Por su proliferación de industrias, Nuevo León es uno de los estados más icónicos de México en materia de producción empresarial y pronto podría albergar una planta de ensamblaje de autos eléctricos Tesla, de acuerdo con la agencia ‘Bloomberg’.
La empresa, que en las últimas semanas ha enfrentado escándalos por la gestión de Elon Musk, a quien se acusa de descuidar sus tareas en la compañía automotriz por concentrarse en la compra y dirección de Twitter, está concluyendo sus planes para construir una planta de ensamble en un área industrial de Monterrey, capital de Nuevo León.
Fuentes anónimas vinculadas al proceso y consultadas por Bloomberg explicaron que Tesla afina los detalles finales de su plan de construcción, que ha involucrado al mandatario de Nuevo León, Samuel García, y la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
El propio Musk visitó Nuevo León en octubre y Tesla ya había buscado con las autoridades locales consolidar una ruta de suministros en la entidad para trasladar partes automotrices a su frontera con Texas, Estados Unidos.
Esta planta sería la primera con que Tesla se mueva al sur de la línea fronteriza estadounidense, en un panorama que contempla otras fábricas en Austin, Texas, y Berlín, la capital alemana, además de Shanghái, China.
La confirmación de la planta en Monterrey podría darse luego de que México y Canadá ganaron una disputa comercial a Estados Unidos relacionada al traslado de automóviles allende las fronteras para incentivar la manufactura de la industria automotriz, un procedimiento facultado por los términos del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que permite la resolución de controversias comerciales entre los países socios.
Un tentativo vehículo eléctrico elaborado en México podría calificar para recibir subsidios de acuerdo con una legislación estadounidense reciente, siempre y cuando cumpla con ciertos requerimientos en materia de batería.
Sin embargo, todavía es incierto qué automóviles produciría Tesla en su planta mexicana o bien cuándo comenzaría operaciones, sin embargo las fuentes consultadas adelantaron que en los próximos días la empresa explicará ambos aspectos, cuando haga el anuncio oficial sobre su presencia en Monterrey.
Esta ciudad del norte de México ya funciona como corredor de la industria automotriz por contener plantas de General Motors y Kia Motors, además de que empresas asiáticas también han fomentado la inversión en Nuevo León por su localización estratégica en torno a Estados Unidos.
Ford también construye una planta de autos eléctricos Mustang Mach-E en Cuautitlán, una localidad del Estado de México, contiguo a la capital del país latinoamericano.
Musk se comprometió a vender 20 millones de vehículos eléctricos anuales para 2030, lo que convertiría a Tesla en una empresa el doble de grande que cualquier otra competidora fabricante de automóviles, además de que daría a la firma el dominio del 20% de la producción global.
En semanas pasadas, la titular de la Secretaría de Economía de México, Raquel Buenrostro, indicó que México está en pláticas con varias empresas extranjeras para que se asienten en el país latinoamericano, esto en aras de incentivar la Inversión Extranjera Directa (IED), que al menos en el primer semestre del 2022 rompió récord.
Según detalló la funcionaria, hay dos planes ejes para incentivar la IED, uno de ellos es el Plan Sonora, con el que se buscará, entre otras cosas, la extracción de litio, un material necesario para la producción de baterías de autos como los de Tesla.
El hecho de que en México haya litio, señalan expertos, convierte a México en un territorio de interés empresarial sobre todo para el área tecnológica.
Los expertos coinciden en que en el contexto geopolítico en el que se vive una batalla comercial entre Estados Unidos y China, así como dos años de pandemia por COVID-19 que reconfiguraron la cadena industrial, han generado que las empresas volteen a ver a México, un país que bien podría sacar provecho de esto gracias al nearshoring, que es la estrategia de externalización por la que una empresa transfiere parte de su producción a terceros que, a pesar de ubicarse en otros países, priorizan su localización cercana a los destinos mercantiles y con una zona horaria semejante.