Lo que comenzó como inseguridades físicas y un talento artístico sin explotar se ha convertido ahora una forma única dentro del arte de los collages gráficos eróticos para Giulia, la artista también conocida como @scientwehst.
Archisextura. Así tiene que llamarse la nueva disciplina artística que ha inventado Giulia Marsico. Esta joven estadounidense, a base de crear imágenes en las que se mezclan arquitectura y sexo, está revolucionando las artes. En sus fotomontajes encajan estratégicamente imágenes de obras arquitectónicas en el lugar donde irían genitales, pechos o nalgas femeninos. Sus clichés, que deben mucho al porno en Internet, están dando la vuelta al mundo.
Pese a ganarse la vida como relaciones públicas en Nueva York, esta joven de origen italiano se ha hecho célebre con un nombre artístico: @scientwehst. Ése es precisamente el nombre de su cuenta de la red social Instagram, donde la siguen cerca de 117,000 personas. Sus trabajos han creado afición. En el mundo del arte y de la moda, los expertos le vaticinan un futuro prometedor. Su obra, por desafiar “normas y expectativas”, ya está expuesta en una muestra colectiva del Museo del Sexo de Nueva York sobre “miradas femeninas”.
“Empecé a hacer cosas artísticas para divertirme, era una forma de placer personal”, comenta sobre sus primeros días como instagrammer. Sin embargo, ese divertimento dio un giro inesperado. Fue el día en que Giulia quiso protestar por el “clima que se vivía en las redes sociales cuando se empezó a hacer un tipo de arte que no gustaba a los responsables de las redes sociales”, recuerda quien firma como @scientwehst. Se refiere a la batalla por mostrar íntegramente la desnudez del cuerpo de la mujer en las grandes plataformas de internet, como pueden ser Facebook o Instagram.
En su trabajo como artista, sus puntos de partida son: “el porno es una forma de expresión artística” y “las reglas de Instagram una mierda”. Al parecer, esta joven disfruta ahora de carta blanca en esa red social. Sus fotomontajes consiguen poner de manifiesto cuánto tienen en común el sexo y la arquitectura. Giulia los une de la mano del buscador de Google y las páginas de videos pornográficos en Internet, lejos de la mesa de dibujo técnico, la escuadra, el cartabón y el compás. Las nalgas, el monte de venus y los pechos de la mujer nunca tuvieron tanto que ver con el hormigón, la escayola, las entradas o las salidas de edificios.