José Mujica y la épica carrera política que deja atrás con su retiro

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El expresidente uruguayo confirmó que dejará de forma definitiva su banca en el Senado por temor al coronavirus y una enfermedad que lo tiene a maltraer. Deja atrás una vida de guerrillero, rehén de la dictadura, legislador excéntrico, presidente de fama mundial y referente de la izquierda latinoamericana.

Veinticinco años antes de que anunciara su retiro de la política, el expresidente uruguayo José Mujica llegaba por primera vez al Palacio Legislativo, sede del Parlamento de Uruguay, para iniciar su primer período como diputado. Era 1995, Julio María Sanguinetti, del tradicional Partido Colorado, iniciaba su segunda presidencia pero la coalición de izquierda Frente Amplio, tras una votación histórica, consolidaba una valiosa bancada de nueve senadores y 31 diputados.

Aquella votación fue la primera que puso a José Mujica en el Parlamento. El exintegrante del Movimiento de Liberación Nacional- Tupamaros (MLN-T) era conocido por ser uno de los “rehenes” de la dictadura uruguaya (1973-1985), pero estaba lejos de ser considerado un actor relevante en la política partidaria tras el retorno de la democracia.

Sin embargo, los comicios de 1994 marcaron el comienzo del crecimiento electoral del Movimiento de Participación Popular (MPP) —con su expresión electoral la lista 609—, un sector político fundado en 1989 por Mujica y otros exguerrilleros que habían decidido incursionar en la vida democrática. Si bien las listas del MPP eran encabezadas por el abogado Helios Sarthou, la figura de Mujica ganó gran popularidad.

Es que ya desde esa época, Mujica se caracterizó por un estilo sumamente informal que lo diferenciaba del sistema político tradicional e incluso de los sectores de izquierda más moderada que ganaban espacio en el Frente Amplio. Ese contexto permite comprender una anécdota que ilustra la primera vez que Mujica llegó al Parlamento: cuentan los allegados a Mujica que el entonces diputado electo llegó en su motocicleta marca Vespa y la estacionó en el lugar reservado para los legisladores. Desconocido por los guardias y sin aspecto de legislador, le preguntaron si pensaba quedarse mucho tiempo ocupando el lugar. “Si los milicos no me echan, pienso quedarme cinco años”, respondió.

Con el tiempo, esa anécdota nunca confirmada por Mujica pasó a ser más una leyenda que una historia real, aunque pinta de cuerpo entero lo descolocado que el entonces diputado solía dejar al tradicional sistema político uruguayo. También lo es el cortometraje Dentichica en el que Mujica hizo una extraña participación, trasladando a la protagonista en su motocicleta.

Los cinco años se convirtieron en casi 14 años y podrían haber sido veinticinco si hubiera ocupado la banca que desde 2004 obtuvo de forma ininterrumpida como el legislador más votado del país. Solo dejó de lado su banca para ocuparse del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca entre 2005 y 2008, durante el primer Gobierno del Frente Amplio (2005-2010), y durante su propia presidencia entre 2010 y 2015.

Durante su actividad parlamentaria, Mujica fue uno de los referentes de la oposición durante el último Gobierno del tradicional Partido Colorado (2000-2005), encabezado por Jorge Batlle, con posicionamientos críticos durante la crisis económica que el país vivió en 2002.

Mujica volvió al Parlamento en 2015, luego de dejar la Presidencia y debiendo enfrentar desde la Cámara Alta varios de los cuestionamientos que el Partido Nacional, entonces principal fuerza de oposición, hacía de su gestión. Mujica ya no era el mismo legislador poco conocido y desalineado de antes de 2005, ya que no solo volvió a ser el parlamentario más votado del país sino que había consolidado su fama internacional, a base de su vida sencilla en una chacra en las afueras de Montevideo, sus discursos contra el consumismo excesivo y los avances en materia de aborto, legalización de la marihuana y matrimonio igualitario, entre otros.

El comienzo del fin

Desde 2015 Mujica comenzó a hablar de la necesidad de que tanto el Frente Amplio como su sector el MPP se renovaran y dejó abierta la posibilidad de renunciar anticipadamente a su banca. La ausencia de Mujica en las sesiones para dar lugar a figuras más jóvenes que lo suplían o para poder acudir a giras internacionales se volvieron más frecuentes.

Tras tres años en esa modalidad presentó renuncia definitiva en agosto de 2018, mediante una carta en la que atribuía su salida al “cansancio de un largo viaje” y pedía disculpas “si alguna vez al calor de los debates pude herir lo personal de algún colega”.

Tiempo después confesó ante la prensa uruguaya que uno de los motivos clave para renunciar al Senado fue la muerte de Manuela, la perra de tres patas que lo acompañaba desde hacía más de dos décadas y que falleció en junio de 2018. “Todavía la extraño”, llegó a decir Mujica.

No obstante, el líder frenteamplista aclaró en el momento de su renuncia que “mientras mi mente funcione, no puedo renunciar a la solidaridad y la lucha de ideas”. Ese mensaje fue quizás un anticipo de la decisión que adoptaría en 2019 cuando, en el marco de una campaña más compleja para el Frente Amplio, decidió volver a ser el primer candidato al Senado por el MPP.

Si bien el Frente Amplio perdió en manos de una coalición de derecha liderada por Luis Lacalle Pou, Mujica volvió a ser electo. Asumió su banca en febrero y, producto de la pandemia de COVID-19, apenas pudo asistir a la Cámara Alta durante la primera mitad de 2020 debido a que, con sus 85 años, es parte de la población de riesgo.

Pudo volver recién en el mes de junio para poder participar de la votación de la Ley de Presupuesto enviada por el Gobierno de Lacalle Pou. Lo hizo con mascarilla y bastón y retomando su papel como referente del discurso más crítico hacia el Gobierno y la coalición oficialista.

Ya en su regreso Mujica recordó que debe ser especialmente precavido en relación a la pandemia porque padece de una “enfermedad inmunológica” que le impediría vacunarse cuando la vacuna contra el COVID-19 llegue a Uruguay. La enfermedad que padece Mujica nunca fue del todo especificada por sus médicos personales pero son conocidos los recaudos que el líder político toma ante el contacto con la gente aún desde antes del coronavirus.

El domingo 27 de septiembre, y durante una rueda de prensa luego de votar en las elecciones departamentales de Montevideo, Mujica ratificó que dejará definitivamente su banca en el Senado a más tardar en octubre.

“Voy a dejar la banca porque estoy a una pa’ salir. Amo la política pero más amo la vida y tengo que estirar los minutos que me quedan”, declaró.

Mujica confesó que su decisión se ve precipitada por la pandemia, ya que lo obliga a evitar las recorridas por el país. “Pensé que era una gripecita que pasaba pero no. Y si no puedo ir a un lado o a otro por ello, voy a ser un mal senador”, comentó.

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