Los cuatro son mexicanos y coincidieron que permanecer en la ciudad de Tijuana no les brinda ninguna garantía de cruzar hacia los Estados Unidos.
Por indicaciones de la Alcaldesa Montserrat Caballero Ramírez, y ante una labor de convencimiento por parte del titular de la Dirección Municipal de Atención al Migrante (DMAM), Enrique Lucero, cuatro personas más, asentadas en el campamento del Chaparral, decidieron retornar a sus lugares de origen.
Los cuatro son mexicanos y coincidieron que permanecer en la ciudad de Tijuana no les brinda ninguna garantía de cruzar hacia los Estados Unidos. Su intención era pedir asilo político en aquel vecino país, no quedarse a sufrir en un espacio donde han pasado frío o hasta se han enfermado, sobretodo los niños.
Magnolia Valdés Trujillo, junto con su hijo Julio César, de 11 años de edad, llegaron de Morelia, Michoacán directo a la Garita. Su intención era pasarse hacia el otro lado de la frontera con la misma libertad que existe entre los Estados de la República, pero su primera sorpresa fue encontrarse con un muro.
Luego de cinco meses de quedarse en el campamento, con carpas rotas, su hijo enfermo por las lluvias, sin dinero para algunos gastos y convencida de que no existe forma de pasar hacia los Estados Unidos sin papeles, prefirió aceptar la ayuda de la Alcaldesa y regresar con algunos familiares.
Lo mismo ocurrió con Antonio Sandoval Ochoa, de 26 años de edad. Él contaba con una tortillería en su pueblo, le iba bien pero comenzaron a cobrarle derecho de piso. Un día decidió que sería mejor buscar una nueva vida en el vecino país del norte pero nunca creyó que de Tijuana no podía pasar sin documentos.
De igual manera y ante el impedimento de trabajar, decidió aceptar el apoyo del XXlV Ayuntamiento para regresar hacia el sur, donde sabe que empezará desde abajo pero podrá vivir de una mejor manera.
Giovanni Abarca Serrano, de 38 años de edad, se “aventó” junto con su hermano a vivir la aventura del “sueño americano”, pero todo se le vino abajo cuando llegó a la ciudad fronteriza y supo que nada era cierto. Una llamada de sus padres enfermos y el apoyo de la primera edil, le hicieron tomar la decisión de regresar con sus seres queridos.