Yo nací con la luna de plata / nací con alma de pirata,
he nacido rumbero y jarocho / rovador de veras.
Y me fui lejos de Veracruz. / Veracruz, rinconcito,
donde hacen su nido / las olas del mar,
Veracruz, pedacito / de patria que sabe sufrir y cantar.
Después de 3 días de estar en coma, a las 17:50 horas del viernes 6 de noviembre de 1970 murió Agustín Lara. La causa oficial del deceso fue insuficiencia cardíaca causada por enfisema pulmonar crónico.
Según los diarios que informaron del fallecimiento, en la habitación 347 del Hospital Inglés el Músico Poeta estaba acompañado sólo por el médico residente, Raimundo Albarrán Carbajal, quien dio el parte médico.
Su última esposa, Rocío Durán, no estaba con él en ese momento confiada en la ligera mejoría que ese día había experimentado el Flaco de Oro.
En el Palacio de Bellas Artes, Salvador Novo, cronista de la Ciudad de México, dijo que con su muerte se iba un artista, pero quedaba en el corazón de todos los mexicanos el gran calor de su obra inmortal. Sus restos descansan en la Rotonda de los Hombres Ilustres en el Panteón Civil.
Entre las numerosas esquelas que aparecieron en los diarios al día siguiente, destaca la de Ricardo El Vate López Méndez, quien la publicó en nombre de la radiodifusora XEW, en la que durante muchos años se transmitió “La hora de Agustín Lara”.
“Toda una época de la canción popular hispanoamericana está llena de su nombre. Nadie como él cantó a la mujer en su presencia de madre, de esposa, de amiga –la amistad es un camino hacia Dios– y supo alcanzar su corazón para enjugar un llanto y para sembrar semilla de esperanza”, escribió López Méndez.
Como parte de los homenajes, el lunes 9 de noviembre, la estación de radio XEB, “la B grande de México”, dedicó 24 horas de transmitir su música.
Con su muerte terminó una época que inició en los años veinte. En la historia del bolero en México Agustín Lara fue su figura indiscutible, iniciador, creador e impulsor. Después de escribir tangos empezó a componer lo que sería el bolero mexicano clásico.
De acuerdo con Lily Litvak, académica de la Universidad de Texas en Austin, quien sería conocido después como el Flaco de Oro, fue influido por “Nunca”, un bolero yucateco de Ricardo López Méndez, que trajo a México Guty Cárdenas en 1927.
La canción era tan popular que la letra llegó hasta donde tocaba un pianista que amenizaba los bailes de los asistentes a una casa de citas del barrio de Cuahutemotzin.
Agustín Lara recuerda que las parejas, en plena pasión amorosa, le solicitaban “Nunca”, cuya letra comienza con “Yo sé que nunca besaré tu boca, tu boca de púrpura encendida…”, que le sugirió: “Yo sé que es imposible que me quieras”, letra de “Imposible”, su primer bolero. “Y absolutamente perfecto”, según Litvak.
Después de siguieron otros, también clásicos, como “Rosa”, “Mujer”, “Aventurera”, “Solo tú”.
En 1929 era el pianista que acompañaba al cantante más famoso de la época, Juan Arvizu, “El tenor de la voz de seda”; fue contratado para tocar en los intermedios de las películas mudas que se proyectaban en los cines de aquella época. Pero con la llegada de la radio Agustín Lara fue conocido por todo el público y no sólo por los asistentes a los salones de baile.
En 1930 con la inauguración de la XEW, “La Voz de la América Latina desde México”, se conocieron muchos cantantes y compositores, entre los que destacan los más importantes intérpretes del Músico Poeta, como María Antonia Peregrino, mejor conocida como Toña la Negra, Pedro Vargas, las Hermanas Águila, Marilú, Lupita Alday, Pedro Infante, y años más tarde, Alejandro Algara, Hugo Avendaño, Javier Solís, y la Sonora Santanera en sus mejores momentos.
De 1928 a 1932 tuvo sesenta canciones muy populares, de la cuales “Mujer”, una de las más conocidas, apareció en julio de 1930.
Mujer, mujer divina / tienes el veneno que fascina en tu mirar. / Mujer alabastrina, / tienes vibración de sonatina pasional, / tienes el perfume de un naranjo en flor, / el altivo porte de una majestad. […] Tienes en el ritmo de tu ser, / todo el palpitar de una canción. / Eres la razón de mi existir, mujer.
El programa “La hora íntima de Agustín Lara” estuvo en el aire más de treinta años.
Sus amores
Se decía que Agustín Lara no era un tipo apuesto, sino todo lo contrario. Pero eso no fue obstáculo para que más de una mujer hermosa se rindiera a sus encantos.
En 1917 se casó con Esther Rivas Elorriaga, de la que se habría divorciado en 1920. En 1928 empezó una relación con Angelina Bruschetta, que terminó 1938, cuando lo abandonó entre otras cosas por sus infidelidades. En 1939 se casó con la bailarina colombiana Carmen La Chata Zozaya Peraud; en 1945, contrajo nupcias con María Félix.
La relación con Clarita Martínez, que apenas tenía 20 años cuando empezó a vivir con él, duró de 1947 hasta 1953; se cuenta que en 1953 fingió una boda con Yolanda Santacruz Garza “Gigi” en la que participaron algunos actores. En 1965, en España se casó con la que sería su última esposa, Rocío Durán.
Pero estas son algunas de las mujeres más conocidas, porque hubo muchas más.
Anecdotario larista
Sobre el origen de la cicatriz en su mejilla derecha no se sabe mucho, y de eso el mismo Flaco tiene algo de responsabilidad porque cada vez que le preguntaban contaba una historia diferente. En todo caso, la versión más aceptada es la de que en 1927 por celos una joven prostituta le marcó la cara con una navaja.
Agustín Lara fue o habría sido excomulgado por el arzobispo de México porque en una parte de la letra de “Palabras de mujer” decía: “Aunque no quieras tú, ni quiera yo, ni quiera Dios”. Tuvo que cambiarla por “Aunque no quieras tú, ni quiera yo, lo quiso Dios”.
En 1933, durante una visita a Cuba mientras tomando una copa al aire libre un conjunto empezó a tocar “Mujer”. Al escuchar los primeros acordes de su canción, no sin orgullo preguntó a un mesero que pasaba por ahí que de quién era esa canción. Despectivo, el mesero le dijo: “Chico, eso no hay que preguntárselo a nadie… aquí todos sabemos que la compuso un cubano”.
En marzo de 1947, su segunda esposa, la Chata Zozaya, presentó una demanda en la Procuraduría del Distrito Federal por bigamia debido a su matrimonio con María Félix sin haberse divorciado de ella.
Aunque El Flaco ya se había divorciado de ella en Morelos, declaró que no consideraba que “un incidente tan trivial… apague la felicidad de mi matrimonio con María”.
Otro incidente es la acusación de que no es el autor del famosísimo chotis “Madrid”. A principios de 2010, el ayuntamiento de la capital española editó el libro Gran Vía 1910-2010, del historiador Raúl Guerra Garrido, en el que se sugiere que Lara compró la canción a su verdadero autor, Rafael Oropesa, republicano exiliado en México.
En el libro se indica que aunque no hay documentos o fuentes orales que respalden la afirmación de que no es el autor, desde hace muchos años, incluso desde la época del exilio en México, se rumoraba que el autor era Oropesa. El ayuntamiento de Madrid dijo que iba a investigar.
Cuándo y dónde nació
La versión más conocida de su nacimiento dice que vio la primera luz el 14 de octubre de 1900 en Tlacotalpan, Veracruz, y que a los seis años viajó con su familia a la Ciudad de México, que se establecieron con la tía Refugio, hermana mayor de su mamá, en Coyoacán.
Según otras versiones, nació en 1897 en el estado de Puebla. Pero en los años setenta del siglo pasado, el periodista Jaime Almeida habría encontrado el acta de nacimiento en la que se registra que nació en la ciudad de México en 1900.
En lo que todos están de acuerdo es que, aunque suene a broma, el verdadero nombre del músico poeta era Ángel Agustín María Carlos Fausto Mariano Alfonso del Sagrado Corazón de Jesús Lara Aguirre y del Pino. Así como lo oye.
Homenajes
En 2009, como homenaje a Agustín Lara, intérpretes cubanos grabaron un disco con algunos de sus boleros. En “Solamente una vez, de Cuba a Lara” participaron Pablo Milanés, quien inicia la grabación con “Noche de Ronda”, y termina con Omara Portuondo, que nos ofrece su versión del tema que da nombre al disco: “Solamente una vez”.
También participó Santiago Feliú, con “Arráncame la vida”; la Orquesta Aragón nos ofrece su muy bailable versión de “Lamento Jarocho”. Francisco Céspedes interpreta “Regalo de viaje”. Son 11 canciones de Agustín Lara con once cubanos homenajeándolo.
Junto con José Alfredo, Agustín Lara nos ha hecho cantar sus canciones, en muchas ocasiones sin saber que son suyas. Y aunque envejecemos, siguen vigentes, tanto que los nuevos cantantes las descubren y las cantan como si se hubieran escrito hoy.
Así, a sus intérpretes clásicos se han sumado otros, muchos de los cuales nacieron después de la muerte del músico poeta, como Rodrigo de la Cadena, que se considera un “larista”; o Natalia Lafourcade, quien grabó un disco con canciones de Lara.
A la mayor parte de las personas, sin distinción de clases sociales, nos gustan los boleros. A todos nos gustan, a los empleados, a los intelectuales, a los viejos, a los jóvenes, a los de izquierda, a los de derecha, a los curas, a los académicos, a los ricos, a los pobres, a todos.
El Flaco de Oro, como el Cid Campeador, sigue ganando batallas después de muerto.
Solamente una vez / amé en la vida, / solamente una vez / y nada más. / Una vez, nada más / en mi huerto brilló la esperanza, / la esperanza que alumbra el camino / de mi soledad.