La violencia silenciosa es la más peligrosa, de acuerdo a datos de la ONU, siete de cada diez adolescentes han experimentado al menos una forma de violencia a lo largo de su vida.
Colectivos de mujeres salieron a las calles por el Día Internacional de la no violencia contra la mujer para exigir justicia y que se respeten sus derechos humanos, pues de acuerdo a cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) diez mujeres en promedio, son asesinadas al día, mientras que que casi siete de cada diez adolescentes, de entre 15 y 17 años, han experimentado al menos una forma de violencia a lo largo de su vida.
Dentro de las muchas formas de violencia que puede experimentar una mujer, es una violencia silenciosa, casi impercetible a simple vista y que de no detectar a tiempo, puede destruir tu autoestima sin que puedasevitarlo, se trata del llamado Gaslighting, que pocos conocen por la forma tan “discreta” que se va dando en la relación.
Este es un tipo de manipulación psicológica ya que más allá de la violencia física o de las amenazas basadas en esta hay muchos patrones de comportamiento que atentan contra la integridad de la víctima, como la manipulación emocional, en pocas palabras el gaslighting o hacer luz de gas a una persona es una forma de abuso psicológico que consiste en manipular la percepción de la realidad del otro.
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Este término tiene su origen en una obra de teatro del mismo nombre en el año 1938 y la posterior película estadounidense en 1944. En ambas, un hombre manipula objetos de su casa y recuerdos para hacer creer a su mujer que está loca y quedarse con su fortuna. Hoy en día, este término se utiliza para identificar a personas tóxicas.
Señales que sufres gaslighting
- Te cuestionas lo que piensa o lo que haces todo el tiempo.
- A veces te sientes confundida y desorientada. Impotencia por no recordar detalles.
- Estás nerviosa e incómoda cuando te encuentras con tu pareja y no sabes concretamente por qué.
- Te criticas a ti misma por exagerar la situación o por ser demasiado sensible.
- Pides disculpas constantemente.
- Eres incapaz de tomar decisiones. No confías en tu propio juicio, y le das la razón a tu pareja
- Justificas a tu pareja si alguien cercano lo critica o lo cuestiona.
- Tienes sentimiento de incapacidad. Intentas estar a la altura de las expectativas del otro, pero nunca lo consigues. Te siente menospreciada.
- Sientes miedo a expresar tus propias emociones, por lo que tiendes a guardar silencio.
- Sientes culpa por no ser feliz como antes y por causar preocupaciones a tu pareja.
- Piensa que estás perdiendo la cabeza de forma irreversible.
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Ahora bien, para detectar a las personas que abusan emocionalmente de otras tienen características muy particulares, ya que al principio pueden ser las personas más amorosas y llenarte de detalles y halagos para ganarse tu confianza y después mostrar su verdadero yo.
El abusador suele recurrir a la mentira y niega cosas que ha dicho o hecho, aunque existan pruebas para mantener su papel. Pero ojo, la manipulación no se produce de un día para el otro. Existen ciertas fases para ir debilitando a la víctima:
Desconfianza: en esta fase inicial la víctima aún cree en su propia percepción y creencias, y aunque le gustaría tener la aprobación del abusador, no genera un desequilibrio entre las partes.
Defensa: la víctima empieza a sentir que debe protegerse y confronta con el acosador intentando justificar que se equivoca, se resiste y lo intenta rebatir. En esta fase se eternizan las discusiones sin llegar a conclusiones. La necesidad de aprobación aumenta.
Depresión: la autoestima y la autonomía de la víctima en esta fase ya está muy afectada. Comienza a dudar de todo y teme cometer un error por miedo a la crítica. Intenta justificar que el abusador tiene razón, pensando que de esta manera conseguirá su amor y aprobación. Se siente hundida y desconectada.
¿Qué se puede hacer?
- Pon atención en las señales de alerta. Es importante coger a tiempo el problema.
- Confía en tu propio criterio, en tus valores y en tus creencias. Pon contexto: no se puede perder la cabeza sólo cuando estamos con una persona concreta y funcionar bien con el resto.
- Mantén tus decisiones: no cambies de opinión sólo porque alguien te lo diga.
- Respeta tus emociones: nadie te puede decir cómo te has de sentir.
- Cultiva tu asertividad.
- Rodéate de personas que te hagan sentir bien, no mal. Comunícate.
- Crea tus propios espacios. Dedica tiempo a tu evolución y a tu crecimiento personal.
- Cuestiónate la necesidad de mantener en tu vida al acosador. Busca alternativas.
Finalmente, es importante destacar que esta violencia se da generalmente en parejas, y no sólo de hombres hacia mujeres, sino también a la inversa; pero también puede pasar en relaciones de amistad, compañeros de trabajo; o con los que conectamos mucho desde el inicio y no les vemos ningún defecto.
En este caso, expertos no recomiendan la terapia de pareja, pero sí sugieren una sesión de terapia individual donde la persona vaya reforzando su autoestima y aprenda a confiar de nuevo en sí misma.
