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El negocio de ser Beyoncé Knowles-Carter

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En la portada de octubre de GQ, la artista habla de negocios, legado, arte y familia: “No se trata de ser perfecta. Se trata de ser revolucionaria”.


Beyoncé emerge con fuerza.

A la mitad de Cowboy Carter, su octavo y más reciente álbum de estudio, publicado en la primavera de este año, una voz deja en claro la misión del proyecto por encima de alarmas estridentes y un beat estruendoso. Declara que el concepto del género es una especie de confinamiento para los artistas cuya creatividad es demasiado diversa como para ser encasillada tan fácilmente. Todo esto antes de que la propia Beyoncé entre comparándose con Thanos, el villano de Marvel conocido por buscar piedras preciosas de poder místico para apropiárselas y concentra un superpoder unificado.

Quizá no haya un video musical que la acompañe, pero las letras conjuran una imagen potente: Beyoncé, armada con un guantelete deslumbrante, derribando todo muro, etiqueta o caja restrictiva que la industria le haya intentado imponer en el curso de 30 de años de carrera.

Es un tema pertinente para la mayoría de lo que ha hecho Beyoncé más o menos en el curso de una década, sobre todo en el último par de años: una misión para recuperar y recentrar la negritud en espacios en donde nuestra influencia ha sido atenuada, ya sea en el rodeo, las grandes llanuras estadounidenses o en las sudorosas pistas de los salones de baile.

El proyecto ha estado impulsado por el legado. Cada paso al frente ha sido esclarecido gracias a una mirada al pasado, un recorrido por el tiempo para rastrear sus propias raíces, al mismo tiempo que ha revelado el conocimiento de que su árbol genealógico es solo uno en un bosque más extenso en donde todo está conectado. Todo lo que hace se siente mucho más espléndido por ello. Un nuevo disco con influencias country no es solo un ejercicio para deshacer las restricciones del género: es una clase de historia, en donde los pioneros olvidados pueden recibir el merecido respeto y se pueden explorar los linajes auténticos. (Esa voz que denuncia los géneros pertenece a Linda Martell, pionera del country negro cuyos esfuerzos se enfrentaron a una resistencia parecida a la que enfrentó Beyoncé).

Como tal, sus incursiones tanto dentro como fuera de la música tienen más peso del que se esperaría de la mayoría de las marcas de celebridades. Por ejemplo, se sintió igual de trascendental e inevitable cuando, a finales de julio, la vicepresidenta Kamala Harris incluyó “Freedom” como soundtrack del primer anuncio de su campaña presidencial, y la voz y las letras de Beyoncé parecían anunciar un nuevo momento político. Ahora, también está SirDavisBeyoncé Knowles-Carter está entrando al negocio del whiskey como fundadora, absolutamente a su manera: desafiando las nociones de masculinidad para darles la vuelta. Nuestra artista más grande presenta la bebida alcohólica más masculina de todas, al tiempo que le rinde tributo a sus antepasados. (SirDavis, que creó en asociación con Moët Hennessy, lleva el nombre de su bisabuelo Davis Hogue. Y se tomó la decisión deliberada de anunciarlo como “whisky”, sin la e, como hacen en Japón y Escocia, en contraste a cómo se hace en EUA). Como todo lo que hace, es ancestral, es formidable, se ha elaborado hasta lograr la perfección, y como una mujer negra en un espacio percibido para los hombres blancos mayores, es impresionante.

A sus 43, Beyoncé ha demostrado una y otra vez la capacidad de ejercer una clase de control inusual, de su imagen, semejanza, su mundo musical y empresarial. Se ha vuelto experta en romper las reglas y entrar a espacios nuevos, en los negocios y las artes, y a su paso, creando nuevas normas y oportunidades para los demás. A estas alturas, no hay frontera que no pueda conquistar, ya no hay nada fuera de su alcance. Como dice el final de ese verso de Cowboy Carter: “I ain’t no regular singer, now come get everything you came for” [No soy una cantante normal, ahora ven por todo lo que estabas buscando]. De todas formas, quedan muchas preguntas: ¿Qué la motiva, después de tres décadas de carrera, cuando ya no tiene nada que demostrar? ¿Quién es en el fondo, entre los discos aclamados por la crítica, las giras exitosas y los dinámicos documentales de sus conciertos? Este verano, pudimos tener un vistazo excepcional en un intercambio extenso de correos.

Collage de un retrato doble de Beyonc posando con un vestido negro.

GQ: ¿En dónde estás ahora mismo? ¿Qué hiciste hoy?

Beyoncé: Hoy estoy en la Costa Este disfrutando un poquito del sol de verano. Casi todos los días procuro despertarme como a las 6 a.m., hago un hueco para trabajar una o dos horas antes de que despierten los niños. Como madre trabajadora, siempre salgo adelante, acepto la belleza y el caos que implica.

Nuestra casa está animada con primos y amigos, shows de talento espontáneos y el ruido del dominó. He estado intentando concentrarme en mi salud, tomarme mis suplementos y comer muy sano. Este verano no estoy comiendo carne, salvo pavo. Estoy tratando de reunir la fuerza para entrenar, pero hoy simplemente no puedo. Tal vez mañana. ¡Jaaaa!Esta primavera sacaste un nuevo disco. Y tengo muchas preguntas al respecto, sobre cómo se conecta con tus discos anteriores. Pero primero quiero empezar con lo más nuevo. Whiskey. Supongo que me pregunto…¿por qué una bebida alcohólica?

Nunca voy a olvidar la primera vez que probé el whiskey. Conectamos muy bien. Recuerdo haber pensado, ¿por qué nunca lo había probado? Me supo fuerte y cálido, un desafío en su justa medida. Me encantó el proceso, el ritual que implicaba. El whiskey no es algo que te bebas de un solo trago. Es un compromiso. Exige paciencia. Y eso me gusta. Después me metí al whiskey vintage japonés y empecé a ir a catas. Me abrió un mundo nuevo. Me encanta todo sobre el whiskey. El color, el aroma, cómo baila en el vaso…Y me encantan las historias que guarda. Cada botella tiene una historia. También me gusta presentar el whisky a quienes aún no saben que lo aman. Creo que muchas más mujeres lo amarían si lo probaran, y si el mundo del whiskey se dirigiera a ellas.

El whiskey no nada más es para hombres mayores en bares llenos de humo; es para cualquiera que aprecie la profundidad, la complejidad y un toque de misterio. Todo el proceso de maduración es un trabajo de amor, se le pone atención a cada paso, desde maltear los granos hasta los barriles que se fabrican a mano, valoro todo. Elaborar whiskey es un arte. Es lo que amo y respeto del proceso. Como dijo el gran Willie Nelson: a veces no sabes lo que amas hasta que alguien te ofrece algo verdaderamente cool. Así que a todos los amantes del whiskey, ¡de nada!Tu nuevo disco se llama Cowboy Carter no Cowgirl Carter. ¿Qué intentas decir, con el disco y ahora con SirDavis, sobre el género y la raza, con estos títulos?

Quería que todos se tomaran un minuto para investigar la palabra cowboy. Los vencedores suelen relatar la historia. ¿Y la historia estadounidense? Se ha reescrito infinitamente. Casi un cuarto de todos los cowboys eran negros. Estos hombres se enfrentaron a un mundo que se negaba a verlos como iguales, sin embargo, fueron la columna vertebral de la industria ganadera.

El cowboy es un símbolo de fuerza y aspiración en Estados Unidos. El cowboy lleva el nombre de los esclavos que cuidaban las vacas. La palabra cowboy proviene de aquellos a quienes les decían boys [chicos], a quienes nunca les mostraron el respeto que merecían. Nadie se atrevería a decirle a un hombre negro que cuida vacas mister o sir. Para mí, SirDavis es una señal de merecido respeto. Todos merecemos respeto, sobre todo cuando lo damos.

La elaboración de bebidas alcohólicas ha sido parte de familias suereñas como la mía desde hace muchas generaciones. ¿La célebre receta de Jack Daniel’s? Tuvo una influencia inmensa de un hombre negro de nombre Nathan “Nearest” Green. Fue un antiguo esclavo que terminó siendo maestro destilador de Jack Daniel’s. Hay un whiskey delicioso, Uncle Nearest Premium Whiskey, que lleva su nombre, y lo dirigen dos mujeres: la tataranieta de Nearest Green, Victoria Eady Butler, y Fawn Weaver. Victoria, siguiendo al pie de la letra el legado del señor Nearest, es una de las primeras master blenders negras del whiskey estadounidense.

Espero que esta historia, junto con otras como la de Victoria y Fawn, y ahora la mía, sigan abriendo más puertas.¿Cuál ha sido tu experiencia, como mujer negra, en espacios empresariales en los que algunos pudieron haber asumido que no prosperarías?

El contraste de los caminos de hombres y mujeres en los negocios es inmenso. Con frecuencia, los hombres tienen el lujo de ser percibidos como estrategas, los cerebros de los proyectos. Se les da el espacio para centrarse en el producto, el equipo, el plan de negocios. Por otra parte, a las mujeres, en especial quienes están en los reflectores, se les suele encasillar como la imagen de la marca o la herramienta de marketing. Para mí es importante seguir adoptando el mismo enfoque que he adoptado con mi música y poner en práctica mis aprendizajes en mis negocios.

Estoy aquí para cambiar esa narrativa anticuada. Estoy aquí para centrarme en la calidad. Nos tomamos nuestro tiempo, investigamos, y nos ganamos el respeto para nuestra marca. Procuro elegir la integridad por encima de los atajos. He aprendido que el verdadero éxito no se reduce a apoyarse en un nombre; se trata de elaborar algo genuino, algo que pueda defenderse por sí mismo. No se trata de ser perfecta. Se trata de ser revolucionaria.

Beyonce recostada con vestido negro

Cowboy Carter fue el segundo disco en una trilogía proyectada que empezaste hace dos años con Renaissance. ¿Qué provocó esta magnífica idea de hacer una trilogía de discos, cada uno explorando géneros distintos?

Empecé con Cowboy Carter hace casi cinco años. Pon especial atención a mi edad en la letra de “16 Carriages”.

Desde el principio de mi carrera y en cada disco, siempre he mezclado géneros. Ya sea R&B, dancecountry, rap, zydecoblues, ópera, góspel, todos me han influido de cierta forma. Tengo artistas favoritos de cualquier género que se te ocurra. Creo que los géneros son trampas que nos encasillan y nos separan. Lo he experimentado durante 25 años en la industria musical. Los artistas negros, y otros artistas de color, han creado y dominado múltiples géneros desde siempre.

Por eso fue tan importante para mí samplear al compositor Joseph Bologne, conocido como Chevalier de Saint-Georges, en la canción “Daughter” en Cowboy Carter. El concierto para violín en D mayor, Opus 3, No. 1: II. Adagio tiene su origen en el siglo XVIII. Es un testimonio de la visión de Chevalier. Espero que inspire a otros artistas, así como a los fans, a investigar a fondo sobre los innovadores negros en la música que nos preceden. Algunos de los artistas más talentosos nunca logran el reconocimiento masivo que merecen, sobre todo cuando desafían la norma.

Me emocionó mucho ver que una canción como “Texas Hold ’Em” tuviera aceptación internacional. Fue incluso más emocionante cómo contribuyó a revitalizar el género country en la música, la moda, el arte y la cultura, y presentó al mundo talentos tan increíbles como ShaboozeyTanner AdellWillie JonesBrittney SpencerTiera Kennedy y Reyna Roberts.A principios de año también lanzaste una línea de cuidado capilar, Cécred. Al desarrollar estos intereses comerciales, ¿crees que emprender satisface una curiosidad distinta que tus otros proyectos creativos?

Primero que nada soy música. Siempre ha sido mi prioridad. No me involucré en nada que pudiera restarle a mi arte hasta que me sentí consolidada como maestra de mi primer amor, la música.

Cuando empecé con mi marca de cuidado capilar, Cécred, quería que se le reconociera por lo que hace para la gente real y su pelo. Cuando salió al mercado, tomé la decisión consciente de no figurar en los anuncios. La primera impresión de la marca debía sostenerse por su propio mérito, sin mi influencia. Llevo años utilizando estos productos, así que sé de primera mano lo mágicos que son.Es evidente que mucho de lo que haces profesionalmente —de los discos a un concierto que encabezó un festival, a las giras y a estos nuevos emprendimientos— requiere enorme esfuerzo y concentración. A medida que sigues evolucionando, a medida que tus hijos van creciendo, ¿cómo reconcilias el esfuerzo y las expectativas inmensas que exige tu trabajo con la oportunidad de, sencillamente, ser una persona que disfruta su vida?

Vivimos en un mundo de acceso. Tenemos acceso a tanta información, algunos son hechos pero también mentiras disfrazadas de verdad. Nuestros hijos pueden hablar por FaceTime y ver a sus amigos en cualquier momento. ¿Mi esposo y yo? Usábamos tarjetas telefónicas y Skype cuando nos estábamos enamorando. No me alcanzaba para pagar las cuentas en los hoteles internacionales, así que compraba tarjetas telefónicas internacionales para llamarlo. Hace poco escuché una canción creada con IA que se parecía tanto a mí que me asustó. Es imposible saber qué es real y qué no lo es.

He trabajado incansablemente para asegurarme de que mis hijos tengan toda la normalidad y privacidad posibles, de asegurarme de que mi vida personal no se convierta en una marca. Es muy fácil para las celebridades convertir sus vidas en arte performance. He hecho un esfuerzo extremo por mantenerme fiel a mis límites y protegerme a mí y a mi familia. No cambiaría mi paz por ninguna cantidad de dinero, no lo vale.Tu reputación como perfeccionista te precede: la vemos y escuchamos en la versión final de todo lo que presentas, y recurres a esta narrativa en documentales como Homecoming y Renaissance. ¿Llega un punto en el que dicha reputación es una carga o incluso una cárcel? ¿Alguna vez te sientes personalmente abrumada por el peso de las expectativas tan altas que estableciste con tu obra anterior?

Creo a mi propio ritmo, trabajo en cosas que espero, conmuevan a los demás. Espero que mi trabajo anime a la gente a ser introspectiva y hacer las paces con su propia creatividad, fuerza y resiliencia. Me centro en la narrativa, el crecimiento y la calidad. No me centro en el perfeccionismo. Me concentro en la evolución, la innovación y el cambio de percepción. Trabajar en la música de Cowboy Carter y presentar este emocionante nuevo proyecto no se sintió como una cárcel, tampoco una carga. De hecho, sólo trabajo en lo que me libera. Es la fama, en ocasiones, la que puede sentirse como una cárcel. Así que cuando no me ven en alfombras rojas, y cuando desaparezco hasta que tengo arte que compartir, es por eso.

Beyonce con vestido negro recostada

Cada vez con mayor frecuencia, tu trabajo parece un poco un negocio familiar. Por ejemplo, hace poco, tu hija de 12 años, Blue, pasó de ser una espectadora curiosa de tu proceso creativo a ser parte de él por completo, con su propia rutina de baile en tu última gira, a tu lado. ¿Alguna vez dudaste de incluirla en tu vida pública y trabajo, con todo el escrutinio, y en ocasiones, críticas que eso supone? ¿Cómo se ha sentido verla florecer como una fuerza creativa por derecho propio?

Organizo mi agenda de trabajo teniendo en cuenta a mi familia. Intento irme de gira sólo cuando mis hijos están de vacaciones. Siempre soñé con una vida en la que pudiera viajar por el mundo con mi familia para que conocieran distintos idiomas, arquitectura y estilos de vida.

Criar a tres niños no es fácil. Conforme van creciendo, se van desarrollando como individuos autónomos, con necesidades, pasatiempos y vidas sociales únicas. Mis gemelos son un regalo divino. Ser madre te enseña constantemente sobre ti misma. Exige muchas plegarias y paciencia. Me encanta. Te arraiga y es satisfactorio.

Mis hijos vienen conmigo a todas partes. Vienen a mi oficina cuando salen de la escuela y me acompañan en el estudio. Están en los ensayos de baile. Es natural que se hayan aprendido mi coreografía.

Blue es una artista. Tiene un gusto impecable para la música y la moda. Es una editora, pintora y actriz fantástica. Desde los tres años crea personajes. Es un don natural, pero yo no pedí que estuviera en el escenario. Blue lo quiso. Se lo tomó en serio y se lo ganó. Y lo más importante, ¡se divirtió! Todos fuimos testigos de primera mano de cómo fue creciendo cada noche.Seguro te propusieron distintos negocios miles de veces en el curso de los años. ¿Qué debe tener una idea de negocio o una ambición para que te emocione?

Me emocionan el amor, el legado y la longevidad. Me pregunto si amo lo que estoy intentando crear por puro amor. Estoy descubriendo que el legado es el común denominador en todos los negocios que he emprendido.¿Qué has aprendido de ti misma, que no sabías, a medida que has transitado con más firmeza y confianza en esta vía empresarial?

Me atrae la autenticidad. No pierdo el tiempo con nada a menos que me apasione profundamente. Si no despierto pensando en eso y no me voy a dormir y sueño con eso, no es para mí. Mi percepción del éxito es muy distinta de la mayoría. Cuando me comprometo con algo, lo hago al 100 por ciento. Prefiero centrarme discretamente, sin interrupciones, sin distractores de la autenticidad. Creo que todo puede ser mejor siempre. Mi labor es desarrollar algo hasta que el resultado sea el mejor posible.

Me inspiran las cosas que llenan un vacío, que resuelven un problema o que no existen. De lo contrario, la oportunidad no me interesa.

Procuro desafiarme para pensar distinto, al igual que a la gente en mi entorno. Creo que buena parte del éxito es tu actitud ante la vida. Toda decepción es una oportunidad para crecer. Una oportunidad para darle un giro a las cosas. Confío en Dios, incluso cuando siento que apenas percibo la luz al final del túnel. Tengo la certeza de que la tierra se abrirá ante mí.Después de decidir crear la marca, descubriste que uno de tus bisabuelos, Davis Hogue, había sido productor de whiskey ilegal. También dedicaste Renaissance a un familiar, quien fue una de las inspiraciones para ese disco. ¿Qué te llevó a empezar a indagar en tus raíces con tal dedicación y qué más ¿has descubierto?

Lo irónico y profético es que supe que quería crear una marca de whiskey antes de conocer la historia de mi bisabuelo. Descubrir mi historia ha sido profundamente inspirador y motivador. Nuestro legado en el whisky se remonta más de 200 años, a un hombre negro en Alabama en el siglo XIX, un hombre que era un empresario y emprendedor, pero que nunca hubiera tenido la oportunidad de crear un whiskey popular en ese entonces. Las barreras sistémicas no se lo hubieran permitido. Pero resulta que las manos de mi bisabuelo plantaron la semilla que sentó las bases y le rendimos tributo con profunda gratitud. Más que un negocio, es la culminación de un legado.

Creo con firmeza que el pasado, el presente y el futuro están muy conectados. Nuestra historia es un portal hacia el futuro. Me siento conectada con mis ancestros y creo que me guían, a mí y a mi familia. Intento mantener el corazón abierto para percibir su guía. Soy una extensión de mi tío Johnny, de mi bisabuelo, mi abuela Agnéz Deréon. Amo las cosas que ellos amaron, antes incluso de saber que las amaba.

Antes de que se supiera mi asociación con SirDavis, quería que la marca se ganara la aprobación a partir de su sabor y elaboración. Me empeñé en llevar nuestro producto ante los críticos más estrictos, ganarnos su respeto a partir de la solidez del whiskey. Tras concluir nuestra receta, empezamos a meter el whiskey en competencias de catas de todo el mundo. No había rastro de “Beyoncé” en las botellas ni en la publicidad. Fue muy intencional.

Se requirieron años de trabajo arduo para sentirnos con la seguridad de hacerlo. Años de probar y volver a probar, y perfeccionar, la que terminó siendo la receta final de SirDavis.

Mis sueños, mis pasiones, mis aptitudes, mis temores, mis traumas, mis patrones, todos conectan con mis ancestros. Son parte de mí y yo de ellos. Me honra compartir el legado de mi familia.Tras haber publicado tu octavo disco, cuando tomas distancia y reflexionas sobre el abanico de tu discografía, ¿qué ves? ¿Qué esperas ver en última instancia?

Me enorgullece lo que he podido hacer, sin embargo, también reconozco los sacrificios, propios y de mi familia. Hubo una época en la que me presionaba para cumplir fechas límites impracticables, sin tomarme el tiempo de disfrutar los beneficios de por qué estaba trabajando con tal esfuerzo. A la mayoría de los que venimos de finales de los 90 no se nos enseñó a cuidar nuestra salud mental. En aquel entonces, tenía pocos límites y a todo le decía que sí. Pero ya hice lo que se esperaba de mí, cientos de veces. He trabajado con más empeño que nadie. Y ahora trabajo de forma más inteligente. Al final, la mayor recompensa es la alegría personal. ¿Lo que he creado ha impulsado a otros a pensar con libertad y creer en lo imposible? Si la respuesta es sí, entonces esa es la recompensa.Tu disco del 2011, 4, fue intencionalmente antipop —o por lo menos “antitendencias”—, con respecto a lo que estaba sucediendo en la música pop en ese entonces, lo cual, en retrospectiva, parece ser el inicio del enfoque que implementarías en todos tus discos a partir de ese momento.

No diría que fui antipop. Respetaba el pop. Pero fue una época en la que todos estaban haciendo música pop/dance y se estaban perdiendo el R&B y el soul. Era popular y divertido, pero no era lo mío. No era el enfoque que le estaba dando a mi carrera musical en ese entonces. Aspiraba a algo más profundo, con más musicalidad. Fue cuando lancé “1+1” y “Love On Top”.En ese sentido, ¿tu decisión de dejar de hacer videos musicales fue deliberada? Fuiste pionera del álbum visual, lo perfeccionaste a tal grado de que llamó la atención ver los lanzamientos de Cowboy Carter y Renaissance sin ninguno.

Me pareció importante que, durante una época en la que todo lo que consumimos es visual, el mundo se pueda centrar en la voz. La historia e instrumentación de la música son tan fértiles. Digerirla, investigarla y entenderla exige meses. La música necesitaba espacio para respirar por su cuenta. A veces un material visual puede distraer de la calidad vocal y musical. ¡El empeño y detalle que se le dedican a un disco es de más de cuatro años! Los fans de todo el mundo se volvieron el material visual. En la gira todos vimos el material visual. Y después más con mi película.Has comparado tu quehacer con ser un atleta, inevitablemente, a medida que envejecen, a todos los atletas en todos los deportes los acompaña una especie de reloj que sigue corriendo. ¿Contemplas el final de tu carrera, por mucho que falte para ese punto?

Llevo varias décadas sometiendo mi cuerpo a situaciones extremas. Siempre me he esmerado por desempeñarme al nivel de mis atletas favoritos en mis giras, ¡con la excepción de que en cristales bordados y tacones, jaaa!

Mi lesión de rodilla fue una oportunidad de mutar en un animal distinto. Hace muchos años me retiré de la fórmula de estrella pop. Dejé de concentrarme en lo popular para centrarme en las cualidades que mejoran con el tiempo y la experiencia. La buena música y los mensajes sólidos nunca se retiran.¿Qué te está inspirando hoy en la música y el cine? ¿Qué es lo mejor que has escuchado en 2024?

Adoro y respeto a todas las cantantes y compositoras nuevas… RayeVictoria MonétSasha KeableChloe x Halle y Reneé Rapp. Me encantan Doechii y GloRilla, y acabo de escuchar a That Mexican OT, es de Houston…¡Qué bueno es! Me gusta mucho “Please Please Please” de Sabrina Carpenter y creo que Thee Sacred Souls y Chappell Roan son talentosos e interesantes. Estoy obsesionada con mi backseat baby…. Sí, soy una Smiler.

Pero la verdad es que dedico la mayoría de mi tiempo a escuchar a los clásicos, como Stevie WonderMarvin Gaye, y la música de los artistas del sello Stax. Acabo de ver ese documental, ¡buenísimo! Lo recomiendo mucho. La mejor película que he visto este año es Intensamente 2. Es genial, y estoy viendo House of the Dragon y The Chi.Cuando no estás en modalidad activa, o cuando ya terminaste de trabajar (por lo menos un minuto), ¿cómo haces tiempo para ti? ¿Qué haces solo para ti, que no tenga nada que ver con el trabajo ni la familia?

Para mí, cantar no es trabajo. Canto para mí. Amo la música y amo cantar. Es una pasión muy arraigada. La sensación que me deja en la garganta es mágica, una resonancia que vibra en todo mi ser. Cuando estoy en mi peor momento, cuando he estado triste o desconcertada, enferma o ansiosa sin poder dormir, canto. Y con frecuencia, canto sola.

Mi voz siempre ha sido mi compañera. Por eso siempre he podido ser feliz sola. La música entiende mi corazón incluso cuando yo misma no encuentro las palabras. Pero siempre, en esos santuarios privados —el estudio, el coche— encuentro paz.

Cantar me consuela, serena mi ritmo cardiaco, es mi mejor dosis de dopamina. Sentarme frente al piano y permitir que mis dedos toquen acordes al azar tiene cierta magia, me permito soltar absolutamente todo. Cantar me ha sanado una y otra vez. Ha sido mi refugio.

Es una de las alegrías más profundas de mi vida, una necesidad tan vital como respirar. Sin el canto, sin la música, sin crear, sería un zombi. Para mí crear música no es trabajo; nací para esto. También tengo mis domingos Cécred dedicados al autocuidado. Me baño con aceites esenciales. Me hago acupuntura, ventosas, reflexología y toco mis cuencos con los niños. Hago miel, pinto, decoro, nado y diseño ropa y escenarios. He escrito libros para mis hijos y diseñado animación. Toda labor creativa me hace feliz. También edito por diversión, lo disfruto genuinamente.

Artículo publicado originalmente en GQ US.

Aldea84
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Sitio para nativos y migrantes digitales basado en la publicación de noticias de Tijuana y Baja California, etnografías fronterizas, crónicas urbanas, reportajes de investigación, además de tocar tópicos referentes a la tecnología, ciencia, salud y la caótica -y no menos surrealista- agenda nacional.

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