Recién cumplidos los 90 años, el referente de la izquierda recibe en su despacho a EL PAÍS. Repasa el sexenio de López Obrador, llama a una reforma fiscal, critica el poder dado a los militares y desmonta el fantasma del fraude electoral.
Por: ZEDRYK RAZIEL / EL PAÍS
Cuauhtémoc Cárdenas recién ha cumplido 90 años, el 1 de mayo, el Día del Trabajo, fecha más que simbólica para un político que ha luchado hasta sus últimos días en las causas de la izquierda. El hijo del mítico presidente agrarista y obrerista Lázaro Cárdenas (1934-1940) procura ir cinco días de la semana a nadar a la alberca de un hotel de Ciudad de México, como ejercicio. Lee de dos a cuatro horas diarias, aunque a veces, dice, lo hace solo unos minutos. Ahora mismo está leyendo novelas de Patricia Highsmith y Agatha Christie. Le gusta la literatura policiaca, el misterio, igual que las obras históricas. Aún no termina un libro sobre las guerrillas en Colombia y una biografía de otro Cuauhtémoc, el último emperador azteca, a quien debe su nombre. Cárdenas lee también los periódicos y está bien enterado. Ve poca tele. No recuerda cuál fue la última serie que le apasionó. “Por lo demás, los problemas se quedan en la oficina y no se van a la casa”, dice, como si revelara el secreto de la longevidad.
Cárdenas, el patriarca de la izquierda mexicana, en quien muchos ven la voz de la mesura, la conciencia moral de la política, recibe a EL PAÍS en la amplia casa que resguarda el Centro Lázaro Cárdenas y Amalia Solórzano, A.C. Fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), primer mandatario de Ciudad de México elegido democráticamente (1997-2000), tres veces candidato presidencial, el Ingeniero, como se le conoce comúnmente, hace un balance sobre el actual proceso electoral, que dará a México a su primera jefa de Estado de la historia. Cárdenas ya ha tomado postura y anuncia que dará su voto a Claudia Sheinbaum, la candidata de Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador. Explica que su apoyo obedece a que la abanderada oficialista tiene respeto por la democracia. Ese juicio es relevante porque una de las principales banderas de la oposición, aglutinada en una insólita alianza entre el PAN, PRI y el PRD —partido este último que él abandonó desde hace una década—, es señalar que López Obrador y los gobiernos de Morena representan una amenaza a las instituciones democráticas y que, incluso, abrazan la dictadura.
La figura moral de la izquierda apareció públicamente en un acto político de Sheinbaum el 18 de marzo, día de la Expropiación Petrolera, una efeméride que conmemora la política por la cual Lázaro Cárdenas nacionalizó hace 86 años la industria de los hidrocarburos, muy celebrada por los mexicanos. El espaldarazo del Ingeniero a Sheinbaum meses antes de las elecciones del 2 de junio es en sí mismo un contraste, pues a López Obrador le manifestó su respaldo sin ambages solo hasta pasada la votación de 2018. El año pasado, ambos líderes políticos tuvieron una fuerte disputa luego de que el presidente López Obrador se enteró de que Cárdenas estaba participando en la construcción de un grupo crítico a su Gobierno. El Ingeniero, fiel a su estilo concreto, a veces lacónico, habla en entrevista sobre el papel de los militares en este sexenio, la necesidad de una reforma fiscal progresiva para financiar las políticas públicas y el fantasma del fraude electoral que habita en los escenarios de la oposición.
Pregunta. El país que usted vislumbró en 1989, cuando fundó el PRD desde la corriente de izquierda, ¿se parece a lo que hay ahora?
Respuesta. Pues yo diría que no. Necesitamos caminar mucho todavía para tener un país realmente igualitario, un país que ejerza con plenitud su soberanía, que no esté condicionado por eslabones de dependencia que todavía tenemos. Es necesario que tengamos una economía que crezca, que reparta con más equidad. Y esto es por lo que estamos luchando muchos mexicanos.
P. Pero ¿cree que estamos en vías de eso?, ¿estamos en una ruta correcta?
R. Pues habrá que revisar. Tenemos que ver cómo anda la economía. Me parece que tendríamos, en vez de estar aplicando una economía que está restringiendo muchas inversiones, buscar una economía contracíclica, que garantice crecimiento. Esto reclama que se lleve a cabo una reforma hacendaria, una reforma fiscal profunda, progresiva, que permita que el Estado cuente con los recursos necesarios para invertir en lo que hace falta en materia de desarrollo, educación, salud, infraestructura, promover proyectos de industrialización, turismo, etcétera.
P. ¿Qué opina de que por primera vez habrá una presidenta mujer?
R. Es una señal de avance de la democracia en nuestro país. Esperemos que, quienquiera que llegue, haga un buen trabajo en favor del país y del pueblo mexicano.
P. De las dos opciones con más posibilidades de ganar, usted ya le dio su respaldo a Claudia Sheinbaum. ¿Qué le llama la atención de su propuesta?
R. Primero, su propia trayectoria política desde que era estudiante, su compromiso con las causas sociales. Yo diría que eso, fundamentalmente.
P. ¿Qué le parece su propuesta de transición energética?
R. La conozco superficialmente. Me parece que está bien orientada. Tenemos que avanzar tanto a fortalecer o invertir más en petroquímica, cuanto al aprovechamiento mismo del petróleo, darle principalmente impulso a la petroquímica. Y, por otro lado, buscar lo que está llamándose la transición energética, esto es, ir sobre todo a la utilización de energías limpias. Y me parece que estos son los puntos fundamentales en su propuesta energética.
P. ¿Nos puede compartir por quién va a votar usted y por qué?
R. Voy a votar por Claudia Sheinbaum. Ya le di las razones.
P. ¿Por su trayectoria y su propuesta energética?
R. Por su trayectoria y su compromiso democrático, sin duda alguna.
P. Desde hace años usted ha hablado de la necesidad de una reforma fiscal progresiva. Esta reforma no la hubo en este sexenio, ni tampoco aparece en el horizonte de Sheinbaum.
R. No sé, vamos a ver a partir del primero de octubre [cuando inicia el nuevo Gobierno] qué es lo que se plantea, qué es lo que se puede impulsar, qué es lo que se puede promover y en qué se puede insistir.
P. Pero decía que una reforma fiscal de este tipo es necesaria.
R. Pues yo considero que sí, y a juicio de mucha gente. Hay quien dice lo contrario. Habrá que ver de dónde se van a allegar los recursos necesarios para apoyar todos los problemas en materia de desarrollo en el país. Yo no soy fiscalista ni presumo de ello, simplemente entiendo que el Estado no ha contado con los recursos suficientes para mejorar la educación, la atención a la salud, para poder impulsar una seguridad social de carácter universal, para llevar a cabo todas las obras de infraestructura que son necesarias para apoyar un mejor desarrollo económico y social del país. Me parece que es necesario buscar de dónde allegarse más recursos para combatir la delincuencia que está por todo el país. Entonces, creo que es necesaria; si no, pues nos tendrán que decir de dónde van a venir los recursos para resolver estos problemas.
P. Usted se ha mostrado antes abierto a las alianzas electorales. Ha sido candidato propuesto por partidos especialmente de izquierda. ¿Qué opina de la alianza formada por el PAN, el PRI y el PRD?
R. Pues que no la entiendo, simplemente no la entiendo. Cuanto yo participé en alguna alianza, fue, primero, en función de un programa propuesto principalmente por el partido al que yo pertenecía. Hoy no sé exactamente cuál es la propuesta programática. Y, por los antecedentes de los tres partidos, simplemente veo contradictoria la alianza. Pero allá ellos, yo salí de los partidos hace ya 10 años.
P. ¿Qué opina de que a Álvarez Máynez, el candidato de Movimiento Ciudadano, se le está pidiendo declinar por Xóchitl Gálvez?
R. Y él dice que declinen en favor de él. Me parece que es muy lógico que esto suceda en una contienda electoral.
P. Usted es amigo de Dante Delgado, el dirigente de MC.
R. Soy amigo de Dante Delgado, soy amigo de muchos de los que están en la oposición ahora y de muchos de los están apoyando al Gobierno.
P. ¿No le ha pedido a usted su opinión sobre este tema?
R. Fíjese que no doy consejos ni a mis hijos, menos los voy a dar a quien está haciendo política en el país.
P. ¿Y eso por qué?
R. Pues porque cada quien tiene capacidad para decidir su propio destino.
P. ¿Qué piensa de que el PRI, el PAN y el PRD, que fueron grandes partidos en el siglo XX, ahora están luchando por su subsistencia?
R. Yo no opino de casa ajena. No me interesa meterme en problemas que no son los míos.
P. López Obrador va a concluir su sexenio en pocos meses, y ha anunciado que se retira de la vida pública.
R. Como es lógico en quien termina una gestión.
P. ¿Diría que usted también se retiró?
R. Bueno, cuando fui gobernador [de Michoacán, en 1980], nunca pensé que pudiera yo reelegirme. Cuando fui jefe de Gobierno de Ciudad de México, nunca pensé que pudiera reelegirme. Entonces, me parece que es la decisión lógica: se acaba un mandato que fue elegido concretamente para seis años. Se acaba y se acabó, y la Constitución dice que no hay reelección.
P. Pero ¿quedarse de otra manera, digamos, permanecer como un referente?
R. Yo no especulo, yo no traigo la bola de cristal para decirle qué va a suceder.
P. ¿Cree que Sheinbaum tendrá el liderazgo para controlar las tensiones dentro de Morena y que no se repita la tragedia del PRD?
R. No conozco a Morena, no estoy en ningún partido político, por lo tanto, no me involucro y no trato de averiguar qué sucede internamente, entonces no le podría yo contestar.
P. Usted logró que Ciudad de México la ganara y la gobernara a la izquierda. ¿Cree que la capital continuará siendo un bastión de la izquierda?
R. No le sé decir. No traigo la bola de cristal para decirle qué pasa en el futuro.
P. Pero ¿cómo ve las tendencias en la ciudad?
R. No le sé decir, yo creo que va a ser una elección competida y hasta ahí, por lo que veo en los medios.
P. ¿Y qué significaría perderla?
R. Pues perderla, justamente. Perder un apoyo muy importante. Ciudad de México no es solo un Estado más, es el Estado donde están radicados los poderes federales, y esto tiene una implicación política, económica y cultural.
P. En nuestra entrevista pasada, hace un año, yo le pregunté por un balance del Gobierno de López Obrador y usted me pidió esperar a que concluyera el sexenio para hacerlo.
R. Sí, faltan todavía unos meses.
P. Estamos a cinco meses de que concluya.
R. Pues platicamos en seis meses.
P. Hubo una confrontación, un desacuerdo entre usted y López Obrador el año pasado por el tema de Mexicolectivo, la organización a la que Dante Delgado lo invitó.
R. Él aclaró, y no pasó nada.
P. Pero luego de eso se dio la renuncia de su hijo Lázaro al Gobierno de López Obrador.
R. Tuvo una oferta que le resultó atractiva y, sin romper, está participando en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe.
P. ¿No tuvo que ver en su decisión esa confrontación?
R. No que yo sepa.
P. En esta Administración se ha aplicado un neoliberalismo casi de libro, en aras de la estabilidad macroeconómica. ¿Qué piensa de este modelo?
R. Pienso que es necesario aplicar políticas contracíclicas, que impulsen fundamentalmente el crecimiento de la economía a un ritmo mucho mayor al que hemos tenido en estos últimos 20 o 25 años.
P. Es un remedio que trasciende a un sexenio.
R. Pues, si estamos con crecimientos muy bajos, incluso con crecimientos negativos, como en 2008-2009 y en 2020, pues es necesario aplicar políticas que generen crecimiento de la economía y un reparto más equitativo de la riqueza.
P. La presencia de los grupos criminales está más extendida. ¿Qué piensa de la manera en que se abordó este problema?
R. Mire, desde hace 20 años, más o menos, de Administración en Administración se vienen aplicando las mismas medidas y los resultados han sido insatisfactorios o insuficientes; entonces, se tiene que pensar seriamente en buscar otros caminos para combatir con mayor eficacia la presencia de la delincuencia en el país.
P. ¿Qué debe hacerse?
R. Se me ocurre mejorar los sistemas de inteligencia o de investigación; hace falta una mayor presencia tanto del Estado como de la sociedad en todo el territorio nacional para ir erradicando a la delincuencia, es decir, barriendo a la delincuencia porción por porción del territorio nacional, y esto tiene que ser con presencia de Estado y sociedad, es decir, programas educativos, de salud, culturales, turísticos, infraestructura, y el combate directo, que no puede obviarse.
P. ¿Cree que a este plan contribuye que el Ejército apoye en esas tareas?
R. Me parece que tiene que retirarse gradualmente, no se puede hacer de un día para otro, y sustituirlo por un cuerpo con mando civil debidamente capacitado y equipado.
P. Según López Obrador, Lázaro Cárdenas encabezó una de las transformaciones de México, la tercera transformación, y él dice que su gobierno es la cuarta. ¿Coincide con esta apreciación?
R. Es su apreciación, no sé qué quiera decir, me gustaría que se ampliara esa exposición y pueda decir en dónde está la transformación o dónde lo ve principalmente.
P. Incluso Sheinbaum propone el “segundo piso” de esa cuarta transformación.
R. Vamos a ver qué quiere decir eso. Lo veremos en los próximos seis años.
P. Vayamos a la historia. ¿Usted sostiene la afirmación de que hubo un fraude electoral de 1988?
R. Lo sostengo, porque incluso el presidente de la República de entonces, Miguel de la Madrid, lo confiesa en un libro autobiográfico. Entre otras cosas.
P. El fantasma del fraude otra vez está apareciendo.
R. En todas las elecciones aparece y aparecerá.
P. Ahora, por los apagones que ha habido debido al calor, se está promoviendo la idea de que el fraude podría suceder.
R. Yo no veo que el calor o el frío vayan a alterar el resultado electoral, pero todo es posible.
P. Más allá de las condiciones climáticas, ¿hay condiciones políticas como para que eso pudiera pasar?
R. Yo no lo veo, pero a lo mejor otros lo están viendo, ojalá nos lo dijeran.
P. Y volviendo al 88. Si el fraude no se hubiera dado…
R. El hubiera no cabe, ¿no?
P. ¿Ha pensado si en esa época existían las condiciones históricas y políticas para implementar los profundos cambios que usted vislumbraba?
R. A nadie le gusta perder una elección y que no se hubieran dado las posibilidades de instrumentar un programa distinto, pero así se dieron las cosas y no se trata de decir: si yo hubiera sido esto o aquello, esto sería el paraíso. Eso no lo voy a decir.
P. Pensando en las fuerzas que pueden facilitar o frenar que un proyecto político se implemente, ¿cree que se le hubiera permitido a usted profundizar el programa progresista que tenía?
R. Pues quién sabe qué hubiera sucedido si el PRI hubiera perdido en el 88.
P. ¿Ha repasado cómo manejó usted la crisis poselectoral? ¿Se arrepiente? ¿Ha sacado alguna lección posterior?
R. No me arrepiento. Vi la necesidad de organizar esa movilización, que se dio en mucho de manera espontánea, y había que organizarla para poder impulsar las transformaciones que esa movilización estaba buscando.
P. De hecho, hablando del 88, de los apagones y de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett está encabezando esta dependencia. Se quedó todo el sexenio. Y él es señalado como el autor del fraude, de la caída del sistema.
R. Fue el presidente de la República, principalmente, y otros colaboradores de él participaron también en ello.
P. Entre ellos Bartlett.
R. Entre ellos Manuel Bartlett, sin duda alguna.
P. ¿Qué opina del rescate de Bartlett en este sexenio y su lugar en la CFE?
R. Pues son decisiones políticas que cada quien toma, yo no voy a calificar por qué se hizo, por qué no se hizo, si se hizo bien o se hizo mal.
P. ¿Qué hará de ahora en adelante?
R. Lo mismo que estoy haciendo: observar como va el país, tratar de estar lo más enterado posible, atender invitaciones que me hacen de distintas partes para visitar, para platicar, para hablar en universidades, para hablar con compañeros de distintas partes del país, para seguir participando en todo lo que he venido participando en estos años.
P. ¿Qué es lo que a usted lo mueve a seguir tan activo, tan presente?
R. Simplemente no veo por qué no hacerlo.