En el fallo del panel de solución de controversias del T-MEC sobre la importación de maíz transgénico a México, el único que pierde es el consumidor, que será más vulnerable a la ingesta de este grano, alertó el economista José Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis de Comercio, Economía y Negocios (Lacen) de la UNAM.
Por: Ricardo Pérez
Para el profesor, el fallo representa un victoria no solo para los poderosos productores del maíz amarillo transgénico de EEUU que mantendrán el flujo del grano hacia México —el segundo mayor importador del este tipo de maíz del mundo—, sino también para las dos empresas que dominan el mercado del maíz en el país latinoamericano: Gruma y Minsa, que podrán seguir importando el grano a precios bajos, pero es una derrota para el consumidor mexicano.
“El consumidor no sabe a ciencia cierta si está comprando un producto cuya sustancia tiene glifosato”, dijo el economista en referencia al agroquímico con el que se siembra el maíz genéticamente modificado de EEUU y que México buscaba prohibir en el decreto publicado el 13 de febrero de 2023 y que fue el origen de la controversia con Washington.
De acuerdo con Martínez Cortés, una de las opciones que podrían surgir en México después del fallo en el panel solicitado en el marco del Tratado de Libre Comercio México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), es que los principales importadores de maíz amarillo transgénico dejen de comprarlo a Estados Unidos, pero es muy difícil que empresas que controlan el mercado en el país latinoamericano adopten una medida de este tipo.
“Ni Gruma ni Minsa lo van a hacer ni tampoco empresas como Bimbo”, afirma el coordinador del Lacen.
“Para este tipo de empresa, ese tipo de productos les salen baratos. A estas horas no he escuchado a [la funcionaria] Altagracia Gómez decir algo al respecto, ¿por qué? porque va en contra de su empresa”, afirma el especialista, en referencia a la presidenta de la empresa Minsa y el principal enlace del Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum con el sector empresarial.
El pasado 20 de diciembre, el panel solicitado por EEUU en el marco del T-MEC y presidido por el suizo Christian Häberli e integrado por el mexicano Hugo Perezcano Díaz y el estadounidense Jean Engelmayer Kalicki concluyó que las medidas que puso en práctica la autoridad mexicana en 2023 sobre el grano genéticamente modificado violan el acuerdo comercial al no sustentarse en bases científicas.
El panel del T-MEC estuvo de acuerdo con Estados Unidos en las siete reclamaciones legales, y concluyó que las medidas de México no sólo no están basadas en la ciencia, sino que socavan el acceso al mercado que México acordó proporcionar en el tratado comercial.
“El fallo del panel reafirma las preocupaciones de larga data de Estados Unidos sobre las políticas de biotecnología de México y su impacto perjudicial en las exportaciones agrícolas estadounidenses”, dijo la embajadora Katherine Tai, Representante Comercial de los Estados Unidos.
“Subraya la importancia de las políticas comerciales basadas en la ciencia que permiten a los agricultores y productores agrícolas estadounidenses competir de manera justa y aprovechar su innovación para hacer frente al cambio climático y mejorar la productividad. Esperamos continuar nuestra colaboración con el gobierno mexicano para garantizar la igualdad de condiciones y proporcionar acceso a productos agrícolas seguros, asequibles y sostenibles en ambos lados de la frontera”.
“Las medidas de México iban en contra de décadas de pruebas que demuestran la seguridad de la biotecnología agrícola, respaldadas por sistemas de revisión regulatoria basados en la ciencia y el riesgo”, dijo el secretario de Agricultura de EEUU, Tom Vilsack.
México es el mayor mercado para las exportaciones de grano proveniente de Estados Unidos. En 2023, ese país exportó a territorio mexicano alrededor de 18,6 millones de toneladas métricas, equivalentes a 5.000 millones de dólares. De enero a octubre de 2024, el valor de las exportaciones de maíz obtuvo un valor de 4,8 mil millones de dólares.
Para Martínez Cortés, la secretaria de Economía de México cometió “errores garrafales” en la emisión de los decretos sobre maíz transgénico y glifosato al no sustentarlos con evidencias científicas y tampoco hacer referencia a los diferentes fallos y resoluciones internacionales que apuntan a que el agroquímico sí causa un daño en la salud de las personas.
“México, al no haber adoptado medidas científicas para impulsar ambos decretos, sí estaba contra la pared en el sentido de que a posteriori tenía que demostrar científicamente el por qué se establecieron esos decretos”, explicó el coordinador del Lacen de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Según las normas del T-MEC, México tiene 45 días a partir de la fecha del informe final (20 de diciembre de 2024) para cumplir con las conclusiones del panel.
Por lo pronto, dice el profesor Martínez Cortés, el próximo embajador de Estados Unidos en México, Ronald Douglas Johnson, ya se anotó una victoria diplomática aún sin haber asumido funciones. Johnson es originario del estado de Alabama, uno de los principales productores de maíz transgénico y una de sus primeras acciones iba a ser declarar en contra de la prohibición mexicana, afirma el especialista.