Carlos Slim apostó por una jornada laboral de doce horas diarias durante tres días a la semana para dar cabida a más personas en el mercado laboral.
El empresario Carlos Slim apostó este jueves por una jornada laboral de doce horas diarias durante tres días a la semana para dar cabida a más personas en el mercado laboral, así como por situar la edad de jubilación a los 75 años porque “vivimos más años”.
Slim, de 83 años y uno de los hombres más ricos del mundo, apuntó que, cuando se estableció la edad de la jubilación a los 65 años la esperanza de vida era esa, y “ahora el que llega a los 60 años va a vivir hasta los 90 o 95”.
En declaraciones a la prensa en la localidad española de Avilés (norte), consideró que esa fórmula laboral permitiría a las personas encontrar nuevas ocupaciones o dedicar más tiempo al entretenimiento y el deporte, “que va a tener más demanda”.
Slim participó en un foro organizado por la Fundación Círculo de Montevideo titulado “El renacer de la ética”, donde pronunció la conferencia “EU y China, ¿competencia, enfrentamiento o cooperación?”.
A preguntas de los periodistas, el empresario señaló que en todos los países del mundo que tienen políticas sociales de pensiones el pasivo laboral provocado por la jubilación es muy alto, “muy por encima de los recursos del Estado y por eso es muy importante que el retiro no sea tan temprano”.
Habría que trabajar doce horas tres días a la semana para dar cabida a más empleo: Slim
Sobre el actual escenario bélico mundial, focalizado ahora en Ucrania y el conflicto entre Israel y Hamás, Slim consideró que asistimos a cosas “irracionales, que no deberían darse”.
En su opinión, ahora se debería de competir por los mercados, por la economía y por crecer, “no por los territorios” porque “eso era en las sociedades agrícolas de hace muchos años”.
“Ahora lo que hay que hacer es conquistar, con tu desarrollo nacional, los mercados mundiales con tecnología”, dijo.
“La civilización se sustenta en el bienestar de los demás porque antes se explotaba la mano de obra, había esclavos; ahora es lo contrario, lo que se requiere es que las personas recapaciten, tengan educación, formación y trabajo bien remunerado”, señaló.
Desde el punto de vista de la ética, que es la palabra que flota en el ambiente de este foro iberoamericano, la pobreza y la marginación siempre han sido el principal problema: “Es necesario sacar a las personas de la marginación y de los niveles de falta de educación, salud y de empleo, e integrarlos a la modernidad”.
“La mejor inversión es combatir la pobreza porque incorpora a las personas a la modernidad, la economía y el mercado, y se vuelve más fuerte a un país, es bueno para los empresarios, para los gobiernos y, por supuesto, para la población”, opinó el empresario.