Lorenzo Córdova expuso lo que él considera como los peligros y desafíos actuales para la prensa en México.
En la opinión de Lorenzo Córdova, la libertad de prensa se erige como uno de los pilares fundamentales de cualquier régimen democrático. Este derecho no solo permite la coexistencia y difusión de diversas ideas y posturas, sino que también actúa como un mecanismo esencial de control del poder. En las democracias, la prensa tiene la responsabilidad de revisar, investigar y examinar cuidadosamente a los gobernantes, haciendo públicos los resultados de sus indagaciones. Esto permite que la ciudadanía conozca cómo se toman las decisiones, quiénes se benefician de ellas y si existen irregularidades o abusos en la tarea del gobierno.
En contraste, los regímenes autoritarios, caracterizados por el secreto y la opacidad, buscan controlar la información para que la sociedad solo conozca lo que les interesa divulgar. En estos sistemas, la prensa libre es vista como un enemigo potencial que debe ser subordinado a los intereses del gobierno. Los totalitarismos necesitan una prensa acrítica, que funcione más como un medio de propaganda que de información, exaltando los logros del gobierno y silenciando cualquier crítica o problema existente.
Lorenzo Córdova destaca que el balance del gobierno de López Obrador en materia de libertad de prensa es extremadamente negativo y preocupante. Informes de organizaciones internacionales como Artículo 19 y Reporteros sin Fronteras han señalado a México como uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo. Además, esta actividad está sujeta a un hostigamiento y estigmatización constante desde el poder. Bajo el pretexto de su libertad de expresión y derecho de réplica, el Presidente y su gobierno han descalificado y denigrado investigaciones periodísticas, medios de comunicación y periodistas que resultan incómodos.
El uso de la publicidad gubernamental como herramienta para premiar o castigar a los medios de comunicación, y el empleo del aparato gubernamental para amedrentar y desacreditar a quienes critican las decisiones gubernamentales, son algunas de las tácticas utilizadas. Control de concesiones de señales radiodifundidas, mecanismos fiscales y de inteligencia financiera, y hasta indagatorias penales han sido implementadas para presionar y chantajear a la prensa crítica.
Las conferencias de prensa diarias y la sección de desmentidos del gobierno se han convertido en juicios inquisitoriales donde se señala y condena públicamente a quienes osan escrutar al poder. La Relatoría de Expresión de la CIDH, en su Informe Anual 2023, expresó su preocupación por la “creciente estigmatización a la prensa impulsada por el Poder Ejecutivo”, documentando 65 agresiones directas solo en el primer semestre de 2023.
Un ejemplo reciente es la embestida de Pablo Gómez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, contra el medio Latinus, al que acusó de corrupción y de recibir recursos indebidos, exhibiendo ilegalmente datos personales protegidos por la ley. Este tipo de acciones buscan amedrentar a los considerados enemigos del gobierno y coartar el ejercicio periodístico en su conjunto, en una clara manifestación de pretensiones autoritarias de ejercer un poder total y absoluto.
La libertad de prensa sigue siendo un derecho esencial que debe ser defendido y protegido para asegurar la transparencia y el control del poder en cualquier democracia. La situación actual en México, bajo el gobierno de López Obrador, representa un grave riesgo para este derecho fundamental, y es imperativo que la sociedad y las organizaciones internacionales continúen vigilantes y activos en su defensa.
