Elvis Presley marcó tendencia no sólo por su voz y sus inusuales movimientos de cadera. El Rey también cuestionó los cánones de la moda durante la década de los 50.
Elvis Presley dejó un legado irrepetible en la historia de la música y del baile con su inigualable rock’n’roll y su icónico hip-swing. Existe, sin embargo, una faceta menos explorada que tiene que ver con la moda; una nueva dimensión que se hace evidente en su nuevo biopic, Elvis. Porque el cantante que nació en el sur profundo de Estados Unidos se atrevió a cuestionar los estrictos paradigmas del estilo masculino en los años 50. Tanto es así, que Presley fue un pionero en lo que ahora conocemos como estilo no gender.
Su magnetismo tenía mucho que ver con sus emblemáticos estilismos, pero sobre todo con su manera de defenderlos en el escenario. De hecho, resulta inevitable asociar a Elvis con sus llamativos jumpsuits y su tupé. Pero en el armario del Rey también había lugar para las camisas de flores, los mocasines de dos colores y los calcetines largos.
El estilo de Elvis era similar al del actor James Dean, que era una importante influencia a la hora de encontrar su imagen de bad boy. Porque el cantante no seleccionaba sus prendas al azar sino todo lo contrario: incluso solicitaba piezas hechas a medida, con elásticos añadidos en los puños y en la zona de los hombros.
La guinda del pastel la ponía su inconfundible cabello al estilo pompadour, teñido de color jet-black, (muy) elevado y perfectamente peinado hacia atrás con tres tipos diferentes de cera que se aplicaba a un tiempo. Pero Elvis tampoco renunciaba a los masajes capilares, con aceites de jojoba y vitamina E.
“En público, me gusta vestirme más discreto. Sin ostentar”, reconoció entonces el artista. Sin embargo, el armario del joven Elvis ya desbordaba personalidad a principios de los años 50 y anticipó las tendencias que décadas después todos llevaríamos: camisas de cuello cubano que combinaba con pantalones de tiro alto, chaquetas de estilo bomber y mocasines en color negro o blanco. En resumen: the King lo hizo primero.
Durante su juventud, Elvis era fiel cliente de la tienda de ropa Lansky Bros, en Memphis. Pero además, el dueño y sastre de la emblemático local, Bernard Lansky, era el que se encargaba de vestirlo. Fue él el que lo instruyó para dominar el arte de elevar un cuello o combinar una camisa blanca con pantalones de sastre y estilo oversize. Su mentor lo definió como “un personaje inteligente pero también atrevido, incluso disruptivo”.
Así pues, Presley impuso el uso del color en los conjuntos de sastrería, alejándose de los cánones de tonos oscuros de la época y luciendo como pocos el rosa chicle, que llevaba en camisetas, calcetines e incluso cinturones de piel. En 1954, durante su presentación en Louisiana Hayride junto a sus músicos Scotty Moore y Bill Black, Elvis conquistó a su público con una americana teñida de un llamativo color rosa, que llevaba a juego con el pantalón. Dos años después, durante The Milton Berle Show, lució una chaqueta más entallada y también rosa con un estampado de vichy que combinó con un pantalón color negro y mocasines blancos, convirtiéndose este en uno de los looks mas icónicos del joven Elvis e influencia principal de célebres figuras de la música actual como el artista y modelo Harry Styles o la cantante, compositora y productora Lorde.
Curiosamente, Presley jamás hubiera optado por lucir unos pantalones vaqueros, a pesar de que eran muy versátiles y estaban de moda. El Rey asociaba los jeans con la ropa de trabajo y representaban la pobreza de su juventud. En cambio, para el rodaje de la película Jailhouse Rock, el artista se colocó (por imposición) su primer par de vaqueros en color negro de la firma Levi Strauss & Co. a juego con a una camiseta de rayas abotonada de cuello abierto –una marca registrada del cantante– y una chaqueta de mezclilla oscura, dominando el estilo Canadian Tuxedo décadas antes de que se convirtiese en tendencia y fuesen Britney Spears y Justin Timberlake los que lo abanderasen en los American Music Awards de 2001.
En 1958, el cantante fue reclutado por las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos y entonces tuvo que cortarse su encantadora melena para adecuarse al estricto protocolo militar en Alemania. A su regreso, en 1961, Presley continuó con su carrera como actor y apostó por una camiseta de estilo hawaiano en color rojo y flores estampadas para promocionar la película Blue Hawaii. Esta se convirtió en la principal inspiración de las camisetas de colores y estampados tropicales que se fabricarían desde entonces, como las de la línea masculina de Gucci.
El regreso a la música
El cantante de Hound Dog volvió al mundo de la música con el espectáculo televisivo Comeback Special, que emitió la NBC en 1968, y en donde actuó en compañía del talentoso Bill Belew, un diseñador de vestuario estadounidense que trabajó con estrellas consolidadas como Gloria Estefan o Josephine Baker. Belew fue la mente creativa detrás del traje fabricado en piel de color negro y con silueta adherente que Presley llevó sobre el pequeño escenario del estudio. Fue, sin lugar a dudas, el estilismo perfecto para la vuelta del Rey. No contento con ello, el diseñador creó el traje sastre de color blanco que Elvis lució durante la presentación de la canción If I Can Dream, escrita por el cantante en conmemoración a los difíciles sucesos políticos y sociales del momento.
En 1970, Bill Belew vistió al Rey para su reunión con el entonces Presidente Richard Nixon en la Despacho Oval. El cantante llevó un traje de terciopelo de color negro y con botones en color oro junto a uno de sus característicos cinturones anchos y sus gafas de sol personalizadas; un diseñado pensado para sus shows en Las Vegas y que dio ocasión a un chascarrillo entre ambos. “Te vistes un poco raro”, le espetó Nixon al Rey. “Bueno, señor Presidente, usted tiene su show y yo tengo el mío”, contestó Presley.
Para los espectáculos en Las Vegas, Elvis acordó con su diseñador que sus estilismos fuesen lo más extravagantes que (Bill) pudiese lograr. Así, Belew creó las icónica monoprenda que vistió el cantante desde 1970 hasta su fallecimiento en 1977, inspiradas en el gusto (casi obsesión) de Elvis por el kárate. De estilo Napoleónico —con cuellos exageradamente elevados y puños que terminaban en punta—, los jumpsuits fueron confeccionados como piezas de joyería con bordados con gemas y metales de diferentes formas y colores, que eran colocados de manera artesanal por Gene Doucette, mano derecha de Belew.
Los diseños de Belew contribuyeron a renovar la esencia de Elvis sobre el escenario, lo que ayudó a convertir la performance en un espectáculo más teatral y despampanante. Por supuesto, la comodidad (y sensualidad) del cantante para moverse sobre el escenario, agitando sus piernas y caderas con facilidad era una prioridad. Para asegurarse que así era, se realizaban pruebas de vestuario (sobre sus distintas capas) y para analizar el impacto (y la modificación del color) de las luces del escenario sobre sus trajes. El White Cossack fue el primer jumpsuit que lució Elvis Presley en la Ciudad del Pecado: de color blanco, con un llamativo cuello y un amplio cinturón, ambas piezas de macramé blanco. Espectáculo tras espectáculo, Bill Belew y Gene Doucette confeccionaron hasta 150 trajes diferentes para los shows de Presley en el International Hotel.
En 1973, para la transmisión en vivo de Elvis: Aloha from Hawaii Via Satellite, Presley solicitó a Belew un traje que dijese América y nació el American Eagle: una prenda de color blanco, bordada con el águila estadounidense, y ornamentada con piedras y tachuelas. Un año después, Elvis estrenó The Peacock, un conjunto blanco con un pavo real decorado con tonos verdes y azules, desde la espalda y el pecho hasta el final de las piernas. Se trata de una de las piezas favoritas del Rey junto a su anillo de Taking Care of Business, una de sus joyas más llamativas.
En definitiva, Elvis Presley era consciente de su imagen y sabía perfectamente cómo mostrarse ante al público. Han pasado 45 años desde que el artista cantó por última vez sus éxitos del rock en Las Vegas e, indiscutiblemente, continúa siendo una de las figuras con mayor influencia en la música y un eterno ícono del estilo de los años 50.
