Torrentes de corrupción secaron Monterrey

Una parte de la crisis de agua que vive Monterrey en estos días puede explicarse por irregularidades y desvío de recursos en el organismo encargado de gestionar el agua para esta zona metropolitana.


Por: César Almeida

Durante el gobierno de Jaime Rodríguez Calderón, una extensa red de corrupción en Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey (SADM) drenó al estado, provocando una sequía sin precedentes en la ciudad que podía ser evitada. 

El 2 de febrero de 2022, el gobierno de Nuevo León declaró un estado de emergencia por falta de agua en la entidad. Escasas lluvias y un paupérrimo manejo de las fuentes de agua del estado han llevado a una crisis hidrometeorológica extrema, de acuerdo al periódico oficial de la entidad. Con un volumen de 44.16% del total óptimo de las fuentes suministradoras de agua, este desabasto ha empujado al estado, y particularmente a la capital, a una realidad impensable años atrás . En promedio, Monterrey —la tercera ciudad más grande del país— requiere un suministro de 16 mil litros por segundo; hoy en día, solo se están suministrando 12 mil litros por segundo. Ahora, los habitantes de la ciudad sufren de cortes semanales de suministro de agua por región, agua sucia y hasta con tintes azules en sus cocinas. 

Si bien la carencia de lluvias, las interminables canículas y las altas temperaturas han visto el agua evaporarse en el estado, la corrupción en las instituciones públicas ha sido el grifo que, pese a pronósticos desalentadores y advertencias de escasez, nunca cesó de drenar los recursos necesarios para evitar esta sequía.

Un tsunami de denuncias interpuestas por la nueva administración del gobernador Samuel García ante la Fiscalía General de la República (FGR), la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido), la Fiscalía General del Estado y la Fiscalía Anticorrupción estatal han revelado que a través de SADM, el gobierno del ‘Bronco’ desvió más de 18 mil millones de pesos a lo largo de su sexenio. Dentro de las 40 denuncias presentadas en los últimos seis meses, cuatro nombres figuran: Manuel Vital, exsecretario de Desarrollo Sustentable; Enrique Torres, director de SADM durante el mandato de Rodríguez Calderón; Juan Manuel Rodarte, exdirector de Administración y Finanzas; y, Juan Carlos Pulido, exdirector de Operaciones y a quién el actual gobernador ha apuntado como la cabeza de la mafia ‘Corleone’ dentro de la institución. 

Cabe mencionar que la Unidad Anticorrupción de Nuevo León halló culpables de peculado y desvío de recursos públicos a Pulido y a Rodarte, entre otros. Sin embargo, las consecuencias (que van desde una suspensión laboral hasta la inhabilitación definitiva de cualquier cargo público) no han sido determinadas por el momento.

Debido a su zona geográfica y su rápido desarrollo, Nuevo León siempre ha demandado una eficiente administración de agua a corto y a largo plazo. Empero, desde su comienzo, el gobierno de ‘el Bronco’ se caracterizó por decisiones apresuradas, aprovechando condiciones favorables a expensas del futuro. Por ejemplo, 2015 fue el segundo año con más lluvias en la historia de Nuevo León. Desde 1900 que no se veían tan afluentes las presas suministradoras de Monterrey. El Cuchillo y Cerro Prieto contaban con más del 94% de su capacidad, mientras que La Boca contenía 77.5%. Solo 7 años atrás de la actual crisis hídrica, Monterrey gozaba “una situación muy favorable“ en palabras de Doroteo Treviño Puente, especialista del Organismo de Cuenca Río Bravo de la Conagua. 

No obstante, fugas en ductos suministradores y extracciones precipitadas entre presas llevó a que solo dos años después, La Boca ya estuviera de nuevo medio vacía, mientras que Cerro Prieto registraba un 71% de su capacidad. Además de los problemas que dichas extracciones no anunciadas causaban para el comercio y sostenimiento de comunidades de comerciantes locales y aledañas, SADM (uno de los organismos con mayor presupuesto en el estado) nunca contó con un programa de contención frente a las fallas del sistema de alimentación de la ciudad. En otras palabras, pese a las advertencias de funcionarios y biólogos del estado, la crisis fue minimizada por décadas. SADM desatendió la evaluación y mantenimiento de tuberías y pozos acuíferos, tomando fugas a la ligera. Años más tarde, cuando avionetas disparan más munición a las nubes de las gotas que se obtienen, el gobierno de Samuel García ha descubierto que de 200 pozos, 50 no cuentas con equipamiento adecuado para la extracción de su agua.

Además, recientes denuncias del gobernador Samuel García han acusado a este organismo de autorizar la construcción de fraccionamientos en municipios como García que no contaban con la infraestructura para suministrar suficiente agua. De 20 mil casas factibles, se construyeron más de 100 mil. En afán de otorgar permisos rápidos a más de 60 edificios multifamiliares, Pulido coordinó una red de suministro apresurada, podrida e ineficiente, que se ha comprobado desperdicia mil litros por segundo a través de fugas.

De igual manera, la Presa Libertad, proyecto presentado en 2019 por Rodríguez Calderón con el objetivo de suministrar a la ciudad con más de 2 mil litros por segundo para 2023, ha estado inundada de problemas legales, retrasos, expansiones de presupuesto y opacidad. La obra contemplaba una inversión total de 5 mil 129 millones de pesos; sin embargo, desde el comienzo, SADM nunca publicó los gastos del Estado para desafectar los 452 predios necesarios. A pesar de que El Norte solicitó peticiones en noviembre de 2019 frente a la Comisión de Transparencia y Acceso a la Información del estado, reclamando la información, nunca fue posible saber a dónde fueron a parar esos pagos, ni tampoco los 578 millones de pesos que la Federación envió a finales de 2019 para comenzar la construcción. A un año de la fecha propuesta por ‘El Bronco’, la inauguración ha sido aplazada y la obra solo lleva 30% de avance.

Además de las irregularidades de esta importante obra, el actual gobierno ha acusado a SADM por el sobrecosto de más de 295 obras de infraestructura no especificadas, sumando un total de más de 233 millones de pesos presupuestados en el sexenio de Jaime Rodríguez Calderón. Desde la supuesta construcción de ductos hasta reparaciones, la opacidad ha reinado sobre Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey.

Hoy SADM cuenta con una deuda pública de más de 4,000 millones de pesos. En el primer año de la administración del Bronco, el organismo todavía captaba 1,000 millones de pesos en utilidades. Además, se tiene una cartera vencida de 6,000 millones de pesos en adeudos a municipios, el estado y a particulares.

Sí hay agua. Si bien no en las presas, Nuevo León tiene acceso a otras vertientes, como la Cuenca de Río Bravo. Sin embargo, con cerca de 80 mil títulos de explotación, la mitad de ellos ubicados en zonas de veda, el nivel actual de agua se encuentra por debajo de la media nacional y está en riesgo de sequía. Los estándares de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) establecen que el nivel óptimo de subsistencia de acceso al agua es de 2 mil metros cúbicos por habitante al año, de acuerdo con Ramón Morga Saravia, presidente del Consejo de Cuenca del Río Bravo, la disponibilidad actual es de la mitad. 

A pesar de que la explotación del Río Bravo es competencia del gobierno federal, entidades con déficits de agua, como Tamaulipas, han expresado descontento y reclamado revisiones a Conagua sobre ciertas concesiones recientes y pasadas. Nuevo León, por su parte, no ha tomado acción alguna para revisar la sobreexplotación al río. Entre las concesiones otorgadas, el exgobernador Jaime Rodríguez Calderón cuenta con dos, la última otorgada en 2020.

Una vez declarado el estado de emergencia, la sociedad neoleonesa retomó un debate nunca respondido por las autoridades: hasta qué punto deben las grandes embotelladoras del estado ser limitadas. Activistas como Antonio Hernández han expuesto la sobreexplotación de embotelladoras como Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, Bebidas Mundiales,  Bebidas Arca, Compañía Topo Chico, Grupo Embotellador Noreste y Casa Guajardo, entre otras, sobre los depósitos de agua subterráneos del estado. En total, las 5 embotelladoras más importantes extraen más de 10 millones de metros cúbicos anuales, equivalentes al consumo de más de 73 mil personas. 

Durante el estado de emergencia, su operación sigue con normalidad y no ha respondido a la necesidad de racionar agua, a diferencia de la población regiomontana quiénes sí sufren de sanciones si su consumo es considerado inadecuado. Este trato diferenciado ha provocado manifestaciones de comunidades locales frente a las compañías exigiendo acciones proporcionales y frente a las autoridades exigiendo rendición de cuentas. Si bien es cierto que la actividad industrial regiomontana depende también de inversión privada y extranjera, en tiempos de crisis y falta de acceso a un recurso vital, la sociedad civil merece transparencia. Ninguna embotelladora ni SADM han respondido a las acusaciones.

Concedo que las embotelladoras han sido altamente eficientes en su uso del agua, el problema no son ellas. A pesar de que Agua y Drenaje ha tenido en sus oficinas proyectos para suministrar agua industrial o reciclada, para que las empresas la traten, una irónica ‘falta de recursos’ ha provocado el cierre de proyectos. Hoy en día, debido a la falta de infraestructura, es decisión directa de la empresa determinar su abastecimiento y gestión de agua. Muchas compañías optan por concesiones para perforar el subsuelo y obtener la misma agua que se usa para consumo popular. Ahora el sector privado ha ofrecido algunas medidas para contribuir a resolver la crisis hídrica de la ciudad, como “donar” más de 20 millones de metros cúbicos de agua y dar mantenimiento a pozos desatendidos por Agua y Drenaje .

La zona metropolitana de Monterrey tiene fama de despilfarrar agua. Mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que un individuo requiere solo 100 litros de agua al día para su subsistencia, los regios utilizan hasta 156 litros de agua al día, en promedio. Monterrey, hogar para más de 5 millones de personas, tiene un grave problema de concientización y ahorro de agua. En Monterrey, cuando la temperatura asciende a más de 40 grados centígrados, nuestro consumo es 8% más intenso, en una ciudad con 15% menos de precipitación que la media mexicana.

Después de años de descuido, opacidad, irresponsabilidad y corrupción, Agua y Drenaje es una institución más turbia que el agua que recibimos en nuestras cocinas 6 horas al día, como mucho. En Nuevo León, demandar transparencia de la gestión pública se ha convertido en demandar agua para nuestra subsistencia. Ahora que más de 12 estados están en peligro de sequía extrema, que nuestra ciudad sirva como desesperado ejemplo de indiferencia frente al vital líquido que tanto nos falta.

 Ahora, a hidratarse y a protestar, que se ocupa.


Sobre el autor: César Almeida. Estudiante regiomontano de Economía y Sociología por la universidad de Sciences Po París y la Universidad de Nueva York.

Aldea84
Aldea84http://aldea84.com
Sitio para nativos y migrantes digitales basado en la publicación de noticias de Tijuana y Baja California, etnografías fronterizas, crónicas urbanas, reportajes de investigación, además de tocar tópicos referentes a la tecnología, ciencia, salud y la caótica -y no menos surrealista- agenda nacional.
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Durante el gobierno de Jaime Rodríguez Calderón, una extensa red de corrupción en Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey (SADM) drenó al estado, provocando una sequía sin precedentes en la ciudad que podía ser evitada. 

El 2 de febrero de 2022, el gobierno de Nuevo León declaró un estado de emergencia por falta de agua en la entidad. Escasas lluvias y un paupérrimo manejo de las fuentes de agua del estado han llevado a una crisis hidrometeorológica extrema, de acuerdo al periódico oficial de la entidad. Con un volumen de 44.16% del total óptimo de las fuentes suministradoras de agua, este desabasto ha empujado al estado, y particularmente a la capital, a una realidad impensable años atrás . En promedio, Monterrey —la tercera ciudad más grande del país— requiere un suministro de 16 mil litros por segundo; hoy en día, solo se están suministrando 12 mil litros por segundo. Ahora, los habitantes de la ciudad sufren de cortes semanales de suministro de agua por región, agua sucia y hasta con tintes azules en sus cocinas. 

Si bien la carencia de lluvias, las interminables canículas y las altas temperaturas han visto el agua evaporarse en el estado, la corrupción en las instituciones públicas ha sido el grifo que, pese a pronósticos desalentadores y advertencias de escasez, nunca cesó de drenar los recursos necesarios para evitar esta sequía.

Un tsunami de denuncias interpuestas por la nueva administración del gobernador Samuel García ante la Fiscalía General de la República (FGR), la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido), la Fiscalía General del Estado y la Fiscalía Anticorrupción estatal han revelado que a través de SADM, el gobierno del ‘Bronco’ desvió más de 18 mil millones de pesos a lo largo de su sexenio. Dentro de las 40 denuncias presentadas en los últimos seis meses, cuatro nombres figuran: Manuel Vital, exsecretario de Desarrollo Sustentable; Enrique Torres, director de SADM durante el mandato de Rodríguez Calderón; Juan Manuel Rodarte, exdirector de Administración y Finanzas; y, Juan Carlos Pulido, exdirector de Operaciones y a quién el actual gobernador ha apuntado como la cabeza de la mafia ‘Corleone’ dentro de la institución. 

Cabe mencionar que la Unidad Anticorrupción de Nuevo León halló culpables de peculado y desvío de recursos públicos a Pulido y a Rodarte, entre otros. Sin embargo, las consecuencias (que van desde una suspensión laboral hasta la inhabilitación definitiva de cualquier cargo público) no han sido determinadas por el momento.

Debido a su zona geográfica y su rápido desarrollo, Nuevo León siempre ha demandado una eficiente administración de agua a corto y a largo plazo. Empero, desde su comienzo, el gobierno de ‘el Bronco’ se caracterizó por decisiones apresuradas, aprovechando condiciones favorables a expensas del futuro. Por ejemplo, 2015 fue el segundo año con más lluvias en la historia de Nuevo León. Desde 1900 que no se veían tan afluentes las presas suministradoras de Monterrey. El Cuchillo y Cerro Prieto contaban con más del 94% de su capacidad, mientras que La Boca contenía 77.5%. Solo 7 años atrás de la actual crisis hídrica, Monterrey gozaba “una situación muy favorable“ en palabras de Doroteo Treviño Puente, especialista del Organismo de Cuenca Río Bravo de la Conagua. 

No obstante, fugas en ductos suministradores y extracciones precipitadas entre presas llevó a que solo dos años después, La Boca ya estuviera de nuevo medio vacía, mientras que Cerro Prieto registraba un 71% de su capacidad. Además de los problemas que dichas extracciones no anunciadas causaban para el comercio y sostenimiento de comunidades de comerciantes locales y aledañas, SADM (uno de los organismos con mayor presupuesto en el estado) nunca contó con un programa de contención frente a las fallas del sistema de alimentación de la ciudad. En otras palabras, pese a las advertencias de funcionarios y biólogos del estado, la crisis fue minimizada por décadas. SADM desatendió la evaluación y mantenimiento de tuberías y pozos acuíferos, tomando fugas a la ligera. Años más tarde, cuando avionetas disparan más munición a las nubes de las gotas que se obtienen, el gobierno de Samuel García ha descubierto que de 200 pozos, 50 no cuentas con equipamiento adecuado para la extracción de su agua.

Además, recientes denuncias del gobernador Samuel García han acusado a este organismo de autorizar la construcción de fraccionamientos en municipios como García que no contaban con la infraestructura para suministrar suficiente agua. De 20 mil casas factibles, se construyeron más de 100 mil. En afán de otorgar permisos rápidos a más de 60 edificios multifamiliares, Pulido coordinó una red de suministro apresurada, podrida e ineficiente, que se ha comprobado desperdicia mil litros por segundo a través de fugas.

De igual manera, la Presa Libertad, proyecto presentado en 2019 por Rodríguez Calderón con el objetivo de suministrar a la ciudad con más de 2 mil litros por segundo para 2023, ha estado inundada de problemas legales, retrasos, expansiones de presupuesto y opacidad. La obra contemplaba una inversión total de 5 mil 129 millones de pesos; sin embargo, desde el comienzo, SADM nunca publicó los gastos del Estado para desafectar los 452 predios necesarios. A pesar de que El Norte solicitó peticiones en noviembre de 2019 frente a la Comisión de Transparencia y Acceso a la Información del estado, reclamando la información, nunca fue posible saber a dónde fueron a parar esos pagos, ni tampoco los 578 millones de pesos que la Federación envió a finales de 2019 para comenzar la construcción. A un año de la fecha propuesta por ‘El Bronco’, la inauguración ha sido aplazada y la obra solo lleva 30% de avance.

Además de las irregularidades de esta importante obra, el actual gobierno ha acusado a SADM por el sobrecosto de más de 295 obras de infraestructura no especificadas, sumando un total de más de 233 millones de pesos presupuestados en el sexenio de Jaime Rodríguez Calderón. Desde la supuesta construcción de ductos hasta reparaciones, la opacidad ha reinado sobre Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey.

Hoy SADM cuenta con una deuda pública de más de 4,000 millones de pesos. En el primer año de la administración del Bronco, el organismo todavía captaba 1,000 millones de pesos en utilidades. Además, se tiene una cartera vencida de 6,000 millones de pesos en adeudos a municipios, el estado y a particulares.

Sí hay agua. Si bien no en las presas, Nuevo León tiene acceso a otras vertientes, como la Cuenca de Río Bravo. Sin embargo, con cerca de 80 mil títulos de explotación, la mitad de ellos ubicados en zonas de veda, el nivel actual de agua se encuentra por debajo de la media nacional y está en riesgo de sequía. Los estándares de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) establecen que el nivel óptimo de subsistencia de acceso al agua es de 2 mil metros cúbicos por habitante al año, de acuerdo con Ramón Morga Saravia, presidente del Consejo de Cuenca del Río Bravo, la disponibilidad actual es de la mitad. 

A pesar de que la explotación del Río Bravo es competencia del gobierno federal, entidades con déficits de agua, como Tamaulipas, han expresado descontento y reclamado revisiones a Conagua sobre ciertas concesiones recientes y pasadas. Nuevo León, por su parte, no ha tomado acción alguna para revisar la sobreexplotación al río. Entre las concesiones otorgadas, el exgobernador Jaime Rodríguez Calderón cuenta con dos, la última otorgada en 2020.

Una vez declarado el estado de emergencia, la sociedad neoleonesa retomó un debate nunca respondido por las autoridades: hasta qué punto deben las grandes embotelladoras del estado ser limitadas. Activistas como Antonio Hernández han expuesto la sobreexplotación de embotelladoras como Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, Bebidas Mundiales,  Bebidas Arca, Compañía Topo Chico, Grupo Embotellador Noreste y Casa Guajardo, entre otras, sobre los depósitos de agua subterráneos del estado. En total, las 5 embotelladoras más importantes extraen más de 10 millones de metros cúbicos anuales, equivalentes al consumo de más de 73 mil personas. 

Durante el estado de emergencia, su operación sigue con normalidad y no ha respondido a la necesidad de racionar agua, a diferencia de la población regiomontana quiénes sí sufren de sanciones si su consumo es considerado inadecuado. Este trato diferenciado ha provocado manifestaciones de comunidades locales frente a las compañías exigiendo acciones proporcionales y frente a las autoridades exigiendo rendición de cuentas. Si bien es cierto que la actividad industrial regiomontana depende también de inversión privada y extranjera, en tiempos de crisis y falta de acceso a un recurso vital, la sociedad civil merece transparencia. Ninguna embotelladora ni SADM han respondido a las acusaciones.

Concedo que las embotelladoras han sido altamente eficientes en su uso del agua, el problema no son ellas. A pesar de que Agua y Drenaje ha tenido en sus oficinas proyectos para suministrar agua industrial o reciclada, para que las empresas la traten, una irónica ‘falta de recursos’ ha provocado el cierre de proyectos. Hoy en día, debido a la falta de infraestructura, es decisión directa de la empresa determinar su abastecimiento y gestión de agua. Muchas compañías optan por concesiones para perforar el subsuelo y obtener la misma agua que se usa para consumo popular. Ahora el sector privado ha ofrecido algunas medidas para contribuir a resolver la crisis hídrica de la ciudad, como “donar” más de 20 millones de metros cúbicos de agua y dar mantenimiento a pozos desatendidos por Agua y Drenaje .

La zona metropolitana de Monterrey tiene fama de despilfarrar agua. Mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que un individuo requiere solo 100 litros de agua al día para su subsistencia, los regios utilizan hasta 156 litros de agua al día, en promedio. Monterrey, hogar para más de 5 millones de personas, tiene un grave problema de concientización y ahorro de agua. En Monterrey, cuando la temperatura asciende a más de 40 grados centígrados, nuestro consumo es 8% más intenso, en una ciudad con 15% menos de precipitación que la media mexicana.

Después de años de descuido, opacidad, irresponsabilidad y corrupción, Agua y Drenaje es una institución más turbia que el agua que recibimos en nuestras cocinas 6 horas al día, como mucho. En Nuevo León, demandar transparencia de la gestión pública se ha convertido en demandar agua para nuestra subsistencia. Ahora que más de 12 estados están en peligro de sequía extrema, que nuestra ciudad sirva como desesperado ejemplo de indiferencia frente al vital líquido que tanto nos falta.

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Sobre el autor: César Almeida. Estudiante regiomontano de Economía y Sociología por la universidad de Sciences Po París y la Universidad de Nueva York.

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