Cancún: la otra ruta de los ‘balseros’ cubanos

En balsas de fabricación casera o en lanchas rápidas, por medio de coyotes o polleros, migrantes cubanos se lanzan al mar para llegar a las playas del Caribe mexicano, como una ruta alterna hacia Estados Unidos. Las desapariciones, extorsiones y el millonario negocio del tráfico de personas forman parte de esta travesía en busca del sueño americano.


Por Alejandro Castro para Aristegui Noticias y CONNECTAS

“Lancha rápida de Cuba a Cancún a 13 mil dólares, solo verdaderos interesados. informes al inbox” se lee en una publicación de Facebook de un grupo de cubanos que tiene como fin obtener ofertas y consejos para abandonar la isla vía marítima.

“Mándame un WhatsApp para darte información”, responde el oferente por mensaje directo, a través de un perfil falso. Tras varios filtros, se llega al encargado de llenar la lancha rápida que saldrá desde La Habana con destino al Caribe mexicano.

“Nosotros llevamos a la persona a Cancún, estando allá le llaman para que haga el depósito y la recoja”, detalla el hombre.

La Península de Yucatán es, desde hace por lo menos 10 años, una ruta marítima alterna para la tradicional Cuba-Florida (utilizada desde la década de los ochenta). Pero que debido a la explosión migratoria post pandemia en la isla, ha cobrado mayor relevancia.

El estudio “Mar adentro: migrantes y náufragos en el mar”, publicado en diciembre de 2021 por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), identificó por lo menos seis rutas migratorias de Cuba a los estados de Quintana Roo y Yucatán, en el sureste de México, a partir de entrevistas con informantes clave e información de las dependencias públicas. Cancún, Isla Mujeres y Playa del Carmen son las rutas más transitadas, pero también se identificó una hacia la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, a la altura de Boca Paila, una zona de difícil acceso y con nula vigilancia de las autoridades mexicanas.

Gráfico: Fabrizio Moguel Alcocer – Fuente: OIM

“Dada la cercanía con Cuba, el fenómeno de la migración por mar en la región tiene al menos 10 años y está ubicado Cancún como el sitio más proliferado de tráfico ilícito”, indica el estudio.

Juan Carlos Narváez Gutiérrez, autor de la publicación e investigador del Centro de Estudios Migratorios, explicó que la migración marítima de Cuba hacia la Península de Yucatán se da de dos formas, principalmente: una, a través de las personas dedicadas al tráfico ilícito, comúnmente denominadas “coyote” o “pollero”. La segunda son salidas por cuenta propia, en embarcaciones rústicas de fabricación casera, usualmente sin motor.

Si bien este fenómeno migratorio no se acerca, en términos cuantitativos, al que se registra en la frontera sur México-Guatemala, existe y tiene sus propias particularidades y riesgos, acotó Narvaez Gutiérrez.

Entre las conclusiones vertidas en el estudio está que se trata de un fenómeno con escasa información incluso entre las autoridades involucradas de ambos países. Esto, apunta el experto, “ha hecho que los crímenes perpetrados por grupos de la delincuencia organizada o redes de tráfico ilícito de migrantes permanezcan impunes”.

El Instituto Nacional de Migración de México no cuenta con estadísticas sobre las personas originarias de Cuba que han ingresado al país vía marítima, según la respuesta que ofreció a la solicitud de información pública para este reportaje. Por su parte, el estudio de la OIM indica que si bien se puede hablar de la migración histórica de “los balseros”, cada vez las embarcaciones de materiales rudimentarios se usan menos.

La Secretaría de Marina de México (Semar) reportó que entre 2015 y junio de 2022 fueron rescatadas en altamar 77 embarcaciones, con 380 personas en total. De la información proporcionada destaca un descenso durante el primer año de pandemia (época de los confinamientos masivos) y un incremento en 2021 y lo que va de 2022.

Gráfico: Fabrizio Moguel Alcocer

Isla Mujeres, en Quintana Roo, es la demarcación donde más se han realizado rescates, seguida de Yukalpetén, Yucatán.

La travesía ‘rápida’

Las ofertas para la salida de Cuba son fáciles de ubicar, a pesar de tratarse de una actividad ilícita. El Artículo 347 del Código Penal de la Isla prevé penas de hasta 15 años de cárcel para quien organice o promueva la salida de personas del territorio nacional con destino a terceros países.

Los grupos de WhatsApp y Telegram son otra de las vías para buscar opciones.

CONNECTAS hizo contacto, a través de un caso simulado, con un traficante de personas, cuya función principal es conseguir gente y organizar las salidas desde la isla, en coordinación con otras personas que residen en México. El viaje más próximo estaba lleno, pero habría más salidas, dijo en la llamada realizada el 31 de julio de 2020.

Diálogo por Whatsapp con un traficante de migrantes

Uno de los puntos de embarque de Cuba a Cancún se encuentra en medio de la reserva natural Sistema Lagunar Chacmochuch, en el área conurbada de Cancún y la zona continental de Isla Mujeres. Ahí llegan una o dos veces a la semana, contó un ex pescador cuya cooperativa fue -según sostuvo- desplazada por un grupo de contrabandistas cubanos.

Hasta hace 10 años, ese punto era el puerto de embarque de las cooperativas de pescadores locales “Chacmochuch” y “Chicozapote”; ahí desembarcaban el producto y, en ocasiones, también lo buscaban los compradores. Sin embargo, desde 2014 el espacio es ocupado por integrantes de la red de tráfico de cubanos, aseguró el afectado. De día, es también ocupado por pescadores furtivos.

La presencia de traficantes cubanos en el área es “un secreto a voces” en el terreno local, conocido tanto por habitantes de las colonias aledañas como por el personal del Instituto de Biodiversidad y Áreas Naturales de Quintana Roo (Ibanqroo), autoridad ambiental encargada de gestionar la reserva.


“Los cubanitos son protegidos por la misma policía de Isla Mujeres, ellos los escoltan cuando entran y salen con las lanchas”, aseveró el pescador.

Durante un recorrido de día por el sitio, a las 09:30 de la mañana, una patrulla de la policía municipal llegó hasta ahí, aunque se trata de un lugar alejado de la zona urbana. Se buscó conocer la postura de esa fuerza de seguridad de Isla Mujeres, a través de la dirección de Comunicación Social y en una visita personal a sus instalaciones, pero no fue posible acceder a una entrevista.

Durante el recorrido no se observó mayor actividad: lanchas de pesca comunes y un par de pescadores furtivos. No obstante, entre las embarcaciones destacaban dos de doble motor fuera de borda, escondidas en los manglares. La primera parecía una lancha de pesca convencional, modificada con motores de 150 caballos de fuerza; la segunda, con acabados de lujo, tenía matrícula FL7608PA, proveniente de Florida, Estados Unidos.

En ellas, refirió un acompañante local, trasladan a las personas desde Cuba. La versión tiene sentido: el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha documentado el robo de embarcaciones para ser utilizadas en el tráfico ilícito de cubanos.

Mariel, quien reside en Cancún desde hace 6 años, pisó tierras mexicanas a través de una de estas lanchas rápidas, en un trayecto de aproximadamente 5 horas. No sabe exactamente en qué punto del estado desembarcó, pues señala que fue de madrugada. Tampoco se la nota cómoda al hablar de ello. Su salida fue pactada por sus dos hermanos, que ya residían en Cancún desde 8 años antes, por un costo de 9,500 dólares. “Yo no tuve problemas, he sabido de gente que sí, pero conmigo fue rápido”, agrega.

Sin embargo, no todas las personas corren con la misma suerte. Uno de los casos más emblemáticos es el registrado el 31 de agosto de 2018, cuando elementos de la Procuraduría General de la República (PGR) y la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) rescataron a 39 migrantes que se encontraban secuestrados y en espera de un probable pago para su liberación. Durante aquel operativo fueron detenidos Irandy Madera Monrabal, Yosnarvi Montaño Serrano, Grendy Rodríguez Ramírez y Losif Julian Laza Gascón, todos de nacionalidad cubana.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ, por sus siglas en inglés) también ha seguido la pista de personajes ligados al tráfico de cubanos a ese país y sus conexiones con el Caribe Mexicano. En febrero de 2012 el Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI) publicó que los cubanoamericanos Yandris Leon Placias y su hermana Yadira Leon Placias, así como Manuel Bernal, Oscar Morera Torres y José A. Fernández, todos con residencia en Florida, fueron acusados formalmente por extorsionar a familiares de migrantes traficados a través de México.

Además, en 2014 salió a la luz la historia del beisbolista de origen cubano Yasiel Puig, ex jugador de los Dodgers, quien confesó haber caído en manos de secuestradores en Isla Mujeres en 2012, durante su intento por llegar a Estados Unidos. El pelotista Leonys Martín Tapanes, actual jugador de los Chiba Lotte Marines, declaró ante la justicia estadounidense una historia similar, pues llegó al país del norte luego de ingresar a México de forma ilegal, a través de Cancún.

El 16 de marzo de 2017 Bartolo Hernández y Julio Estrada, agente y entrenador de béisbol, fueron condenados en Miami, por participar en una conspiración criminal que involucró botes, falsificadores de documentos y transportistas ilícitos, según se lee en el comunicado emitido por el Distrito del Sur de Florida del DOJ. Ahí se detalla que Martín Tapanes fue trasladado a Cancún y posteriormente cruzó a Estados Unidos por la frontera de Texas.

Una versión más amplia del caso publicada por la plataforma de investigación legal Casetext, que utiliza inteligencia artificial para rastrear expedientes, da cuenta de cómo se planeó la salida del beisbolista a Cancún y el secuestro por parte de una red de contrabando que le exigió pagar no solo los 40 mil dólares pactados, sino 2.5 millones más.

Otro antecedente judicial de tráfico de personas en la zona es del 22 de enero de 2020, cuando el DOJ sentenció a 108 meses de prisión al cubano George Ferrer Sánchez, de 46 años, por el contrabando de migrantes de México a Estados Unidos desde Cancún e Isla Mujeres. Según el expediente judicial, desde enero de 2009 y hasta junio de 2015 Ferrer lideró una banda de contrabando de cubanos con operación en Miami y Cancún. Asimismo, dirigió una operación que robó embarcaciones en Florida para luego ser utilizadas para el tráfico de personas.

Tomas Vale Valdivia (“Tomasito”), de 45 años, detenido en junio de 2019 en Isla Mujeres, fue sentenciado a 57 meses de prisión por la misma razón: tráfico ilegal de cubanos desde México a Estados Unidos. Este traficante declaró que, generalmente, se cobraba 10 mil dólares por persona. “Además del contrabando de migrantes, Vale Valdivia traficaba jugadores de béisbol de Cuba a los Estados Unidos. También admitió estar involucrado en una conspiración que robó motores en los Estados Unidos”. Tanto Ferrer Sánchez como Vale Valdivia fueron detenidos como parte del operativo denominado “Operation Sisyphus Task Force”.

Y el 24 de septiembre de 2020, en plena pandemia de la COVID mientras la ruta migratoria estaba cortada por los confinamientos, Reynaldo Márquez Crespo, de 41 años, y Jancer Sergio Ramos Valdés, de 33, fueron acusados de secuestro y extorsión de cubanos, a quienes les hicieron creer que los llevarían a Estados Unidos. En cambio, transportaron a las víctimas en bote a Mérida, Yucatán; las encerraron en una casa y las mantuvieron cautivas a cambio de un rescate.

Balseros: la vida por el sueño

Costa Este de Isla Mujeres, donde es común el recale de balsas provenientes de Cuba / Foto: Alejandro Castro

El esposo de Lizeth salió el 25 de octubre de 2021 de Cuba con rumbo a México, en una balsa rústica junto a ocho personas. No sabe exactamente desde qué punto, él era un hombre sigiloso. La embarcación fue auxiliada siete días después a cuatro millas de Isla Mujeres, explica, pero solamente con dos personas a bordo. El dato coincide con el reporte de rescates proporcionado por la Secretaría de Marina de México.

La información con la que cuenta es casi nula, pero continúa buscando a su esposo.“Yo sé que las esperanzas son pocas por el tiempo transcurrido”, dijo a través de un mensaje de texto.

Tablas de madera, llantas, pedazos de aluminio, botellas de plástico, tubos, todo es útil para armar una balsa para escapar de Cuba. Se construyen en la clandestinidad, pues la fabricación de barcazas, balsas o cualquier estructura flotante está prohibida en la isla, según lo dispuesto por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

No existe en Cuba un registro público sobre cuántas personas han desaparecido en el mar. Los peligros más comunes de aventurarse a hacer una travesía son deshidratación, insolación, filtraciones de agua a la balsa, desvío de la ruta por la fuerza de las corrientes y el asedio de tiburones, de acuerdo con los testimonios recabados.

María salió desde la Isla de la Juventud el 28 de junio de 2016 hacia México, junto con 18 personas. Buscaban seguir por tierra hasta Estados Unidos. “Ese día nos echamos a la mar con la esperanza de comenzar una nueva vida; un futuro mejor. Al cabo de 16 días perdimos el cargador del gps y ahí comenzó nuestra odisea. Pasaron dos días más sin tener ubicación y se acabaron nuestras provisiones de agua y comida, comenzamos a deshidratarnos”, cuenta con notable tristeza.

La desesperación comenzó a invadirlos, pues ningún barco de los que pasaba respondía a las señales de auxilio. Ante la tensión, sus dos hijos y otros dos jóvenes decidieron armar una balsa más liviana con materiales que disponían para ir a buscar ayuda. Los cuatro sabían nadar. Dos días después el grupo fue rescatado por un barco pesquero mexicano, pero de sus hijos no supo más. Aunque la Marina mexicana hizo búsquedas, ni siquiera la balsa apareció.

Luego de ser rescatados, indica, fueron entregados al Instituto Nacional de Migración de México y trasladados a la estación migratoria con sede en el Aeropuerto Internacional de Cancún, para luego ser deportados de vuelta a la Isla.

“Las autoridades de inmigración fueron desagradables, al punto de burlarse y reírse de nosotros.

María ha buscado a sus hijos por todas las vías posibles, pero afirma que en las instancias gubernamentales, tanto mexicanas como cubanas, las puertas se han cerrado. También ha recurrido a las redes sociales. “Yo sé que me tengo que aferrar con uñas y dientes para encontrarlos”, dice con esperanza.

Félix Junior realizó la misma travesía hace más de 15 años, cuando apenas se hablaba de viajar a la Península de Yucatán como una vía alterna, dado que en aquel entonces no era una frontera vigilada. Había intentado ir directamente de Cuba a Florida, en siete ocasiones, sin éxito.

En una embarcación rústica impulsada con un motor de una mezcladora de cemento salieron el 30 de marzo de 2006, desde Playa Cajío. “Mucha gente dice que en el mar la vida es más sabrosa, pero no saben, el mar es bravo, muy peligroso. Fue muy difícil, pasamos muchos sustos, en la noche los tiburones te golpean el bote, las olas muy fuertes cada minuto es como si fuera a ser el último de tu vida”, relata.

Aunque el plan era llegar a Playa del Carmen, la falta de combustible los obligó a desembarcar cerca de la punta norte de Isla Mujeres, casi frente al Ayuntamiento municipal. Al intentar dejar la isla, el grupo con el que viajaba fue capturado por la Secretaría de Marina y posteriormente entregado al Instituto Nacional de Migración.
Luego de tres meses detenidos, consiguieron un permiso para llegar a la frontera norte y cruzar a Estados Unidos.

Félix Junior fue beneficiado por el gobierno estadounidense con el programa ‘Pie seco, pie mojado’, a través del cual se otorgaba nacionalidad a todo aquel cubano que llegara al territorio. Dicha política, suprimida en 2017, en su momento fue calificada por el gobierno cubano como “criminal”, al incentivar la migración marítima.

Quintana Roo, segunda opción de estancia


La eliminación del programa ‘Pie seco, pie mojado’ por parte del gobierno estadounidense y la constante demanda de mano de obra en el Caribe Mexicano, debido a la dinámica turística, han vuelto a Quintana Roo una opción de estancia permanente para los cubanos, explica Desireé Meléndez, de Fundación Cisvac, una organización de apoyo migrantes ubicada en Cancún. La activista refiere que no solo llegan vía marítima, también vía aérea, aunque para ello es necesario contar con una visa autorizada por la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.

De acuerdo con datos de la Unidad de Política Migratoria de México, entre 2015 y lo que va de 2022 se han expedido 9,239 tarjetas de residencia temporal en Quintana Roo. A la par, otros 953 cubanos fueron deportados desde este territorio.

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