Así lo manifestó el representante permanente mexicano, Juan Ramón de la Fuente, desde la sede del organismo en Nueva York en la reunión de emergencia de la Asamblea de la ONU.
“México va a votar a favor de la resolución que contiene muchos de los argumentos que hemos esgrimido en diversos foros en relación al tema, que incluye además una cláusula que hemos propuesto para dejar abierta la puerta de la diplomacia, por donde tendrá que venir finalmente la solución al conflicto”, dijo el diplomático en un vídeo difundido por la cancillería en su cuenta de Twitter.
El 27 de febrero por la tarde, junto con diez países del Consejo de Seguridad, México invocó a una resolución conocida Unión Pro Paz para convocar a una reunión de emergencia de la Asamblea General para analizar y resolver sobre la situación en Ucrania.
Esa sesión permitió conocer los puntos de vista de unos 110 países, para entender “la compleja trama de este conflicto”, indica el mensaje del representante, quien también ocupa un asiento no permanente de América Latina y el Caribe en el Consejo de Seguridad de la ONU.
El embajador indicó que, de manera simultánea, junto con Francia, México impulsa otro proyecto “para tratar de garantizar que la ayuda humanitaria llega de manera oportuna a la población civil que está sufriendo ya grandes estragos como consecuencias de este conflicto”.
La propuesta de los dos países consiste en un proyecto de resolución que busca “el cese de las hostilidades, la protección de los civiles y garantizar el acceso a la ayuda humanitaria”.
De la Fuente afirmó que ya fue registrado un número considerable de bajas en la población civil, pero sobre todo muchos desplazados internos y más de 600.000 refugiados que están ya en otros países vecinos.
“La situación humanitaria es preocupante y todo muestra que se va a complicar aún más en los próximos días”, dijo el diplomático.
El representante reafirmó la postura mexicana consiste en “un llamado al cese al fuego inmediato, protección a la protección civil y acceso a la ayuda humanitaria sin restricciones, no cancelar la vía diplomática y mantener todo el diálogo que sea posible en los diversos foros multilaterales”.
La Asamblea General votará sobre el proyecto de resolución que exige a Rusia que retire sus fuerzas de Ucrania, dijo Paulina Kubiak, portavoz del presidente de la instancia, durante una conferencia de prensa.
La resolución, denominada “Agresión contra Ucrania”, exige que Rusia deje de usar la fuerza de inmediato contra ese país y se abstenga de cualquier otra amenaza similar contra cualquier estado miembro de Naciones Unidas.
Una resolución similar en el Consejo de Seguridad de la ONU no fue adoptada el 25 de febrero debido al veto de Rusia.
En la Asamblea General de la ONU de 193 miembros, la aprobación de una resolución requiere una mayoría simple y ningún estado miembro tiene derecho a utilizar el veto.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció en la madrugada del 24 de febrero el lanzamiento de una “operación militar especial” en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitan ayuda frente al “genocidio” por parte de Kiev.
Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es “la desmilitarización y la desnazificación” de Ucrania. El mandatario ruso pidió a uniformados y civiles en Ucrania que no opongan resistencia a esa operación, y advirtió de que Rusia responderá de inmediato a cualquier fuerza externa que le amenace o se ponga en su camino.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.
Ucrania rompió las relaciones diplomáticas con Rusia, impuso la ley marcial en todo el territorio nacional, además del toque de queda en Kiev y otras ciudades, decretó la movilización general e instó a la comunidad internacional a activar “todas las sanciones posibles” contra el líder ruso.
Numerosos países, con excepciones como China, condenaron en términos enérgicos la intervención de Rusia en Ucrania y activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales que, por vez primera, se extienden al presidente Vladímir Putin y al ministro de Exteriores Serguéi Lavrov, prevén la desconexión parcial de Rusia del sistema SWIFT, el cierre del espacio aéreo para las aerolíneas rusas y la paralización de las reservas internacionales del Banco Central de Rusia.