Se va a una CDMX donde no le gusta vivir y desde la Cámara Alta tratará de recuperar su fuerza.
En cuanto se conoció que Jaime Bonilla se regresa al Senado, hubo diferentes análisis que se respetan y son interesantes.
Que se reincorpora al Senado para tener fuero y protegerse ante la denuncia penal por el caso de la fotovoltaica y por el asunto de la periodista Lourdes Maldonado, y otros más.
Por estar en la política nacional y sobretodo de cara al proceso electoral del 2024, cerca de quien sea el candidato de Morena a la presidencia de la República.
Esas y otras razones se han comentado por lo que regresa este próximo martes 28 de marzo al Senado.
Pero, lo real, es que el ex gobernador se va derrotado políticamente al Senado. Bonilla y su grupo presumió una y otra vez que iría al gabinete presidencial.
Filtraban que sería secretario de Comunicaciones y Transporte, secretario de Bienestar, director de Conagua, lo último subsecretario de Gobernación y nada.
Pasaron casi cinco meses y el Presidente Andrés Manuel López Obrador no lo llamó, y los “bonillistas” desesperados en su interior, pero públicamente presumiendo que en semanas su jefe estaría en el gabinete.
Ahora dan como un logro su regreso al Senado pero saben que es un retroceso político de Jaime Bonilla Valdez.
Queda claro que en este momento ha perdido fuerza política en Baja California y necesita tratar de rescatarla desde el Senado, sabe que no lo recibirán muy bien, porque trae pleito con senadores morenistas y de los otros partidos políticos.
Pero le gusta eso, acostumbrado al enfrentamiento, lo que tratará de aprovechar para atraer la atención, que de por sí la tendrá de los medios nacionales desde el martes, pero será muy cuestionado por varios temas.
Fotovoltaica y la denuncia del gobierno del Estado contra sus ex funcionarios, tema Lourdes Maldonado que lo dejó golpeado en su momento.
Aunque, el golpe más fuerte ha sido en la parte política y personal. Su amigo Andrés Manuel López Obrador le ha dado frío y sus supuestos amigos y aliados políticos se han ido.
En las próximas semanas veremos cómo será su comportamiento en el Senado. En este momento, Jaime Bonilla se va derrotado políticamente a una Ciudad de México donde no le gusta vivir, y lo debe aceptar.
Eso sí, en política nunca hay que dar por muerto a nadie, de un momento a otro, puede cambiar, sobretodo que Jaime Bonilla tiene más que la habilidad, el coraje, la soberbia y el temperamento para hacerlo.
Pero, algo queda claro actualmente en Baja California, la gobernadora se llama Marina del Pilar Ávila Olmeda y es la líder política, no Jaime Bonilla.