Según la actualización semanal de la pandemia del condado, los hospitales locales siguen viendo un aumento gradual de los ingresos relacionados con la COVID-19, con 371 registrados el martes en comparación con los 336 de una semana antes.

El departamento de salud de San Diego anunció el miércoles otros cuatro casos de la variante ómicron, lo que eleva el total de la región a seis, pero proporcionó escasos detalles adicionales, negándose a decir si alguno de los nuevos residentes infectados ha enfermado lo suficiente como para ser hospitalizado.

Los cuatro estaban completamente vacunados, pero a diferencia de los dos primeros casos confirmados la semana pasada, ninguno de ellos había recibido una vacuna de refuerzo.

Tampoco se han revelado la edad, la ciudad de residencia ni el sexo de los últimos casos.

La noticia se produjo en el primer día del regreso del requisito de mascarilla del estado, que planteó nuevas preguntas sobre su aplicación, incluso cuando algunos líderes locales prometieron que sus ciudades no vigilarán el mandato.

En general, sin embargo, el primer día del regreso del mandato parecía tener poco drama significativo, al menos en un puñado de lugares de Oceanside a Chula Vista a finales de la mañana y principios de la tarde.

Alrededor del 75 por ciento de las personas que caminaban por los pasillos del Home Depot de Oceanside parecían llevar la nariz cubierta, pero algunos entraron sin máscaras sin que los empleados protestaran. Una escena similar se produjo por la mañana en el supermercado Winco, al otro lado de la ciudad.

Para Héctor Celzede, de Oceanside, tenía sentido seguir llevando una máscara de papel mientras cargaba sus compras en su camioneta. Los que no llevaban máscara, dijo, no eran su problema.

“Yo sigo las normas… si a los demás les da igual, que lo hagan”, dijo. “Voy a protegerme a mí y a mi familia”.

En el centro comercial Westfield UTC de La Jolla, más del 90 por ciento de las personas que se encontraban en las tiendas parecían ir enmascaradas, y aproximadamente la mitad llevaban la cara cubierta mientras recorrían los pasillos exteriores.

“Nadie se quejó”, dijo Fernanda Reis, supervisora de planta en la tienda de sandalias y chanclas Havaianas. “Nadie preguntó si debían o no usar las máscaras”.

En Young-Hickory, una tienda de café y cerveza situada en la 30th Street, en North Park, la subgerente Chandler Parrott-Thomas ofreció máscaras a quienes llegaban sin ellas. Dijo que, aunque vigilar la política no es divertido si los clientes se molestan, la petición de una mejor cobertura proporciona un poco de comodidad adicional durante las fiestas.

“Incluso antes de que se restableciera el mandato de las mascarillas, siempre intento llevarlas si voy a una zona muy poblada”, dijo Parrott-Thomas. “Al entrar en un lugar como un aeropuerto, me sentiría rara después de los últimos dos años si entrara sin mi máscara, así que creo que me sentiré más cómoda si todo el mundo tiene que llevar una”.

Los negocios del sur del condado recibieron el miércoles a sus clientes con carteles que exigían el uso de mascarillas. La mayoría de los clientes —quizás el 80 por ciento— llevaban la cara cubierta mientras recorrían lugares como tiendas de comestibles, cafeterías y lavanderías. Algunos de los que no lo hicieron dijeron que no estaban de acuerdo o que no eran conscientes del mandato.

Janeth Amezcua, residente de Paradise Hills, que compró en un supermercado Vallarta de National City con sus dos hijos, dijo que sintió alivio al enterarse de la vuelta del mandato.

“Siempre he llevado mi mascarilla. Estamos totalmente vacunados, pero creo que es la decisión correcta porque no se sabe quién está vacunado y quién no”, dijo. “Tengo miedo de que mis hijos enfermen porque no sabes quién puede tener (COVID-19)”.

“Es una carga para los pequeños negocios como nosotros”, dijo Ed Levine, propietario de la lavandería Euclid en National City. “Todos estos negocios ya están apretados hasta los huesos. Así que, ¿ahora se supone que tienes que contratar a otra persona para que vigile la puerta para ver si alguien va a llevar una máscara?”

La aplicación de la ley sigue siendo una cuestión abierta.

El departamento de salud pública del condado tomó e investigó las quejas durante el cierre de COVID-19 de 2020 y principios de 2021, pero un portavoz dijo en un correo electrónico el miércoles que tal aplicación amplia terminó con la orden de permanencia que desapareció en junio.

La aplicación, dijo el comunicado, está ahora en “el ámbito de la jurisdicción en la que se producen las violaciones.”

Algunas ciudades locales se han apresurado a señalar que no se ofrecen como voluntarias para hacer cumplir el mandato de la máscara. Bill Wells, alcalde de El Cajón, y Richard Bailey, alcalde de Coronado, han emitido sendos comunicados en los que afirman que sus ciudades no contarán las narices descubiertas. Christopher Rodríguez, regidor de Oceanside, hizo declaraciones similares en Facebook.

En general, el departamento de salud del condado parecía contar con el cumplimiento voluntario.

“Esta no es una situación nueva para los habitantes de San Diego”, decía el comunicado. “Nuestra esperanza y expectativa en esta etapa de la pandemia, y sabiendo lo que sabemos sobre la imprevisibilidad del COVID y sus variantes, es que la gente siga los requisitos del estado y actúe en el mejor interés de su salud personal, familiar y pública”.

Según la actualización semanal de la pandemia del condado, los hospitales locales siguen viendo un aumento gradual de los ingresos relacionados con la COVID-19, con 371 registrados el martes en comparación con los 336 de una semana antes. La tasa media de casos en siete días ha seguido subiendo, alcanzando los 21 casos por cada 100 mil residentes, frente a los 12.1 del 8 de diciembre.

Sin embargo, estos índices omiten la semana más reciente de totales de casos nuevos diarios, lo que significa que un breve pico de más de 1000 casos diarios el 2 y el 3 de diciembre solo aparece ahora en los promedios semanales de índices de casos.

Los totales preliminares de casos nuevos en un solo día durante la semana pasada han oscilado entre 487 y 932 y, en general, han sido unos cientos de casos más que los totales diarios notificados a principios y mediados de noviembre.

Así pues, en general, las infecciones y las hospitalizaciones están aumentando, aunque todavía no se han disparado de la misma manera que lo hicieron en esta época del año pasado, lo que sugiere que la vacunación sigue contribuyendo a reducir los niveles de transmisión crecientes que se observan desde el Día de Acción de Gracias.