López Obrador defiende su decisión de revelar el teléfono de una periodista: “No fue un error. Lo volvería a hacer”. El presidente sostiene que “su autoridad moral” y su derecho a defenderse “están por encima de la ley”, luego de que el INAI anunciara una investigación.
Por: Elías Camhaji
Nuevo choque entre Andrés Manuel López Obrador y los medios de comunicación. El presidente de México defendió la decisión de exponer un cuestionario de The New York Times antes de la publicación de un reportaje sobre supuestos aportes del narco en su campaña de 2018 y dar a conocer el número telefónico de la autora de la investigación periodística. “No fue un error”, afirmó el mandatario. “Lo volvería a hacer”, agregó en su conferencia mañanera de este viernes. Las declaraciones se producen después de que el Instituto Nacional de Transparencia (INAI) abriera una investigación de oficio por la divulgación injustificada de los datos personales de la periodista. López Obrador justificó que su derecho a defenderse de “calumnias” está “por encima de cualquier reglamento”. “Por encima de la ley está la autoridad moral, la autoridad política [del presidente]”, sentenció.
La polémica estalló cuando López Obrador leyó palabra por palabra de un cuestionario que le hizo llegar el periódico estadounidense sobre supuestos vínculos de sus hijos y colaboradores con miembros del crimen organizado. El envío de solicitudes de comentarios son un requisito necesario antes de que se publique cualquier reportaje, tanto para verificar la información como para recoger la versión de la parte afectada por la investigación periodística. No es común, sin embargo, que se haga público el cuestionario antes de que la nota salga publicada y suele ser un recurso de los aludidos para desacreditar la investigación o para blindarse de la información publicada. El presidente, además, reconoció que no fue una casualidad la decisión de leer en alto el teléfono de la periodista durante su conferencia de prensa, el espacio político con mayor audiencia del país.
“Al comentar sobre información que seguía siendo investigada por The New York Times y revelar públicamente la información de contacto de la corresponsal del periódico en México, Natalie Kitroeff, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador buscó poner en riesgo al equipo del Times en el país más peligroso para la prensa en el Hemisferio Occidental”, declaró el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ). “Esta es una táctica preocupante e inaceptable por parte de un líder mundial en un momento en que las amenazas a periodistas van en aumento”, señaló el diario, que optó por publicar el reportaje un par de horas después de la conferencia de prensa presidencial de este jueves.
En esta última ocasión, el mandatario se enfrascó en una discusión con una periodista de Univisión que cuestionó su reacción e insinuó que podía exponer la integridad de la autora del reportaje. “Si está preocupada, que cambie su teléfono”, reviró López Obrador y aseguró que no le iba a pasar “absolutamente nada” luego de que se revelaran sus datos personales. También aseguró que lo haría otra vez “cuando se trata de un asunto en donde está de por medio la dignidad del presidente de México”.
El presidente aseguró que los señalamientos por la violencia a la que están expuestos los periodistas en el país, donde han sido asesinados más de 40 periodistas durante su mandato, son promovidos “por grupos hegemónicos y de intereses creados” y que “el Estado no es violador de derechos humanos”. “En México se agrede a la prensa cada 16 horas y el Estado sigue siendo el mayor perpetrador de estas agresiones, por eso aseveramos que en este país no están garantizados ni el derecho a disentir ni el derecho a la información”, rebate la organización Artículo 19 en un comunicado de finales del año pasado.
“Ustedes pueden calumniar, impunemente, como lo han hecho, como lo dimos a conocer ayer”, se quejó López Obrador, “y no los puede tocar uno ni con el pétalo de una rosa”. El presidente dijo que los periodistas “se sienten bordados a mano, como una casta divina, privilegiada” y recriminó que se publique “información falsa” para desacreditar a su familia y a su Gobierno. “Represento a un país y represento a un pueblo que merecen respeto, no va a venir cualquiera y nos va a sentar en el banquillo de los acusados”, agregó.
La respuesta a The New York Times no se limitó a las declaraciones en la mañanera. El Sistema Público de Radiodifusión del Estado mexicano, que agrupa a las televisoras y estaciones de radio públicas, publicó un video en el que descalifica a Kitroeff. “No es el primer trabajo publicado por ese diario firmado por Natalie Kitroeff en contra del Gobierno de México, sin pruebas y con ausencia de rigor periodístico”, se observa en la réplica de la Administración de López Obrador. Leopoldo Maldonado, director de Artículo 19, condena “el uso desviado de recursos públicos para inhibir el periodismo independiente mediante el amedrentamiento y la desacreditación públicas” y “como maquinaria de propaganda y ataque a periodistas”. La organización subraya, además, que no es la primera vez que el mandatario hace pública información personal de periodistas críticos a su Administración. Tampoco es la primera vez que reta las regulaciones que han hecho organismos autónomos a sus conferencias de prensa, como el INAI y el Instituto Nacional Electoral.
A los ojos de López Obrador, la respuesta está justificada porque “la autoridad moral del presidente” está por encima de las leyes que prohíben la difusión de datos personales y reglamentan el uso de los medios de comunicación del Estado. “Ustedes son los más tenaces informadores o, mejor dicho, desinformadores, los más tenaces manipuladores”, aseveró. “Si ustedes calumnian, aquí hay réplica”. Representantes del INAI señalaron que estaban reuniendo información y pruebas para determinar si la respuesta del presidente violó la ley y si hay elementos para que el Órgano Interno de Control lo sancione.