Mario Delgado asegura que cualquier muestra de parcialidad “va a complicar el triunfo y la continuidad de la Cuarta Transformación en 2024″, en respuesta a las quejas de Ebrard por la falta de piso parejo.
Por: ELÍAS CAMHAJI
Morena afirma que todavía es demasiado pronto para que sus gobernadores tomen partido en la carrera por la presidencia. Mario Delgado, el dirigente de la formación guinda, ha llamado al orden a los mandatarios en los Estados y les ha pedido “prudencia” para garantizar la unidad en el movimiento. “Cualquier acción que muestre parcialidad va a complicar el triunfo y la continuidad de la Cuarta Transformación en 2024″, señaló el dirigente en un comunicado en respuesta a los reclamos de Marcelo Ebrard, el secretario de Relaciones Exteriores, por las “cargadas” a favor de Claudia Sheinbaum, la jefa de Gobierno de Ciudad de México, y por la falta de un “piso parejo” en la contienda interna.
El detonante de la molestia de Ebrard se dio el pasado fin de semana, cuando él y Sheinbaum visitaron el Estado de Oaxaca. El gobernador Salomón Jara participó en la organización de actos y levantó la mano a la jefa de Gobierno, al tiempo que prácticamente hizo caso omiso a la presencia del canciller, que realizó recorridos en la entidad por su cuenta. Jara dijo que el acto con Sheinbaum fue una “conferencia magistral sobre políticas de gobierno al servicio del pueblo” y se refirió a ella como “una mujer que ha demostrado cómo es un buen Gobierno de la Cuarta Transformación”.
“Si tú quieres coordinar la campaña de alguien, va, pero no puedes ser el gobernador; el gobernador representa a todos”, dijo Ebrard esta semana a los medios de comunicación. “Lo que menciono es que hagan caso a lo que está diciendo el presidente, Andrés Manuel López Obrador”, agregó, “¿qué nos está diciendo? No se metan ustedes a querer inclinar la balanza”. El canciller también se ha dicho víctima de una “guerra sucia” en las redes sociales.
La contienda interna de Morena se acerca a fases decisivas, tras el pedido de López Obrador de definir un candidato a la presidencia a más tardar en agosto y no a finales de año como se tenía previsto. La instrucción de acortar el calendario desde el Palacio Nacional y ha obligado a Ebrard a apretar el paso para acortar distancias con Sheinbaum, la puntera según la mayoría de las encuestas. Mientras los aspirantes se alistan para jugarse el todo por el todo y empezar a pactar en la primera quincena de junio cómo y cuándo se va a elegir al abanderado, la dirigencia en el poder extrema precauciones para que el proceso interno tenga legitimidad y se eviten fisuras entre las figuras estelares del movimiento.
“Les pediría que, como militantes distinguidos, como referentes, como líderes de sus entidades, nos ayudaran, de manera imparcial, a promover a todas y todos: a Ricardo Monreal, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y a Gerardo Fernández Noroña, que son los más visibles”, afirmó Delgado. El presidente de Morena también condenó el uso de recursos públicos en las visitas de fin de semana que realizan los aspirantes, que aún tienen cargos en el servicio público, cada fin de semana. “Es ilícito”, dijo el dirigente.
Desde hace meses, Morena ha allanado el camino para que la competencia por la candidatura no se traduzca en divisiones que perjudiquen sus probabilidades de llevarse la mayor cantidad de cargos en la próxima elección. “Se lo digo a los gobernadores: ustedes son corresponsables también de la construcción de la unidad. No sólo puede ser la dirigencia”, señaló Delgado.
La cúpula de Morena admitió que es normal “tener simpatías por uno u otro”, pero ha pedido paciencia para desahogar el trámite de elegir a un candidato. “Al final del día vamos a sumar todas esas simpatías y esa unidad es la que nos va a dar fuerza para el triunfo”, dijo Delgado, que planea reunirse con los principales aspirantes después de las elecciones en Coahuila y el Estado de México del próximo 4 de junio.
El partido en el poder parte con una amplia ventaja sobre la oposición a poco más de un año de que se celebren los comicios, incluso con un margen de dos a uno, según los resultados de una encuesta de Enkoll para W Radio y EL PAÍS publicada el martes. En este escenario, el cálculo es que la principal amenaza para el éxito del movimiento está en su propio descarrilamiento y en el llamado “fuego amigo”. En esta fase crítica, el equipo de Ebrard busca demostrar que aún se puede dar pelea y que puede ganar si todos los aspirantes parten en igualdad de circunstancias, como pactando una fecha limite para separarse de sus cargos, para lo que no se han puesto de acuerdo los principales aspirantes.
Con un ojo puesto en las elecciones en poco más de dos semanas y el otro en las del año que viene, Delgado ha exigido al Partido del Trabajo y al Partido Verde, sus socios en la coalición de gobierno, que declinen a favor de Armando Guadiana, su candidato en Coahuila, donde el favorito es Manolo Jiménez, el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI). “Si logramos el triunfo en Coahuila, como en el Estado de México, estamos prácticamente ganando en 2024″, aseguró Delgado, que ha insinuado que una alianza política en la presidencial está en riesgo si sus socios no apoyan a Morena en las votaciones de este año. “Para mí va a ser muy difícil explicar a la militancia morenista, que es muy participativa y muy exigente, que después de Coahuila hagamos como que no pasó nada y que empecemos a hablar de alianza para el 2024″, advirtió.