Cuánto tiempo tardarías en contagiarte de covid según el tipo de mascarilla

Los cubrebocas quirúrgicos no están diseñados para contener los aerosoles infecciosos que se acumulan en los espacios cerrados sin ventilar, las FFP2 se ajustan mejor y tienen la mejor capacidad de filtración.


Un estudio elaborado por la asociación científica ACGIH con datos del Centro de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos estima diferentes tiempos de contagio en función de las combinaciones de cubrebocas empleados. Desde 27 minutos para dos personas que se protegen con una mascarilla de tela hasta 25 horas para dos que usan FFP2 perfectamente ajustadas.

En un espacio cerrado, sin ventilación y sin mascarilla, una persona infectada puede contagiar a otra en 15 minutos.

Una FFP2 bien ajustada deja pasar un máximo de un 10% de aire sin filtrar. Si las dos personas la utilizan el contagio es improbable. *Todos los tiempos de contagio del gráfico han sido calculados en un espacio cerrado, sin ventilación y a una distancia de dos metros entre las dos personas.

Superada la escasez que acompañó al primer tramo de la pandemia, autoridades y científicos insisten en la importancia de utilizar una protección efectiva contra el virus, y subrayan que las mascarillas de tela o las quirúrgicas no están diseñadas con sello facial y su ajuste holgado deja escapar gran parte de los aerosoles. En Estados Unidos, el gobierno de Joe Biden anunció en enero el reparto de 400 millones de mascarillas N95 –sometidas a estándares parecidos a los de la FFP2– en el marco de su estrategia de mitigación ante el avance de ómicron. Desde el pasado mes de diciembre, este tipo de protección es obligatorio en Italia para acceder a teatros o salas de conciertos, así como en el transporte público local.

La insuficiencia de la protección que ofrecen las mascarillas quirúrgicas ante la covid la explica su propio diseño holgado. Este formato se emplea para contener salpicaduras a ambos lados del tejido. Por ejemplo, en un quirófano, evita que el paciente resulte contaminado por las gotículas de saliva que emite el cirujano al hablar, y protege a este último del impacto de sangre u otros fluidos. Además, el filtro que incorporan estas mascarillas solo atrapa las partículas de entre 3 y 7 micras. Esto permite retener bacterias y otros aerosoles gruesos, pero deja pasar otros más finos, como los que portan el virus de la covid.

El diseño de las FFP2, consideradas mascarillas de alta protección y empleadas en la prevención de enfermedades respiratorias, se centra precisamente en la retención de aerosoles finos. Para conseguir esto, ofrecen un mayor ajuste al contorno de la cara y un filtro capaz de atrapar hasta el 94% de las partículas de 0,3 micras. “En una FFP2 para cumplir la norma tienes que hacer 15 o 20 ensayos diferentes. En una quirúrgica se hacen solo cuatro: filtración a bacterias, respirabilidad, si están contaminadas y si resisten salpicaduras”, comenta José María Lagarón, investigador del CSIC.

El ajuste de la mascarilla y su sellado son más importantes que la eficacia de filtrado de los materiales que la componen a la hora de reducir las fugas hacia el interior del tejido. Asegurar un encaje óptimo también es fundamental en el caso de las mascarillas FFP2, ya que un hueco equivalente al 2% del área del cubrebocas dejaría pasar la mitad del aire sin filtrar.

Los tests que miden la concentración de aerosoles en el exterior y el interior de las mascarillas establecen en 100 el factor de ajuste mínimo que deben alcanzar para ofrecer una protección efectiva. “Una buena mascarilla FFP2 tiene un factor de ajuste superior a 200, una quirúrgica puede quedarse en 2″, precisa Santos Huertas, director del área de innovación e investigación de Asepeyo.

El tipo de sujeción, explica el investigador, es clave para conseguir un ajuste aceptable. Los cubrebocas que se sujetan por las orejas tienen factores de ajuste muy inferiores a los que llevan una tira que rodea la nuca y otra en la coronilla. Sin embargo, el encaje de las mascarillas ‘orejeras’ puede mejorarse con una pieza que enganche ambas tiras a la parte trasera de la cabeza, a la altura de la coronilla. En este y en los demás casos es primordial asegurar que se moldea correctamente la pinza que va sobre la nariz y utilizar un tamaño de mascarilla que se ajuste a la forma de la cara.

Las FFP2 duran más que las quirúrgicas, que pierden eficacia al cabo de cuatro horas. Una mascarilla desechable ronda las ocho horas de vida útil, mientras que las reutilizables (que llevan el identificativo FFP2 R) superan las 30 horas. Entre usos, es importante asegurar que la mascarilla se seca, así como comprobar que conserva su integridad física y no presenta deformaciones ni ha perdido elasticidad en las tiras.

Metodología: Los tiempos de contagio en función de la mascarilla empleada proceden de un estudio de ACGIH que toma como referencia los 15 minutos que tardan en contagiarse dos personas sin mascarillas para estimar el resto de los plazos en función del rendimiento de los distintos tipos de cubrebocas.

Fuentes: José María Lagarón (CSIC), José Luis Jiménez (Universidad de Colorado), Elena Plaza (enfermera y docente), Santos Huertas (Asepeyo), Pablo Medina (técnico de prevención de riesgos), Centro de Control de Enfermedades (CDC, en inglés) de Estados Unidos, Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC, en inglés), Ministerio de Sanidad.

Aldea84
Aldea84http://aldea84.com
Sitio para nativos y migrantes digitales basado en la publicación de noticias de Tijuana y Baja California, etnografías fronterizas, crónicas urbanas, reportajes de investigación, además de tocar tópicos referentes a la tecnología, ciencia, salud y la caótica -y no menos surrealista- agenda nacional.
spot_imgspot_imgspot_imgspot_img

Artículos relacionados

spot_imgspot_imgspot_imgspot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

spot_img

Lo más reciente

spot_img

Los cubrebocas quirúrgicos no están diseñados para contener los aerosoles infecciosos que se acumulan en los espacios cerrados sin ventilar, las FFP2 se ajustan mejor y tienen la mejor capacidad de filtración.


Un estudio elaborado por la asociación científica ACGIH con datos del Centro de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos estima diferentes tiempos de contagio en función de las combinaciones de cubrebocas empleados. Desde 27 minutos para dos personas que se protegen con una mascarilla de tela hasta 25 horas para dos que usan FFP2 perfectamente ajustadas.

En un espacio cerrado, sin ventilación y sin mascarilla, una persona infectada puede contagiar a otra en 15 minutos.

Una FFP2 bien ajustada deja pasar un máximo de un 10% de aire sin filtrar. Si las dos personas la utilizan el contagio es improbable. *Todos los tiempos de contagio del gráfico han sido calculados en un espacio cerrado, sin ventilación y a una distancia de dos metros entre las dos personas.

Superada la escasez que acompañó al primer tramo de la pandemia, autoridades y científicos insisten en la importancia de utilizar una protección efectiva contra el virus, y subrayan que las mascarillas de tela o las quirúrgicas no están diseñadas con sello facial y su ajuste holgado deja escapar gran parte de los aerosoles. En Estados Unidos, el gobierno de Joe Biden anunció en enero el reparto de 400 millones de mascarillas N95 –sometidas a estándares parecidos a los de la FFP2– en el marco de su estrategia de mitigación ante el avance de ómicron. Desde el pasado mes de diciembre, este tipo de protección es obligatorio en Italia para acceder a teatros o salas de conciertos, así como en el transporte público local.

La insuficiencia de la protección que ofrecen las mascarillas quirúrgicas ante la covid la explica su propio diseño holgado. Este formato se emplea para contener salpicaduras a ambos lados del tejido. Por ejemplo, en un quirófano, evita que el paciente resulte contaminado por las gotículas de saliva que emite el cirujano al hablar, y protege a este último del impacto de sangre u otros fluidos. Además, el filtro que incorporan estas mascarillas solo atrapa las partículas de entre 3 y 7 micras. Esto permite retener bacterias y otros aerosoles gruesos, pero deja pasar otros más finos, como los que portan el virus de la covid.

El diseño de las FFP2, consideradas mascarillas de alta protección y empleadas en la prevención de enfermedades respiratorias, se centra precisamente en la retención de aerosoles finos. Para conseguir esto, ofrecen un mayor ajuste al contorno de la cara y un filtro capaz de atrapar hasta el 94% de las partículas de 0,3 micras. “En una FFP2 para cumplir la norma tienes que hacer 15 o 20 ensayos diferentes. En una quirúrgica se hacen solo cuatro: filtración a bacterias, respirabilidad, si están contaminadas y si resisten salpicaduras”, comenta José María Lagarón, investigador del CSIC.

El ajuste de la mascarilla y su sellado son más importantes que la eficacia de filtrado de los materiales que la componen a la hora de reducir las fugas hacia el interior del tejido. Asegurar un encaje óptimo también es fundamental en el caso de las mascarillas FFP2, ya que un hueco equivalente al 2% del área del cubrebocas dejaría pasar la mitad del aire sin filtrar.

Los tests que miden la concentración de aerosoles en el exterior y el interior de las mascarillas establecen en 100 el factor de ajuste mínimo que deben alcanzar para ofrecer una protección efectiva. “Una buena mascarilla FFP2 tiene un factor de ajuste superior a 200, una quirúrgica puede quedarse en 2″, precisa Santos Huertas, director del área de innovación e investigación de Asepeyo.

El tipo de sujeción, explica el investigador, es clave para conseguir un ajuste aceptable. Los cubrebocas que se sujetan por las orejas tienen factores de ajuste muy inferiores a los que llevan una tira que rodea la nuca y otra en la coronilla. Sin embargo, el encaje de las mascarillas ‘orejeras’ puede mejorarse con una pieza que enganche ambas tiras a la parte trasera de la cabeza, a la altura de la coronilla. En este y en los demás casos es primordial asegurar que se moldea correctamente la pinza que va sobre la nariz y utilizar un tamaño de mascarilla que se ajuste a la forma de la cara.

Las FFP2 duran más que las quirúrgicas, que pierden eficacia al cabo de cuatro horas. Una mascarilla desechable ronda las ocho horas de vida útil, mientras que las reutilizables (que llevan el identificativo FFP2 R) superan las 30 horas. Entre usos, es importante asegurar que la mascarilla se seca, así como comprobar que conserva su integridad física y no presenta deformaciones ni ha perdido elasticidad en las tiras.

Metodología: Los tiempos de contagio en función de la mascarilla empleada proceden de un estudio de ACGIH que toma como referencia los 15 minutos que tardan en contagiarse dos personas sin mascarillas para estimar el resto de los plazos en función del rendimiento de los distintos tipos de cubrebocas.

Fuentes: José María Lagarón (CSIC), José Luis Jiménez (Universidad de Colorado), Elena Plaza (enfermera y docente), Santos Huertas (Asepeyo), Pablo Medina (técnico de prevención de riesgos), Centro de Control de Enfermedades (CDC, en inglés) de Estados Unidos, Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC, en inglés), Ministerio de Sanidad.

Aldea84
Aldea84http://aldea84.com
Sitio para nativos y migrantes digitales basado en la publicación de noticias de Tijuana y Baja California, etnografías fronterizas, crónicas urbanas, reportajes de investigación, además de tocar tópicos referentes a la tecnología, ciencia, salud y la caótica -y no menos surrealista- agenda nacional.

Artículos relacionados

spot_imgspot_imgspot_imgspot_img
spot_imgspot_imgspot_imgspot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

spot_img

Lo más reciente

spot_img