Los inventos de Tesla: ¿realidad o ficción?

Revisemos sus grandes logros personales, sus contribuciones a avances colectivos y sus ambiciosas ideas que nunca logró llevar a la práctica.


Nikola Tesla es ya un icono de la cultura popular, un símbolo del científico genial y excéntrico, del inventor adelantado a su tiempo e incomprendido. Libros y documentales relatan la apasionante biografía de Tesla, que también aparece como personaje de ficción en películas y cómics. Se refuerza su figura mítica, la de un superhéroe de la ciencia enfrentado al villano Edison. Pero, ¿son reales todos los inventos que se le atribuyen? Revisamos sus grandes logros personales, sus contribuciones a avances colectivos y sus ambiciosas ideas que nunca logró llevar a la práctica.

1. BOBINA DE TESLA

Con 35 años, Nikola Tesla registró en 1891 la madre de sus más de 300 patentes, la que hoy conocemos como ‘bobina de Tesla’: un transformador eléctrico compuesto por varios circuitos resonantes acoplados. El propio inventor utilizó diferentes variantes de esta bobina como base para multitud de experimentos posteriores, con los que estudió fenómenos como la fosforescencia o los rayos X, y exploró nuevas posibilidades para el alumbrado eléctrico y la transmisión de energía sin cables.

Aunque las bobinas de Tesla llegaron a usarse comercialmente en las primeras generaciones de radiotelégrafos, hoy su uso se limita al entretenimiento. Son dispositivos muy comunes en los museos de ciencia, pues generan espectaculares chispas y descargas eléctricas, e incluso se han adaptado para funcionar como instrumentos musicales. Su secreto está en que producen corriente alterna de alto voltaje, alta frecuencia y baja intensidad: entender una bobina de Tesla da unas claves básicas para saber cómo funciona la electricidad.

2. TRANSMISOR AMPLIFICADOR

«De todos mis inventos, estoy seguro de que el transmisor amplificador será el más importante y valioso para las generaciones futuras», afirmó Nikola Tesla en su autobiografía. No en vano, él diseñó esta versión avanzada de su bobina de Tesla para realizar experimentos en busca de su gran sueño: prescindir de cables para las telecomunicaciones y la transmisión de electricidad.

Tesla, en su laboratorio de Colorado Springs, junto a su transmisor amplificador(1899). Crédito: Dickenson V. Alley / Century Magazine

En 1899 Tesla construyó, en su laboratorio de Colorado Springs (a donde se había mudado desde Nueva York), un transmisor amplificador de más de 15 metros de diámetro, capaz de producir corrientes de altísimo voltaje (hasta 4 millones de voltios) y rayos de descarga de hasta 40 metros de longitud. Tesla empleó en esas instalaciones los 100.000 dólares que le había aportado un inversor para otro fin, el de desarrollar un nuevo sistema de alumbrado público. Y tras nueve meses de experimentos, Tesla creyó haber logrado transmitir electricidad sin cables y dio el siguiente paso hacia su sueño inalámbrico.

3. SISTEMA INALÁMBRICO MUNDIAL

Animado por los resultados de sus experimentos en Colorado Springs, Tesla regresó a Nueva York y a finales del año 1900 convenció al banquero J.P. Morgan para que le financiara la construcción de una estación de telecomunicaciones inalámbrica (la Torre Wardenclyffe) con la que lograr transmitir mensajes al otro lado del océano Atlántico antes que su rival Guglielmo Marconi.

Torre y laboratorio de Nikola Tesla en Wardenclyffe, en 1902. Crédito: Tesla Universe

Marconi lo estaba intentando con un radiotelégrafo. Tesla quiso hacerlo con una nueva tecnología y su ambición le llevó a incluir en el sistema su idea de transmisión inalámbrica de electricidad. Pero Morgan no quiso aportar la financiación extra necesaria y la Torre Wardenclyffe fue abandonada en 1906, sin haber llegado nunca a entrar en funcionamiento.

Tesla aspiraba a llevar electricidad y comunicaciones a cualquier lugar del mundo, con una red de unas 30 estaciones inalámbricas que utilizarían la propia Tierra y su atmósfera para conducir la electricidad mediante una nueva clase de ondas estacionarias que decía haber descubierto. Durante décadas no se cansó de argumentar que su sistema era superior al de las ondas de radio. Pero lo cierto es que nunca demostró haber transmitido electricidad sin cables más allá de unos pocos metros de distancia.

4. MÁQUINAS MÁS EFICIENTES

Para celebrar su 50 cumpleaños, en 1906 Tesla hizo una demostración de una turbina sin aspas con la que pretendía competir en eficiencia con los motores de pistones. En 1913 patentó el invento (que nunca llegó a desarrollarse comercialmente) con el deseo de aplicarlo al aprovechamiento de energía geotérmica.

Turbina de Tesla con la tapa descubierta. Crédito: Walter Hines

Años antes había patentado un generador eléctrico, el oscilador de Tesla, para reemplazar a las ineficientes máquinas de vapor que se usaban entonces para producir electricidad. Pero su invento fue superado en eficiencia por las modernas turbinas de vapor. Experimentando con una pequeña versión de su oscilador, Tesla aseguró haber alcanzado la frecuencia de resonancia de su edificio, haciendo que sus vecinos llamaran a la policía, alarmados por las sacudidas y temblores. Otra versión de la historia sitúa al escritor Mark Twain (amigo de Tesla) experimentando un potente efecto laxante debido a las vibraciones del oscilador. Y en la fiesta de su 79 cumpleaños Tesla contó a la prensa que su oscilador podría derribar el Empire State o incluso partir en dos la corteza terrestre. Se le conoce popularmente como la ‘máquina de terremotos de Tesla’, aunque en 2006 una versión moderna del oscilador no logró provocar grandes vibraciones cuando fue puesto a prueba en el programa de TV “Cazadores de Mitos”.

5. ENSEÑANZA ELÉCTRICA

Convencido de las bondades de la corriente alterna, Tesla desarrolló incluso su propia versión del brain-training, teorizando que la aplicación de electricidad al cerebro estimularía la inteligencia, «del mismo modo en que estimula el crecimiento de las plantas». En 1912 la revista Popular Electricity Magazine publicó su plan para aplicar una especie de masaje molecular a los estudiantes, mediante corrientes eléctricas de alta frecuencia, para facilitarles el aprendizaje e incluso «convertir a los alumnos torpes en brillantes, saturando las aulas con ondas eléctricas infinitesimales».

El proyecto con el que Tesla pretendía mejorar el nivel educativo y la salud de los estudiantes consistía en cablear las paredes de las aulas cuidadosamente, sin que los pupilos pudieran darse cuenta. El entonces superintendente escolar de Nueva York, William H. Maxwell, dio inicialmente su visto bueno al plan de Tesla, aunque ese experimento nunca llegó a realizarse.

6. LUCES DE NEÓN

Otros de los grandes inventos que se le atribuyen son las luces de neón, que según numerosas referencias Tesla demostró en la Exposición Universal de Chicago (1893). Sin embargo, el gas neón no se descubrió hasta 1898 y la primera lámpara de neón la presentó el francés Georges Claude en el Salón del Automóvil de París en 1910.

Letreros luminosos que Tesla presentó en la Exposición Mundial de Chicago, en 1893. Crédito: Tesla Society

Nikola Tesla fue un pionero en el desarrollo de lámparas de descarga de gas. Y desde luego que fue uno de los primeros que aplicó ese invento para crear letreros luminosos, doblando los tubos que contenían los gases. Aunque las lámparas que Tesla demostró en 1893 ni eran comercialmente viables, ni eran de neón.

7. RAYOS X

Experimentando con tubos de descarga, en 1894 Tesla se dio cuenta de que aparecía una “radiación invisible” que dañaba una película fotográfica almacenada cerca. Siguió investigando esa línea pero sus notas, sus instrumentos y sus esfuerzos se perdieron en un incendio de su laboratorio, en marzo de 1895. A finales de ese mismo año el alemán Wilhelm Röntgen anunció que había descubierto los rayos X, experimentando con un tubo de Crookes similar al usado por Tesla.

‘Sombragrafía’ de un pie en un zapato, obtenida por Tesla en 1896. Crédito: Tesla Museum

Tras el anuncio de Röntgen, Tesla diseñó fácilmente su propio sistema de rayos X. Tenía sus famosas bobinas para poder aplicar al tubo las descargas de alto voltaje necesarias para generar la nueva radiación. También obtuvo unas de las primeras imágenes del cuerpo humano con rayos X, a las que llamó “sombragrafías”, que impresionaron por su calidad y nivel de detalle al propio Röntgen, inventor de las radiografías.

Tesla nunca le discutió al alemán su descubrimiento. Y de no ser por aquel desagraciado incendio, podría haber sido él quien hubiera descubierto primero los rayos X y ganado el Nobel de Röntgen en 1901. Lo cierto es que Tesla fue un pionero que hizo importantes contribuciones al desarrollo de los rayos X.

8. MOTOR DE INDUCCIÓN

En mayo de 1888 Nikola Tesla publicó un artículo científico en el que detallaba el funcionamiento del que sería su mayor éxito como inventor: el motor de inducción, de corriente alterna, con grandes ventajas sobre los motores eléctricos de corriente continua. Su principio de funcionamiento era generar movimiento en el motor mediante campos magnéticos rotantes, producidos por una corriente alterna polifásica.

Modelo original del motor de inducción de Tesla (1887). Crédito: Science Museum

Dos meses antes el italiano Galileo Ferraris había presentado su propio motor de inducción, llegando de manera independiente a la misma tecnología innovadora. El magnate George Westinghouse, que estaba desarrollando la aplicación comercial de la corriente alterna se interesó por ambos diseños y finalmente decidió que la patente de Tesla tenía más posibilidades. Westinghouse escogió su motor de inducción para competir con General Electrics y Thomas Edison en la llamada ‘Guerra de las corrientes’. Por eso Tesla es citado habitualmente como El inventor del motor de inducción, aunque debe compartir ese honor con Ferraris; algo muy habitual en la historia de la ciencia, pues grandes avances como la teoría de la evolución, la tabla periódica o el teléfono fueron desarrollados de manera independiente, y casi al mismo tiempo, por distintas personas, que se apoyaron en las ideas previas de otros investigadores.

9. RADIO

La idea de que Tesla fue ‘el verdadero inventor de la radio’ está muy extendida. Sin embargo, la comunicación por radio es una de esas obras colectivas, desarrollada con la contribución de muchos científicos e ingenieros: desde quienes descubrieron experimentalmente la relación entre electricidad y magnetismo (Ørsted, Ampère, Henry y Faraday), pasando por el que unificó ambos fenómenos con su teoría del electromagnetismo (Maxwell) o por el que logró la primera transmisión de ondas electromagnéticas (Hertz, en 1887).

Marconi usó varias patentes de Tesla en su radiotelégrafo de 1901. Crédito: The World’s Work

Y en esas ondas de radio (también llamadas hertzianas) se basó Guglielmo Marconi para diseñar en 1896 el primer telégrafo sin cables que logró transmitir señales a larga distancia, de un punto a otro situado a varios kilómetros. Marconi está considerado el inventor de la radio por ese logro y también por haber realizado en 1901 la primera comunicación por radiotelégrafo a través del océano Atlántico (entre Inglaterra y Canadá). Tesla competía con Marconi por alcanzar esa meta científica, pero su sistema no utilizaba ondas de radio. De hecho Tesla dudaba que las ondas de radio existieran realmente; y en cualquier caso, pensaba que si existían solo podrían viajar en línea recta, por lo que no podrían usarse para comunicación a larga distancia. Por eso Tesla no estuvo ni cerca de inventar la radio, por mucho que Marconi usase en sus radiotelégrafos algunos componentes eléctricos patentados por Tesla.

10. CONTROL REMOTO

Los grandes inventos de Tesla hicieron posible la llegada de la electricidad a los hogares. Sus aportaciones a la corriente alterna (motor de inducción, sistema polifásico y transformador) fueron fundamentales para que Westinghouse lograra imponer esta tecnología frente a la corriente continua. Juntos, inventor y empresario, consiguieron algo extraordinario: generar electricidad en las cataratas del Niágara (EEUU) y llevarla a los hogares de la cercana ciudad de Búfalo en 1896. A partir de ahí las ciudades se llenaron rápidamente de cables eléctricos. El siguiente paso, el sueño sin cables de Tesla, se quedó en eso, un sueño.

Illustración de Tesla en la demostración del Madison Square Garden en 1898. Crédito: Popular Science

Tesla no realizó ninguna aportación importante a la tecnología inalámbrica. Pese a todo su talento, era imposible hacerlo sin entender la base científica del fenómeno. Y Tesla no aceptó los nuevos principios físicos que explicaban la transmisión de impulsos eléctricos por el aire. Aun así, sin creer en las ondas electromagnéticas, Tesla diseñó una curiosa aplicación de estas: el primer sistema de control remoto por radio. Con él, en 1898 manejó sin cables un pequeño barco en una feria de electricidad, ante el asombro de un público dividido entre los que creían que Tesla tenía poderes telequinéticos y quienes buscaban un truco dentro del barco. Su pequeño invento fue el precursor de los drones y del mando a distancia de la TV.

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