles falsos tras varios días de reportes. “Dejé mi cuenta de Instagram en privado y aunque me ayudaba en mi trabajo, prefiero tenerlo de ese modo a que vuelva a pasarme algo así”, dice Alejandra. “Yo ya solo la uso para publicar fotos que no sean de mí, sino solo de paisajes y esas cosas”, dice Araceli. La decisión de seguir con un perfil público en Instagram u otras redes sociales ante el riesgo de ser víctima de suplantación de identidad, es una decisión que debe ser tomada por cada usuario, de acuerdo con los especialistas.

Qué hacer para denunciar este delito

En primer lugar, las usuarias deben acudir a sus contactos para reportar ante las redes sociales que un perfil está suplantando su identidad. En algunas ocasiones, las plataformas pedirán algunas pruebas, como capturas de pantalla. Es recomendable enviar cuantas pruebas sea posible.

Por otro lado, algunas páginas de alojamiento de internet ofrecen formularios para denunciar que están haciendo un mal uso de imágenes personales. Ya sea mediante formularios o por correo electrónico. “No importa que estén en inglés, las denunciantes pueden escribir en español para que atiendan sus peticiones, no es un impedimento”, dice Flores.

La respuesta, de acuerdo a las plataformas, puede variar de 24 y hasta 72 horas. Si demora más de eso, las víctimas de suplantación pueden volver a comunicarse o acercarse a asociaciones de defensa de usuarios para acelerar el proceso y acabar con los perfiles falsos.


Sobre la autora: Darinka Rodríguez. Periodista nacida en Iztapalapa, en Ciudad de México. Es licenciada en Comunicación y Periodismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (2006-2010). Formó parte del equipo de Verne México desde julio de 2017 y en 2021 se sumó a la redacción de EL PAÍS México. Le apasiona andar en bicicleta.

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Aldea84http://aldea84.com
Sitio para nativos y migrantes digitales basado en la publicación de noticias de Tijuana y Baja California, etnografías fronterizas, crónicas urbanas, reportajes de investigación, además de tocar tópicos referentes a la tecnología, ciencia, salud y la caótica -y no menos surrealista- agenda nacional.
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No pasaban las ocho de la mañana cuando el teléfono de Alejandra (quien prefiere omitir su apellido) comenzó a sonar sin parar. “Estaba en medio de un compromiso de trabajo cuando mis contactos me avisaron de una cuenta que ofrecía contenido explícito con mi rostro”, relata en entrevista la publicista, de 31 años. Una página en Instagram se hacía pasar por ella con su nombre, apellido y casi el mismo nombre de usuario, solo añadía un guion bajo al final, y ostentando imágenes que habían robado de su perfil público. El elemento más siniestro para Alejandra fue que la descripción y un link en la biografía del perfil falso dirigían a un sitio que ofrecía contenido pornográfico donde supuestamente ella era la protagonista. “Tuve mucho miedo”, recuerda.

Razones para temer no le faltaban, pues no era la primera vez que le sucedía una estafa como esta. Unos meses antes, sus contactos la habían alertado sobre otra cuenta de Instagram que había copiado fotografías de ella durante sus vacaciones, luciendo en bikini en un destino turístico y refiriendo también a un sitio que prometía imágenes explícitas de la profesionista. “Lo peor es que varios contactos míos bromearon sobre eso, sobre si yo vendiera ese tipo de contenido, cuando en realidad era algo muy grave, que me hizo sentir muy mal”, comenta.

La suplantación de identidad no es un delito nuevo, pero ha evolucionado al añadir un componente de violencia de género, al atacar principalmente a mujeres jóvenes con un perfil público en Instagram y ofreciendo contenido explícito en su nombre. Aunque los ciberdelincuentes no toman el control de las cuentas de las víctimas, toman sus fotografías sin consentimiento y las emplean para crear perfiles falsos que redirigen a plataformas que simulan ofrecer contenido para adultos, similar a OnlyFans. Para hacer más creíble que el perfil del sitio pornográfico al que redirige pertenece a la víctima, los suplantadores suben una fachada de imágenes borrosas que simulan ser contenido explícito. Para tener acceso, los atacantes piden datos bancarios o de carteras virtuales, donde también son vulnerados.

José Flores, vocero de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), comenta en entrevista que este crimen ha venido en aumento en los últimos meses en México y en varios países del mundo. “La persona entra, asume que es un perfil original, y entregan sus credenciales, por lo que hay dos víctimas, la que cayó en el engaño y que ve comprometida su seguridad digital y la víctima de violencia digital que nota con desagrado que ofrecen pornografía en su nombre”, señala.

El modus operandi del morbo en redes sociales

Fotografías en bikini, en ropa deportiva o donde se observa a mujeres en poses apenas atractivas (mandando un beso a la cámara, por ejemplo), son las más socorridas por este nuevo método de ataque virtual a las mujeres. Hacen falta apenas un par de clics o un programa automatizado que identifica las fotografías que pueden ser usadas para estafar a los contactos de las víctimas. “Se necesita una búsqueda en Google y algunas herramientas de ingeniería social para crear perfiles falsos”, indica David Schekaiban, director de seguridad informática de la firma Código Verde. “Después, otros mecanismos permiten que los atacantes roben los datos de banco de quienes buscan tener acceso a este contenido”, comenta.

El primer gancho es la cuenta falsa en Instagram, que después remite a plataformas que simulan ser de intercambio de contenido sexual, como OnlyFans o AdmireMe, pero que utilizan a proveedores de servicios de internet como Wix. A una petición de información de este diario, la compañía Wix respondió que cualquier usuario puede denunciar una suplantación de identidad. “Todos los informes y notificaciones de sitios web abusivos y fraudulentos se toman muy en serio y trabajamos diligentemente para evaluar cada reclamo y tomar las medidas pertinentes tan pronto como se reciben”, indicó la compañía en un correo electrónico. La empresa no dio más detalles de cómo proceden con este tipo de sitios.

Sin embargo, por ser una compañía que ofrece servicios de alojamiento de páginas, las firmas no pueden actuar tan rápidamente. “Las empresas tienen que proceder con cuidado de no dar de baja una página legítima por una denuncia que puede ser malintencionada”, detalla Flores, de R3D. La sensación de seguridad en redes sociales en México va a la baja. De acuerdo con una investigación sobre tensión digital elaborada por la firma Flybits, 12,4% de los usuarios de redes sociales se siente irritado o ansioso cuando reciben mensajes en estas plataformas. “Cada vez más mexicanos se muestran renuentes a dar su información personal”, dice Federico de Simoni, director para Latinoamérica de Flybits.

A la par de este malestar, Instagram, empresa propiedad de Meta, detalla que tiene que proceder con cuidado al retirar perfiles denunciados como falsos al recibir denuncias de los usuarios. “Hacerse pasar por otra persona infringe nuestras Normas Comunitarias y no está permitido en Instagram. Tenemos un equipo dedicado que tiene la tarea de frenar este tipo de comportamiento y eliminar las cuentas de suplantación de identidad”, mencionó la compañía en un correo electrónico.

Debido a estas circunstancias, los perfiles falsos pueden seguir en línea de 24 a 72 horas en las plataformas. “Si pasa más de este tiempo, las mujeres que tengan este problema pueden acudir a las organizaciones de derechos digitales para recibir asesoría y que tengan una respuesta más rápida, mientras que nosotros encomiamos a las compañías a que actúen con más celeridad”, dice Flores.

Captura de pantalla de un perfil falso.

El abuso más allá de las redes

El daño no solo es virtual, rebasa las redes sociales y merma la seguridad y confianza de las mujeres. Araceli vio con desagrado como varios de sus supuestos amigos comenzaban a ser seguidores del perfil falso que ofrecía videos y fotos “calientes”. “Unos me avisaron de buena fe, y otros me dijeron en tono burlón que debería de abrirme una cuenta en OnlyFans”, comenta. “Me pareció muy desagradable que hicieran esas insinuaciones cuando yo estaba muy nerviosa y tratando de reportar la cuenta falsa”, cuenta. Las víctimas de este delito tienen muchas dificultades para poder dar con los perfiles clonados, ya que los delincuentes suelen bloquear a las mujeres atacadas para que no puedan ver el daño desde sus dispositivos.

Aunque se trata de clones burdos de los perfiles de las víctimas, buena parte de los contactos de las mujeres caen en las estafas. Según un análisis del Instituto de Lingüística Forense de la Universidad de Aston (Reino Unido) y la compañía de pagos Visa, un 25% de los usuarios de redes sociales no revisan las faltas de ortografía y gramática, lo que plantea dudas sobre su capacidad para detectar el fraude. “Mis amigos saben que yo no escribo así”, dice Araceli.

Aunque se trata de un crimen que se castiga con varios años de prisión, de acuerdo con más de una decena de códigos penales en México, existen varias trabas para poder dar con los atacantes, incluso aunque se acuda a instancias como la policía cibernética. “En caso de que quieran proceder penalmente no requieren un abogado, se puede presentar una denuncia y contactarse con ellos, pero es muy difícil que este tipo de situaciones procedan”, detalla el vocero de R3D.

Tanto Araceli como Alejandra decidieron restringir el acceso a sus redes sociales luego ver desaparecer los perfiles falsos tras varios días de reportes. “Dejé mi cuenta de Instagram en privado y aunque me ayudaba en mi trabajo, prefiero tenerlo de ese modo a que vuelva a pasarme algo así”, dice Alejandra. “Yo ya solo la uso para publicar fotos que no sean de mí, sino solo de paisajes y esas cosas”, dice Araceli. La decisión de seguir con un perfil público en Instagram u otras redes sociales ante el riesgo de ser víctima de suplantación de identidad, es una decisión que debe ser tomada por cada usuario, de acuerdo con los especialistas.

Qué hacer para denunciar este delito

En primer lugar, las usuarias deben acudir a sus contactos para reportar ante las redes sociales que un perfil está suplantando su identidad. En algunas ocasiones, las plataformas pedirán algunas pruebas, como capturas de pantalla. Es recomendable enviar cuantas pruebas sea posible.

Por otro lado, algunas páginas de alojamiento de internet ofrecen formularios para denunciar que están haciendo un mal uso de imágenes personales. Ya sea mediante formularios o por correo electrónico. “No importa que estén en inglés, las denunciantes pueden escribir en español para que atiendan sus peticiones, no es un impedimento”, dice Flores.

La respuesta, de acuerdo a las plataformas, puede variar de 24 y hasta 72 horas. Si demora más de eso, las víctimas de suplantación pueden volver a comunicarse o acercarse a asociaciones de defensa de usuarios para acelerar el proceso y acabar con los perfiles falsos.


Sobre la autora: Darinka Rodríguez. Periodista nacida en Iztapalapa, en Ciudad de México. Es licenciada en Comunicación y Periodismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (2006-2010). Formó parte del equipo de Verne México desde julio de 2017 y en 2021 se sumó a la redacción de EL PAÍS México. Le apasiona andar en bicicleta.

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