En un contexto de incertidumbre económica ante la propagación de la variante ómicron del coronavirus, el PIB de México crecerá en este año.
Aunque se espera que continúen problemas en las cadenas internacionales de suministro y que la demanda externa se vea mermada debido a la desaceleración económica de Estados Unidos, el país latinoamericano mantuvo su perspectiva de crecimiento de 3% ante el organismo dirigido por David Malpass.
En su informe Perspectivas Económicas Mundiales, el Banco Mundial también estimó que la economía mexicana tendrá un crecimiento de 2,2% para 2023.
Pese a que no recortó sus expectativas para México en específico, la organización prevé cifras a la baja en el mundo por una desaceleración económica provocada por el repunte de la pandemia de COVID-19.
“En las economías emergentes y en desarrollo [como la de México], se espera que el crecimiento caiga del 6,3 % en 2021 al 4,6 % en 2022 y al 4,4 % en 2023”, advirtió el Banco Mundial en un comunicado.
Para los países con economías fuertes, en cambio, se espera que el crecimiento disminuya del 5% en 2021 al 3,8 % en 2022 y al 2,3 % en 2023, “un ritmo que, si bien más lento, será suficiente para restablecer las tendencias previas a la pandemia en la producción y la inversión”, abundaron los expertos.
[ÚLTIMO MOMENTO] Se espera que el crecimiento mundial se desacelere notablemente, del 5,5 % en 2021 al 4,1 % en 2022 y al 3,2 % en 2023 #WBGEP2022
— Banco Mundial (@BancoMundial) January 11, 2022
Tras la fuerte recuperación económica del año pasado gracias a las vacunas y a la baja de casos y muertes por coronavirus, lo que ahora se viene es un periodo de incertidumbre debido al incremento de la inflación, la desigualdad social, la deuda pública y el avance de las nuevas variantes del virus, señala el Banco Mundial.
“La mayor parte del impacto se sentiría en el primer trimestre de 2022, seguido de un repunte notable en el segundo trimestre”, de acuerdo con los especialistas del organismo.
“La economía mundial se enfrenta simultáneamente a COVID‑19, la inflación y la incertidumbre respecto de las políticas; el gasto público y las políticas monetarias se adentran en un territorio desconocido. El aumento de la desigualdad y los problemas de seguridad son particularmente perjudiciales para los países en desarrollo”, alertó David Malpass, presidente del Banco Mundial.