Al estar en un chat o grupo de Facebook o WhatsApp soy muy torpe al poner emoticones o stickers. Mis máximas intervenciones se reducen a utilizar la carita con una sonrisa 😀 o la de la lengüita😛. Me tardo tanto, que pierde punch y entonces a veces opto por dejarlo así.
Estas últimas semanas he trabajado con cosas que busco optimizar en mi vida. Para ello, fabriqué un ejercicio muy raro, pero que me funciona todas las noches que lo pongo en práctica. Al estar acostado con los ojos cerrados, voy año por año (en ocasiones, en uno duro hasta seis o siete días) repasando de todo lo que me acuerde, o al menos lo más exacto que se pueda. Por obvias razones, los momentos se vienen por montones, (buenos y malos) y mi mente los trata de acomodar en el orden cronológico más exacto conforme a ese periodo. Así, me he dado cuenta de muchas cosas que sin razón alguna había dejado a un lado. He traído a gente valiosa, momentos que no hubiera querido vivir, otros que sí y diversas situaciones que finalmente se confabularon para ser el conjunto de circunstancias que me construyeron.
-No sé si ya son miles de veces, pero al menos varios de cientos sí lo he mirado. El caso es que al poner el video de “You Get What You Give”, de New Radicals, me doy cuenta de la existencia de varios personajes que durante casi 23 años había ignorado. Traté de observar a la mayor cantidad que pude, así como sus coreografías, sus caras, y el resultado fue raro, pero podría decir que ameno. No sé cómo funciona, pero lo he estado replicando en varios videos. Al final, es como pasar al primer plano una capa en Photoshop o cualquier otro programa similar. La vida a veces la vemos así, en capas, ignorando fondos, aquellos colores o backgrounds que le dan la real esencia de lo que se nos presenta.
-Las películas traducidas al español, y que tienen un muy buen trabajo, son muy especiales para mí. Las voces de Ricardo Tejedo, José Lavat, Pepe Toño Macías, Enrique Cervantes, Idzi Dutkiewicz, Rubén Moya, Salvador Delgado, entre otros más, son magia pura. En los últimos años le agarré mucho cariño al verlas así. Por muy que se “mutile” la obra original, los buenos actores de doblaje le dan una magia única, otra aura. Ahí está el de Bruce Willis y la poderosa “voz de Gokú”, que fusionadas los hacía únicos. Y así un largo etcétera. Que se eliminen los doblajes, sí fue una noticia que me pesó.
-Ayer acomodando unas cosas en la casa me encontré con el libro de “Las Muertas”, de Ibargüengoitia. Lo primero que se me vino a la mente fue un episodio ocurrido hace unos 8 años, en donde una señora y su hija arribaron a las instalaciones de El Mexicano, para ponerse tú a tú, con el “hijo de puta” que en la “Galería de malandros” las había descrito como más desalmadas y violentas que “Las Poquianchis”, por haber golpeado (juntas) a una menor de edad. Al salir, y ver el estado tan alterado, no me quedó de otra que decirles, que ese atrevido e insolente reportero no estaba, pero yo con todo gusto las atendería. “Es que en el swap meet en donde trabajamos ya nos dicen así los mismos locatarios, y ese apodo investigamos qué significa y está bien feo”. Fue un bautizo involuntario; yo nomás quería expresar , a manera de epíteto, su rudeza. Lo siento. Espero y no sigan cargando con ese lastre.
-Cuando Omar Sy, en su personaje de “Driss” Basali, se pone a bailar “Boogie Wonderland”, es hipnótico verlo improvisar sus pasos, con esa ligereza de su cuerpo, una cadencia soberbia, pero, sobre todo, esa elegancia de lo natural. Admiro ese amor que le pone al baile.
-Vi la última película de Sofia Coppola, “En las rocas”, y, su ya actor cliché, Bill Murray, se me afiguró bastante en su forma de ser a mi excompañero Rufino Luna.
-El mundo del porno ha sido muy aburrido estos últimos meses. La industria vive un bache. No es que todo se deba a la pandemia, pero hay que aceptar algo: Only Fans sí que llegó a perturbar. Aunque, ya no será mucho lo que les quede. Si un negocio sabe cómo reinventarse, ése es el porno.
-Salinas Pliego podrá nadar en dinero y duplicar en bienes a sus adversarios, pero jamás de los jamases tendrá el peso ni el simbolismo de Emilio. Y eso lo sabe. Y eso le duele. A nosotros sólo nos queda ser espectadores de su mal gusto y de sus tuits que, no dudó ni tantito, sea el mismo que hace los del equipo de Mazatlán.
-En esos recuerdos que se me vienen por las noches. Salió uno, que me dejó con una duda muy evidente. ¿Mi papá no confiaba en mí como jugador, no quiso verse muy nepotista o simplemente fue un mal director técnico? Sucede que, de adolescentes, teníamos un equipo de futbol, y él era el que nos traía de arriba pa´ abajo a toda la bola. Un día, contra todos los pronósticos, en un torneo llegamos a la final. Jugábamos muy bien, realmente, pero nos veíamos pocas posibilidades porque, contrario a otros equipos, nosotros sí cumplíamos con la regla y no teníamos a “cachirules”, lo cual nos ponía en completa desventaja en varias ocasiones. Pero ahora sí que el buen juego y la experiencia de hacerlo desde años juntos, nos llevaron al último partido. Para ese entonces, yo estaba habilitado como defensa central. Lo hacía correctamente. No era el más rápido ni técnico, pero era limpio y difícil pasarme. Una suerte de Puyol. El peor error que tal vez cometía, y en estos tiempos imperdonable, es que la instrucción que tenía como último defensa, era reventar todo balón que me cayera, esto a pesar de que siempre fui privilegiado con un buen toque y una pierna educada. Era raro que saliera jugando, y mucho menos por las bandas, como tanto me gusta, debido a mi admiración por el juego de Ricardo La Volpe. “En la defensa no tienes tiempo para querer adornarte”, me decían. Yo seguí instrucciones y así fue. En la final, Franco Baressi me quedó corto, y aunque nos fuimos a tiempos extras y después penales, dos barridas mías (de antología) nos tenían en esa instancia. Los contrarios alineaban a un portero que nos sacaba unos cinco años de diferencia, y que fácil rondaba el 1.90 de altura. Era muy difícil meterle gol. En fin, llegamos a los penales, y anotamos los primeros dos y ellos los fallaron. Era nuestro turno. Yo alcé la mano, quería tirar el tercero y casi aniquilarlos. Algo me decía que ya no se levantarían de eso y volarían su oportunidad. No me dejó hacerlo y mi compañero falló el penal, y ellos lo anotaron y así sucesivamente, hasta que el partido lo perdimos 3 a 2. Al final, a mi papá le pedí una explicación como director técnico, del por qué no pateé el tiro. Su respuesta jamás me convenció, viéndola bien. “Quería cerrar contigo”. Jamás se la compré. Querer cerrar conmigo para el último penal, era darte por vencido. Era no confiar. Ahí, en esa decisión, nos ganaron el campeonato. Pero igual, y podría ser que jamás se vislumbró como nepotista, a eso es a lo que le apuesto. Pese a ser el que gritaba y ordenaba en el campo, tampoco fui el capitán. Ni siquiera el segundo ni el tercero.
-Qué bonito suena Fobia en su MTV Unplugged. ¿Ya lo oyeron?
-Servant es una serie muy agradable. Si tienen oportunidad de verla, háganlo.
-Ayer miraba algunos cuantos capítulos de Dr. House. Un oasis en medio del desierto de aburrimiento de estos tiempos tan raros.
-Sí, Only Fans ha llegado a cambiar muchas cosas, pero ya se está fraguando la venganza de la afrenta que cometieron contra la Tierra Santa. La respuesta es “NFT”. Apenas estos días se anunció que la imponente morenaza de Violet Myers prepara su primera incursión sodomita bajo este rubro. Que más adelante no se les haga raro que el NFT esté presente en varios espacios de nuestras vidas. Los NFT son un activo “inimitable” en el mundo digital que puede ser comprado y vendido como cualquier otro tipo de propiedad, pero no tienen forma tangible en sí mismos. Contenido único, personalizado. Les dije: el porno sí que sabe reinventarse.
-Desde que en la Liga Mx pululan jugadores tipo Gio, Macías, “La Chofis”, Briceño, Vega, Calderón, Antuna, el futbol, como espectáculo, se me hace menos interesante. Hoy son contadas las cosas que veo, y, por consecuencia, la Selección me tiene sin cuidado si pasa o no al Mundial. Lo sé, soy ordinario y prefiero irme a jugar FIFA o ver material de don Luis Aragonés.
-A veces imagino que al morir, y bajo ese adoctrinamiento cultural que hemos tenido, en el que nos dicen que por nuestras buenas acciones nos iremos al Cielo, tripeo que en caso de ser así las cosas, y si mis pocas buenas acciones me dan para acceder a aquellos rumbos, al momento de entrar entre las nubes, y hacerlas a un lado como si se tratase de una cortina bañada por la luz de atardecer, sonará la magia de una orquesta dirigida por Ennio Morricone, mientras voy viendo en retrospectiva mi vida al compás de la música de “Once upon a time in the West”. ¿No la han oído? Vayan a Youtube y me dicen.
-Al estar en un chat o grupo de Facebook o WhatsApp soy muy torpe al poner emoticones o stickers. Mis máximas intervenciones se reducen a utilizar la carita con una sonrisa 😀 o la de la lengüita 😛. Me tardo tanto, que pierde punch y entonces a veces opto por dejarlo así. En estos tiempos, me sorprende cómo va tomando camino como si de invalidez se tratase.
-Sí. Las respuestas a las preguntas de la vida están en “El Padrino”. Pero también le agregaría que podemos encontrarlas en “Moneyball”.
-Por cierto, para los que extrañan la mecánica del zapping, y en un híbrido entre scroll y el botón del control remoto, al auxilio de aquellas y aquellos que necesitan cambiar de escena porno a cada momento para continuar con la excitación, (www.) Spankbang (.com) tiene una función muy útil, y la anuncia mediante un icono de TV. Ahora sí que el asunto consiste en que cada uno fabrica un canal basado en sus gustos. Así que, si yo quiero sólo programación de Eva Lovia, Tushy, Violet Myers, o hasta de rancias productoras como Sexmex, lo escribo en el buscador que se me asigna. Inmediatamente, nos salen los clásicos colores que nos indica que no hay señal en la televisión. Pero ¡tranquilos! Sucede que los algoritmos trabajan y nos están fabricando nuestra propia plataforma. Tras ello, se nos pide que cambiemos la orientación de la tableta o teléfono. Luego, ya lo demás es burocracia para darle entre el zapping de touch. Sale una escena y si ésa no es la conveniente para llegar al clímax, con tan sólo tocar la esquina, se cambiará, y así hasta el infinito, o hasta el squirt o hasta la eyaculación. Ya es de cada quien.
– ¡Ah! Se me pasaba. “Cherry” es buenísima. Aunque Tom Holland no era precisamente santo de mi devoción, en esta película está muy cabrón. Chéquenla y me dicen.
-Antes de que se me pase, al ver el video de “You Get What You Give”, es una versión que sacaron en vivo durante este año, sólo me constata ese cliché que ya todos sabemos, lo leemos y oímos hasta el cansancio, pero que ignoramos. La vida se va muy rápido.
…empecé en el 89 y ya voy en el 2007-2008. Y sí, ha sido sanador el proceso.