El 2022 podría ser el año de las criptomonedas. La digitalización de servicios ha provocado que aumente el interés por los activos digitales, los cuales ya incluso son usados para adquirir propiedades.
La inmobiliaria colombiana La Haus, por ejemplo, concretó la primera venta inmobiliaria con activos digitales en México al vender un departamento de lujo en Tulum, Quintana Roo, por 5,78 bitcoins (248.000 dólares).
Esto es tan sólo un ejemplo del avance del bitcoin y de las criptomonedas, las cuales en los últimos 10 años han pasado de ser menospreciadas hasta ser reconocidas por gobiernos como moneda legal o por instituciones financieras que incluso permiten crear fondos de inversión con activos digitales.
Pero el avance de este tipo de transacciones también enfrenta retos, principalmente ante las amenazas de regulación que podría afectar la forma en la que el blockchain valida el valor de las criptomonedas o la legislación fiscal aplicable a este tipo de transacciones.
¿Cómo llegó el bitcoin al mercado inmobiliario?
La travesía de las criptomonedas en los diferentes mercados inició en 2008 cuando Satoshi Nakamoto creó el bitcoin. En casi 10 años, este activo digital pasó de tener un valor menor a un dólar estadounidense hasta cotizar en más de 20.000 dólares.
El 2017 fue un año clave para el bitcoin: en enero inició con una cotización de 998 dólares y para el siguiente año su valor llegó hasta 13.412,44 dólares. En 2017, esta criptomoneda también comenzó a enfrentar sus primeros desafíos cuando el Banco Central de China prohibió los intercambios de yuan y bitcoins, medida que alcanzó a todas las transacciones de criptomonedas en 2021.
Sin embargo, pese a la resistencia de muchos sectores financieros, este activo digital también ha sido respaldado por gobiernos como el de El Salvador, cuyo presidente, Nayib Bukele, lo reconoció como una moneda de uso oficial en su país, en septiembre de 2021, convirtiéndose en el primer Gobierno en hacerlo, a pesar de las advertencias del Fondo Monetario Internacional.
Países como Suiza y Estados Unidos también han mostrado una apertura a las criptomonedas, éste último incluso permitiendo la creación a finales de 2021 del Proshares Bitcoin Strategy ETF, un fondo de inversión que cotiza en Wall Street.
Para expertos como Guillermo Torrealba, director de Buda, un mercado de bitcoins con presencia en Chile y Argentina, el bitcoin abre el paso a los activos digitales con el aval de instituciones bancarias como BBVA y Goldman Sachs, y de empresas que las usan como reservas ante la bolsa de valores, “lo que era impensable hace dos años”.
“Bitcoin es dos cosas al mismo tiempo, pero se pueden separar. Una, es un activo que a veces se considera especulativo y que en realidad su valor fluctúa mucho, pero en general es hacia lo positivo, 170% de valoración al año en promedio en los últimos 10 años, esa valorización trae consigo volatilidad”, respondió La Haus a las preguntas de Sputnik.
En el caso específico del mercado inmobiliario, la firma con sede en Colombia señala que el bitcoin también abarca el monetary network, del cual se valen para que los precios de los inmuebles se manejen en pesos y al momento de hacer la conversión el valor del bitcoin no cambie.
Para ello, La Haus también se vale de la Red Lighting, una red de pagos única en Latinoamérica y que permite un proceso digital totalmente integrado.
“La transacción que se facilita a través de bitcoin es la adquisición de un activo, en este caso inmobiliario, por lo que las implicaciones fiscales aplicables son las mismas que si se adquiere con dinero, ya sea dólares o la moneda de curso legal”, sostiene la empresa.
Las primeras transacciones inmobiliarias se registraron en septiembre de 2017, cuando Kuper Sotheby’s International Realty vendió una propiedad en Austin con bitcoins, en una transacción cuyo costo no fue revelado. Un mes después, en Ucrania, Michael Arrington adquirió una propiedad con la criptomoneda Ethereum, y en diciembre del mismo año, la inmobiliaria Go Homes vendió dos casas en Reino Unido en bitcoins: una en Essex y otra en Colchester, en negocios con valor de 350.000 y 595.000 libras, respectivamente.
Para La Haus, hacer operaciones inmobiliarias con bitcoin permite hacer “transacciones expeditas, 100% seguras y confiables”, donde los pagos tradicionales desaparecen y se cambian por operaciones donde existe mucha transparencia.
“Gracias a esta tecnología es posible confirmar la existencia de los fondos, para dar certeza a los involucrados en la transacción, que estos se usarán para transferencias, depósitos y pagos de hipoteca. Bitcoin ofrece, además, gran transparencia al proceso transaccional de inicio a fin”, enlista La Haus.
Regulación y volatibilidad
El crecimiento de las criptomonedas provocó que gobiernos y reguladores financieros plantearan la necesidad de una regulación, la cual podría ser una amenaza para las transacciones en blockchain, que, en principio, son validadas por los usuarios de activos digitales.
Países como China, Bolivia y Egipto prohíben este tipo de activos, aunque otros, como México, han considerado mantener una posición ortodoxa.
Sin embargo, el propio Gobierno mexicano ha planteado la posibilidad de gravar este tipo de operaciones y su Banco Central ya anunció la creación de una moneda digital que no funcionará como blockchain y será más bien un equivalente digital al dinero físico. Esta situación la replican países como la India que anunció la creación de su rupia digital y propuso cobrar 30% por concepto de impuestos a las transacciones con criptomonedas.
“Es muy común que siempre la regulación reaccione a la innovación tecnológica, pero eso lleva tiempo, siempre el tema legislativo debe responder a protección del ciudadano al tiempo de que no limita, sino por el contrario impulsa la innovación y las herramientas que generan opciones”, considera La Haus.
Publicaciones como las de Fortune y Forbes estiman que para junio de 2022 el bitcoin podría llegar a valer hasta 100.000 dólares, además de que prevén que las criptomonedas pasen de ser un activo especulativo a una reserva de valor, una consecuencia derivada también del avance de los NFT, tokens no fungibles que en 2021 lograron posicionarse principalmente en el mercado del arte, donde casas de subastas como Christie’s lograron vender más de 100 millones de dólares en NFT.
A esto se suma el proyecto del Metaverso de Mark Zuckerberg, el cual, según analistas de las revistas citadas, podría ayudar en la consolidación del dinero digital y los activos no físicos.
Sin embargo, entre las predicciones también se establece que el principal reto que enfrentará el mercado de las criptomonedas serán las regulaciones de bancos centrales e instituciones financieras, las cuales cada vez presionan más para establecer un marco regulatorio.
“Hoy es muy pronto para hablar de necesidades de legislación, todavía los bancos centrales están entendiendo el papel de las criptomonedas en el mediano y largo plazo, pero hay una actitud fundamental: si bien solo algunos países lo ven como una moneda en curso, se está permitiendo e incluso impulsando su uso como medio de pago, eso permite aprovechar sus ventajas en transparencia y seguridad para operaciones”, considera La Haus.