Próxima reapertura de frontera México-EU ilusiona hacia una normalidad

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EU solo aceptará a personas vacunadas por biológicos autorizados por la Organización Mundial de Salud, y el proceso está plagado de errores de registro.


La próxima reapertura a todas las actividades en la frontera con EEUU a partir del 8 de noviembre próximo, después de un cierre de año y medio, despierta ilusiones de normalidad en México, sobre todo en las poblaciones que viven en la franja limítrofe, pero revela la enorme desigualdad entre las dos naciones.

La experta del prestigioso Colegio de la Frontera Norte de México, en Tijuana (noroeste), Dolores París Pombo, explica a Sputnik acerca de esas expectativas que, “a pesar de que se habla de un cierre desde marzo del año pasado, lo cierto es que todo el tiempo ha estado abierta para los estadounidenses y residentes en EEUU, pero no para la población mexicana”.

Puertas abiertas

En efecto, México nunca restringió la entrada al país a los estadounidenses ni a ninguna nacionalidad.

Lo doctora en Ciencias Sociales pone por ejemplo el Labour Day que en EEUU se celebra el primer lunes de cada mes de septiembre.

Después de ese feriado hubo una declaración de las Cámaras de Comercio celebrando una recaudación increíble, por la cantidad de estadounidenses que llegaron a México.

Pero la reconocida académica, Premio Iberoamericano Book Award 2019, por la LatinAmerican Studies Association, investigadora del proyecto “Riesgo y resiliencia entre los solicitantes de asilo en espera en Ciudad Juárez y Tijuana”, del Programa Migración y Salud, no pudo cruzar la frontera como solía hacerlo antes de la pandemia.

Tuvo que hacer la ruta insólita volando más de 2.500 kilómetros de Tijuana a la Ciudad de México, y para cruzar hacia Los Ángeles, que está a unos 200 kilómetros de Tijuana, ciudad fronteriza enclavada en la costa del Océano Pacífico.

París Pombo relata que un conductor salvadoreño de Uber, residente y, nacionalizado estadounidense, le contó que fue con su novia en el Labour Day a conocer Tijuana, pero regresó desencantado.”Nunca más regreso a México. De regreso demoré más de cuatro horas en una fila”, debido a los rigurosos controles estadounidenses, que son el verdadero muro fronterizo, contó a su pasajera.

La autora de libros y ensayos sobre la evolución de la vida frontera binacional indica que esas anécdotas “ilustran hasta qué punto de norte a sur ha venido todo el mundo sin restricciones, incluidas las deportaciones” de decenas de miles de indocumentados.

Dos raseros

París Pombo comenta que “tuvieron más fuerza Gobiernos de Centroamérica para cerrar el flujo de las deportaciones, porque en los aviones un porcentaje elevadísimo de migrantes tenía COVID-19”.

En cambio, las autoridades mexicanas jamás tomaron una mínima medida de control sobre los estadounidenses que viajaron, como lo hicieron toda su vida.

La experta entrevista a solicitantes de asilo devueltos por EEUU, obligados a permanecer en territorio mexicano mientras reciben los dictámenes de sus peticiones.

“Los regresan sin hacerles siquiera una entrevista sobre los temores fundados de personas que huyen de la violencia, que acuerdos internacionales obligan a practicar en EEUU”, contrasta la analista.

En cambio, la Casa Blanca sigue aplicando el drástico Título 42 de la ley sanitaria de EEUU que autoriza miles de “deportaciones en caliente”, con el pretexto de la pandemia.

“No va a ser sencillo, la mayoría de la gente, los más jóvenes se pusieron la vacuna china Cansino, porque fue la primera que ofrecieron a los académicos”, explica.

Nuevas ilusiones

La especialista en la llamada MexAmerica considera que la reapertura es muy buena noticia para ciudades a lo largo de los casi 3.200 kilómetros de frontera común, para que superen la contingencia que ha cancelado una parte de la vida, incluida la academia.

Sin embargo estima que el regreso a la normalidad no será fácil. EEUU solo aceptará a personas vacunadas por biológicos autorizados por la Organización Mundial de Salud, y el proceso está plagado de errores de registro.

Algunos comenzaron a aplicarse vacunas producidas en EEUU.A lo largo de más de año y medio, algunos negocios sobrevivieron gracias a que tienen doble ciudadanía y cruzaban a comprar para vender en México con notables ganancias.

La vida en las frontera era muy integrada en la segunda mitad del siglo XX hasta los años 1980, cuando los padres mandaban a sus hijos comprar barato al otro lado, a encontrar mejor pan o a jugar en las cancha de fútbol que tenían pasto y eran de calidad.

Pero en las dos últimas décadas la vida transfronteriza se trastocó, recuerda la entrevistada. con cierta nostalgia.

La enorme desigualdad de las dos economías beneficia a una parte de las clases medias acostumbradas a consumir al estilo norteamericano.La vida cotidiana en la frontera más activa del mundo, por el número de cruces cotidianos, espera con cierta ansiedad el regreso de algún rastro de los buenos tiempos.

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