“Estoy dispuesto a hacer cualquier cosa; quiero ver la paz”, señaló, al tiempo que pidió a los Proud Boys, un grupo de extrema derecha cuyos seguidores se han dejado ver en actos políticos republicanos, que “retrocedan y esperen”.
WASHINGTON.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó a los movimientos de izquierda de ser responsables de la violencia en el país y se negó a condenar a los grupos de derecha durante el debate que sostuvo en Cleveland, Ohio (medio oeste) con el candidato demócrata, Joe Biden.
“Claro, estoy dispuesto a [decirles que se retiren a los movimientos de derecha], pero diría que casi todo lo que veo es del ala izquierda, no del ala derecha; alguien tiene que hacer algo con Antifa (Acción Antifascista) y la izquierda, porque este no es un problema de la derecha”, afirmó el mandatario.
Trump respondió de esta manera a una pregunta del moderador del debate, Chris Wallace, acerca de si estaría dispuesto a condenar a los movimientos de supremacía blanca por las manifestaciones que están teniendo lugar en todo el país.
“Estoy dispuesto a hacer cualquier cosa; quiero ver la paz”, señaló, al tiempo que pidió a los Proud Boys, un grupo de extrema derecha cuyos seguidores se han dejado ver en actos políticos republicanos, que “retrocedan y esperen”.
Financiamiento de la policía
Por su parte, Biden, mostró rechazo a la idea de Trump de recortar el presupuesto de los departamentos de policía.
“Me opongo totalmente a desfinanciar a la policía”, dijo Biden.
Biden dijo que Trump quiere recortar 400 millones de dólares del presupuesto para el orden público.
Vacuna
Respecto a la vacuna contra el coronavirus, Trump dijo que el país está a semanas de conseguirla.
“Estamos a semanas de la vacuna”, dijo Trump durante el debate.
“No confío en él en absoluto”, respondió Biden ante las declaraciones del mandatario sobre la vacuna.
Trump aseguró que Biden “hubiera perdido a muchas más personas” y defendió su gestión de la crisis.
“He cerrado la economía más importante de nuestro país y por cierto, se está reconstruyendo”, argumentó, al tiempo que acusó al candidato demócrata de querer “cerrar el país”, con lo que “muchas más personas van a salir dañadas”.
Por otra parte, defendió su derecho a realizar encuentros políticos multitudinarios pese al coronavirus, diciendo que “la gente quiere oír” lo que tiene para decir.
Biden, por su parte, centró su presentación en la acusación a Trump de no haber advertido a los estadounidenses sobre la gravedad del COVID-19 pese a saberlo desde un comienzo.
“Sabía en febrero la gravedad de esta crisis, sabía que era una enfermedad mortal, pero no nos informó para que no entramos en pánico, nosotros no entramos en pánico, él entró en pánico”, afirmó.
El candidato reiteró varias veces que Trump “no tiene un plan” y señaló que “con todas las mentiras que ha soltado respecto al COVID-19, todavía no ha reconocido que sabía la gravedad de lo que estaba pasando; mucha gente ha fallecido y va a seguir falleciendo”.
Además, pidió a Trump que “salga de su bunker y de sus partidas de golf para hacer lo que se debe hacer para salvar vidas”.
Impuestos
Por otra parte, Trump aseguró que pagó “millones de dólares” en impuestos, al tiempo que admitió que no quiere pagar más tributos que los necesario y vapuleó al candidato demócrata, y a las administraciones previas por legislar generosas exenciones fiscales para los más ricos.
El 28 de septiembre, se dijo que el mandatario solo pagó 750 dólares de impuestos por 2016 y 2017 y no ha cubierto sus impuestos en absoluto en diez de los quince años previos porque reportó pérdidas en sus negocios.
Respecto a las exenciones fiscales, Biden manifestó que las mismas serán eliminadas si él resulta elegido presidente en las elecciones del 3 de noviembre.
Al final, Trump insistió en que el Senado debe proceder con la confirmación de su candidata a la Suprema Corte, Amy Coney Barrett, argumentando que tiene un mandato de cuatro años y es su obligación llenar la vacante en la Suprema Corte.
Biden, en tanto, urgió al Senado a detener los procedimientos hasta que pasen los comicios, diciendo que la voluntad de los electores debe ser respetada.