El culto a la Virgen de Guadalupe, un fenómeno con pasado, presente y futuro

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Es un fenómeno muy complejo que se ha estudiado desde distintos enfoques disciplinarios, dice el doctor Guillermo Hurtado, del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM.


Por: Leonardo Huerta 

El guadalupanismo es un fenómeno muy complejo que se ha estudiado desde distintos enfoques disciplinarios, dice el doctor Guillermo Hurtado, del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM.

Cualquier aproximación integral al fenómeno guadalupano requiere de un trabajo multidisciplinario desde las ciencias sociales y las humanidades, agrega el investigador.

El culto a la Virgen de Guadalupe es una realidad viva y cambiante, dice Hurtado. “El guadalupanismo ha ido cambiando con el paso de los años, se ha adaptado a las nuevas realidades. Esto significa que su estudio no puede limitarse a los sucesos del pasado, sino a los del presente e incluso a los de un futuro inmediato”.

El académico considera que el culto actual a la Virgen de Guadalupe no es el mismo del de hace cien o doscientos años, y seguramente tampoco será el mismo dentro de cien o doscientos años.

La Virgen de Guadalupe es mexicana de origen, pero ahora ya no es sólo mexicana. “Es una virgen universal que tiene una característica especial: le habla a los oprimidos. La Guadalupana transmite un mensaje de amor a todos aquellos que encuentran en ella a alguien que los escucha”, dice el investigador.

“En Estados Unidos, la Guadalupana cada vez adquiere más importancia gracias a los mexicanos que la han llevado a ese país, donde su presencia no sólo es simbólica sino política”, dice Hurtado, y recuerda que en el reciente Día de Muertos por primera vez se instaló una ofrenda en la Casa Blanca. “En ese altar había una imagen de la Virgen, es decir, la Virgen de Guadalupe ya entró a la Casa Blanca”.

Pero también está en África. Los misioneros de Guadalupe, una orden de sacerdotes mexicanos, la han llevado a ese continente. “De esta manera, la Virgen de Guadalupe se convierte en la figura que da esperanza a los pueblos que han sido colonizados, a los pueblos que no tienen voz, o más bien, que tienen una voz que se ha silenciado”.

Miguel Sánchez

“En el estudio del guadalupanismo hay una serie de documentos que se tienen que examinar para tener una comprensión histórica del fenómeno. Uno de ellos es la obra fundamental de Miguel Sánchez, Imagen de la Virgen María, madre de Dios de Guadalupe, publicada en la ciudad de México en 1648”, dice Hurtado.

Para el investigador, aquella obra es el primer evangelio guadalupano. “Sánchez era un sacerdote de la ciudad de México que estudió todo lo relativo al culto guadalupano y es muy posible que haya revisado el Nican Mopohua”.

Algo muy importante de la obra de Miguel Sánchez, agrega, no es sólo que recopila los testimonios que había sobre la aparición de la Virgen, sobre Juan Diego y sobre los milagros que ocurrieron después, sino que hace una interpretación del fenómeno del guadalupanismo desde una perspectiva de la teología cristiana, en particular de la teología de San Agustín de Hipona.

Sánchez explica la aparición de la Virgen María en el Tepeyac a la luz del Evangelio y del pensamiento teológico más sofisticado. “Sánchez inyecta al fenómeno guadalupano una justificación teológica, que no tenía, ni ha tenido ningún otro culto en México”, explica Hurtado.

A la pregunta de por qué el culto a la Virgen de Guadalupe se esparció de esa manera por todo el país y por qué generó toda una cultura que al día de hoy sigue viva, Hurtado responde que una de las razones que debemos tomar en cuenta es que tuvo una elaboración teológica.

Debemos atribuir el mérito de haber iniciado esa visión a Miguel Sánchez, “uno de los grandes pensadores del virreinato mexicano, quien podría ser comparado con figuras como Carlos de Sigüenza y Góngora o Sor Juana Inés de la Cruz, porque le otorga al culto de Guadalupe una dimensión teológica, escatológica e incluso profética”.

Sánchez interpreta la historia de la conquista de México y la historia previa a la conquista a la luz del fenómeno guadalupano. “Pero también revisa la historia de la humanidad desde el punto de vista de este fenómeno”.

“Los criollos novohispanos del siglo XVII pensaban que si era cierto que la Virgen de Guadalupe no fue pintada por manos humanas, si apareció por sí sola en la tilma de Juan Diego, entonces lo que tenemos frente a nuestros ojos no es una pintura como cualquier otra sino a la Virgen misma que se nos aparece”, explica el investigador.

De esta manera el pueblo de México se convierte en un pueblo elegido, en una especie de nuevo Israel, porque la Virgen de Guadalupe al aparecerse en México de esa manera, al hablarle a Juan Diego en su idioma, le concede un don que ningún otro pueblo había recibido. El propio Papa Benedicto XIV lo expresó con estas palabras: “Non fecit taliter omni nationi”.

Guadalupe vs Remedios

“Debemos recordar que todavía en el siglo XVII la virgen preferida por las autoridades de la ciudad de México era la Virgen de los Remedios, que compitió durante un rato con la Virgen de Guadalupe, aunque después la fuerza de la Guadalupana opacó a la de los Remedios. Hoy en día muy pocos conocen el santuario de la Virgen de los Remedios”.

Algo que también explica la importancia de la Guadalupana en la historia de México tiene que ver con que el cura Miguel Hidalgo tomara su imagen como estandarte en la lucha de Independencia.

No hay que olvidar que las tropas realistas tomaron como su patrona a la Virgen de los Remedios: la llamaban La Generala.

“En algún momento, la guerra de independencia se convirtió en una lucha entre dos figuras de la Virgen María, y hay testimonios de que cuando las tropas realistas capturaban los estandartes de la Virgen de Guadalupe la mandaban fusilar, dice Hurtado.

A partir de entonces, a la Virgen de Guadalupe se le identificó con el espíritu nacional y se le percibió como patrona de nuestra independencia, como la patrona de la nacionalidad mexicana, la defensora de las causas del pueblo mexicano.

“Es cierto que antes de la aparición de la obra de Sánchez no abundan documentos sobre la Virgen. Lo que se debe a que no había todavía un reconocimiento oficial de la importancia del culto. Pero hay varias explicaciones al respecto. A varios miembros del clero de aquel periodo no les gustaba el culto popular a la Guadalupana, lo consideraban una blasfemia”, expresa el académico universitario.

Sin embargo, el culto se fue imponiendo poco a poco, por encima de las autoridades eclesiásticas que desconfiaban de él porque les parecía que mezclaba elementos paganos. Pero, la fuerza de las circunstancias se impuso y la Virgen de Guadalupe se adoptó como patrona de la ciudad de México y de toda la nación.

“Fue un proceso en el que se mezclaron elementos religiosos, políticos y teológicos. A mediados del siglo XVI, los criollos se identificaron con las multitudes de indios y mestizos que veneraban a la Virgen de Guadalupe. Como se ha señalado en numerosas ocasiones, el guadalupanismo fue un elemento determinante para la construcción de la identidad nacional mexicana”, dice el investigador.

La Virgen de Guadalupe y la inundación de 1629

En el siglo XVI hubo grandes inundaciones en la ciudad de México, que aún estaba en una isla en medio del lago. En varias ocasiones le pidieron a la Virgen de los Remedios que salvara a la ciudad, pero en la inundación de 1629 se recurrió a la Virgen de Guadalupe. Desde su ermita en el Tepeyac la llevaron a la catedral. “Con ella sí fueron bajando las aguas”, dice Hurtado.

Necesarias, explicaciones multidisciplinarias

“No confío en las explicaciones simplistas del fenómeno. Hay que tomar en cuenta una gran diversidad de factores si no queremos quedarnos cortos. Estas manifestaciones no pueden ser reducidas a una explicación de un solo tipo”, dice el investigador.

Recuerda que en el siglo pasado hubo intentos de ofrecer aproximaciones psicohistóricas del fenómeno. “Hubo una explicación psicoanalítica, a lo Jung, en la que la Virgen de Guadalupe reemplazaba en el inconsciente colectivo a la figura arquetípica de una diosa madre”, dice. “No me niego a considerar esta hipótesis, pero pienso que una explicación de ese tipo sería algo simplista. Y lo mismo diría de otras explicaciones semejantes desde la antropología o la historia”.

Menciona que hoy en día hay grupos de académicos muy destacados que estudian a profundidad este fenómeno. “En la UNAM tuvimos a Edmundo O’Gorman, quien escribió sobre el tema, y a Miguel León Portilla, quién hizo una hermosa traducción del Nican Mopohua”.

El culto a la Virgen de Guadalupe es un tema que se va a estudiar durante mucho tiempo. “Para eso sería bueno que en la UNAM hubiera un centro de estudios sobre las religiones, que desgraciadamente no existe a pesar de que hay grupos muy sólidos que trabajan sobre el fenómeno religioso”, finaliza el investigador.

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