Putin anunció el acuerdo para el pronto despliegue de armas nucleares tácticas en Bielorrusia justo cuatro días después de exigir a Estados Unidos en una declaración conjunta con el líder chino, Xi Jinping, la retirada de sus arsenales nucleares del extranjero.
El presidente ruso, Vladímir Putin, volvió a poner sobre el tapete la carta nuclear ante la falta de avances en el frente ucraniano durante la campaña invernal y en un intento de obligar a Occidente a renunciar, a largo plazo, a armar al ejército enemigo.
Putin anunció el acuerdo para el pronto despliegue de armas nucleares tácticas en Bielorrusia justo cuatro días después de exigir a Estados Unidos en una declaración conjunta con el líder chino, Xi Jinping, la retirada de sus arsenales nucleares del extranjero.
Precisamente, Xi le advirtió en Moscú que esa era una línea roja que nadie debía cruzar, ya que en una guerra nuclear “no hay vencedores”.
Todo esto ocurre cuando las fuerzas rusas han reducido notablemente la intensidad de sus ataques contra Bajmut, según la Inteligencia occidental, aunque los defensores ucranianos creen que la batalla por ese bastión del Donbás aún no ha terminado.
GUERRA DE NERVIOS
En una entrevista con la televisión rusa, Putin acusó a Occidente de intentar torpedear la visita de Estado de Xi, recibido como un salvador en el Kremlin, donde ambos mandatarios abordaron el plan de paz chino para Ucrania.
Al respecto, Putin negó hoy que Moscú y Pekín tengan una “alianza militar” y sean una amenaza para el mundo, y, en cambio, acusó a la OTAN de crear un “eje global” similar al que forjó la Alemania nazi con Italia y Japón en los años 30 del siglo XX.
Además de que la Corte Penal Internacional ordenó en vísperas de la visita el arresto de Putin, la Unión Europea anunció el mismo lunes, día de la llegada de Xi a Moscú, el envío de un millón de proyectiles a Ucrania, cifra que el propio líder ruso consideró “más que decente”.
A esto hay que sumar el anuncio del Reino Unido de que suministrará a Kiev munición con uranio empobrecido, que el jefe del Kremlin describió como armamento con “componente nuclear”.
La venganza de Putin no se hizo esperar. Con la excusa del uranio empobrecido, el sábado aseguró que el 3 de abril comenzará la instrucción de los militares bielorrusos para el empleo de armas nucleares tácticas y el 1 de julio estará construido el silo que las acogerá en un país que comparte frontera con Ucrania y la OTAN.
“Putin se ha privado de la carta moral de defensor del régimen de no proliferación nuclear, sin recibir nada a cambio”, comentó Maxim Starchak, experto en política nuclear, al diario digital Meduza.