Su entrega representa un desacato judicial, pues existir una suspensión provisional en un juicio de amparo, además de que los nuevos materiales anteponen la “enseñanza” de problemas sociales por encima del aprendizaje de habilidades básicas y disciplinas de los alumnos, mientras que la guía para docentes muestra una marcada ideologización dice Alfredo Postlethwaite.
TIJUANA.- La Coalición para la Participación Social en la Educación, A.C. (COPASE), se sumó a la protesta de múltiples organizaciones y miles de ciudadanos, solicitando que se detenga la distribución de los nuevos libros de texto, pues además de que existe una suspensión provisional en un juicio de amparo, se debe dar prioridad a la revisión y evaluación de los contenidos por parte de expertos, hasta garantizar su calidad, dijo este fin de semana el presidente del organismo, Alfredo Postlethwaite Duhagón.
Puntualizó que México enfrenta grandes desafíos en materia educativa; la pandemia —indicó—, incrementó las brechas de desigualdad en el sistema educativo, y las malas decisiones del Gobierno Federal a través de la SEP, podrían poner en riesgo a las nuevas generaciones. Estamos a tiempo de garantizar que la educación y los libros de texto para los estudiantes de educación básica, sean de calidad y no otra ocurrencia, enfatizó.
Postlethwaite manifestó que la educación de calidad debería ser una prioridad para el Gobierno, especialmente en un momento en el que el país necesita recuperarse y avanzar hacia un futuro más prometedor. Sin embargo, señaló, el nuevo “Plan de Estudio para la educación preescolar, primaria y secundaria”, lejos de acercarnos a la excelencia educativa, podría estar llevando a nuestro sistema escolar a un camino con graves consecuencias.
Mencionó que el Plan de Estudios publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), hace un año, carece de pruebas piloto y evaluaciones por parte de expertos en la materia que respalden sus cambios, lo que nos deja cuestionando si realmente estamos avanzando hacia una mejora significativa.
Dijo que a ello se suma la decisión de imprimir y distribuir los nuevos libros de texto, sin fundamentos pedagógicos ni estructuración del pensamiento lógico, lo que representa un retroceso significativo para millones de niñas, niños y adolescentes de nuestro país y estado, además de que su entrega significa un desacato judicial pues existe una suspensión promovida en meses pasados por entidades preocupadas por elevar la calidad educativa.
El presidente de la COPASE manifestó que hay una incertidumbre preocupante si los libros de texto lograrán el cumplimiento de los objetivos del proceso de aprendizaje y enseñanza, pues dichos materiales deben corresponder a un programa de estudio, que aún no ha sido publicado.
Además, agregó, destacan las siguientes preocupaciones: cada disciplina (materia), como el español, las matemáticas o la geografía, por ejemplo, tienen una didáctica, formas de enseñarse y aprenderse.
La reducción de libro de matemáticas, de 222 a 11 páginas, observándose dicha materia solo como un recurso para el aprendizaje de las ciencias sociales o naturales.
Los proyectos —subrayó—, sobreponen un énfasis en los problemas sociales al aprendizaje de las habilidades básicas y disciplinas de los alumnos; los “libros de referencia y cápsulas educativas”, carecen de orden y secuencia, lo que podría afectar negativamente la comprensión y el seguimiento del contenido.
Faltan recursos y capacitación adecuada para los maestros para implementar el nuevo Plan de Estudio, y el libro para docentes es “un libro sin recetas para el educador”, y en cambio presenta una marcada ideologización.
Alfredo Postlethwaite Duhagón enfatizó que preocupa que la información sobre los nuevos libros de texto sea reservada, y que a un mes del inicio del nuevo ciclo escolar, no se hayan presentado de manera pública y formal; sin embargo, se sabe que desaparecerán los libros de texto gratuitos en materias básicas como español, matemáticas, ciencias naturales, geografía e historia.
De una manera súbita y rotunda, añadió, se dejarán atrás los materiales que han sido, durante mucho tiempo, una herramienta valiosa como material de apoyo para los docentes y estudiantes dentro y fuera de las aulas.
De ahí que la Coalición para la Participación Social en la Educación, se suma a la protesta de organizaciones y ciudadanos, solicitando que se detenga la distribución de los nuevos libros de texto, y se dé prioridad a la revisión y evaluación de los contenidos hasta que se garantice su calidad y consulta previa por expertos, pues un país que educa bien a sus niños y jóvenes, es un país con futuro, y nuestros niños “se lo merecen y lo necesitan”, finalizó.