Esta práctica no tiene antecedentes de cuándo o cómo inició; sin embargo generación tras generación se ha practicado entre familias de Pomuch, Campeche.
El pueblo de Pomuch está ubicado en la zona norte de Campeche, en el territorio conocido como el Camino Real. Esta área de la geografía estatal es la de mayor presencia indígena y herederos de los rasgos mayas más importantes; es aquí donde año con año se realiza el famoso ritual de limpia de restos óseos.
Esta práctica no tiene antecedentes de cuándo o cómo inició; sin embargo generación tras generación se ha practicado entre familias de Pomuch, quienes una vez al año limpian los huesos de sus difuntos.
Abelardo es hijo de doña Leticia Castillo, ambos acudieron a limpiar los restos óseos de doña Minerva, “Chichí”, que significa abuela en maya, y de otros familiares que descansan que la cripta familiar.
El ritual, explica Abelardo, consiste en lo siguiente: primero se limpian los osarios, es decir, las cajas que contiene los restos, y les colocan un manto nuevo.
Posteriormente se hace una oración para pedir permiso de tocar los huesos. Con brocha en mano y un bote de alcohol, se procede a limpiar los restos de lo que fueran los pies y piernas, para posteriormente tomar los correspondientes a la zona media del cuerpo y el torso, y luego los brazos.
Con la limpieza del cráneo es cuando comienza la plática con quien fuera su abuela, en ese momento, Abelardo le pide por la familia, que los cuide. También le platica cómo les ha ido y cuando está por terminar, le solicita que les provea en el campo.
Finalmente hace una última oración y deposita el cráneo en la caja, para envolver los restos con la ropa nueva, y colocarlos nuevamente en sus osarios.